¡Qué gran director es Ben Affleck! ¡Qué ganas tenía de ver Air! ¡Y que disfrute! El tiempo dirá como acaba la carrera de Affleck, pero como director lo esta bordando. ‘Argo’, ‘The Town’ o ‘Go Baby Gone’ son películas que llevan su sello, y con Air repite, trayendo una historia diferente. Es una película muy fácil de ver y que evoca unos recuerdos y una nostalgia propia de la época en la que se enmarca. El draft en el que saldría escogido Michael Jordan, 1984, la película tiene una escena inicial fenomenal que sitúa perfectamente la ambientación de la película.
Michael Jordan es la gran figura del momento. Tras su paso por North Carolina llega a la NBA y las grandes marcas entran en la pelea por asegurase su figura. En aquella época Nike era una marca que no tenía grandes figuras del deporte. Centrados en los deportistas olímpicos se aseguraba visibilidad una vez cada cuatro años. El gran objetivo que tenía la empresa era el running, dejando de lado los deportes profesionales. Absolutamente ineficiente si quieres atacar al gran mercado. Es fundamental tener presencia en las ligas regulares, y el gran objetivo era el baloncesto.
A lo contratrio que ocurre hoy día, en el que Nike es la gran dominadora de la promoción de las grandes estrellas mundiales, la historia es muy distinta a la de hace más de tres décadas. En la carrera del market share de las grandes estrellas de baloncesto, Nike ocupaba la tercera posición detrás de Converse y Adidas. La apuesta de Sonny Vacaro (Matt Damon), scouter de Nike, es Michael y solamente Michael. Air nos cuenta como una empresa de segundo nivel consigue romper con todo y hacer historia … creando una leyenda.
Porque no hace falta ser un estudioso del deporte para conocer el impacto global de la figura de Jordan. Tal y como se cuenta en ‘The Last Dance’ fue la primera gran estrella global del deporte. Y eso es lo que vio Sonny. Y comenzó su pelea por convencer a toda la casa Nike de que había que apostarlo todo con Jordan. Desde a su jefe más inmediato, Rob Strasser (Jason Bateman) hasta el CEO de Nike, Phil Knight (Ben Affleck), pasando por un Howard White interpretado por Chris Tucker al que no ha ayudado nada el doblaje.
La película no trata sobre Michael Jordan. Todo el rato su figura planea como la protagonista, pero jamás aparece. Es un ejercicio inteligente que el propio Ben Affleck justifica para engrandecer aun más el mito de Michael. Tal y como Affleck indica en una entrevista para ‘Hollywood Reporter’: “De ninguna manera iba a pedirle al público que creyera que alguien que no fuera Michael Jordan era Michael Jordan. Fue una elección deliberada. Pensé que era demasiado majestuoso para que alguien lo imitara”.
Además de la gran historia que presenta, el otro gran atractivo que tiene la película es el gran cast que tiene. Ese combinación que tan bien funcionó en ‘El Indomable Will Hunting’ de Matt Damon y Ben Affleck repite aquí como principales protagonistas, aunque con menos cuota de pantalla para Affleck. Jason Bateman, Viola Davis, Chris Tucker (aún con su defecto de doblaje). Te da una imagen de como era la familia de Jordan y la gran interpretación de Viola Davis te hace ver la figura que tenían las madres en aquella época para el tipo de familia de Jordan.
La película no defrauda para nada, una película ochentera que basa en su guion, gran ambientación y banda sonora parte de su éxito. El ritmo que marca Affleck hace que las casi dos horas que dura Air pasan ‘volando’, perdón por la broma. Todo esto lo viste con un humor muy eficaz, haciendo pasar un rato muy agradable. En algún punto, como en toda dura negociación, se puede rallar lo soez, y Air llega. No lo justifico, pero en ese momento es muy entendible. Tengo la sensación que va a envejecer muy bien. Sin duda es un debe, y más si te gusta el mundo del deporte.
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