Son muchos los libros que me han marcado, pero muy de vez en cuando te dejas caer por una librería y te encuentras con auténticas joyas. Son pequeños regalos que te van a acompañar toda tu vida, más incluso si se ha podido hacer una adaptación audiovisual decente. La ‘Trilogía de las Cruzadas’ de Jan Guillou es una de esas joyas que me marcó en mi juventud literaria y he descubierto hace poco que ha tenido dos versiones adaptadas al mundo audiovisual que me han devuelto grandes sensaciones.

Hace años pude ver la película en los cines, y que queréis que os diga, me defraudó bastante. Acabó el film y las sensaciones que tenía para nada correspondían con las que tuve cuando estaba absorto leyendo, pasando las noches en vela con cada una de las páginas del libro, literalmente. Me parecía que en la historia había como cortes, y eso que la película es larga, me dejó con ganas de más. Típica peli que aparcas, que ves muy de vez en cuando para recordarte la magia de los libros, porque volver a leértelos conlleva mucho más tiempo.

Pero hace unas pocas semanas, al retomar la película, me dio por investigar un poco los orígenes de esta producción sueca. Descubrí para mi regocijo personal que lo que había visto una vez en el cine y varias veces en casa no era más que un recorte adaptado al cine de una serie con un contenido mucho más amplio e increíblemente adaptada de los libros de Guillou, supervisada por el mismo Giullou. Seis capítulos de 50 minutos, 264 minutos en total de metraje para acercar al perezoso de la lectura una de las historias más magníficas de la edad media que un servidor ha podido llegar a conocer.

Para comprender mejor y acercar el contexto de la historia voy a situaros. Esta historia no nos cuenta solamente la historia de Arn, si no que nos hace un relato ficticio de cómo se dio la unificación del reino de Suecia en la Alta Edad Media, un periodo que me apasiona. Las dos principales familias del territorio se van turnando en forma de puertas giratorias el título de rey, que no tiene un gran peso específico, solamente nominativo. Las familias Folkesson y Sverker, de Göthaland y Svealand, respectivamente, se van turnando la corona, accediendo al poder con el único propósito de poder dañar a la familia rival. Pero la lucha no se da siempre por la corona, sino por todas las formas de poder que existían en esa época, el obispado, la abadía de un monasterio o el control del comercio eran diferentes formas de entablar lucha, nunca armada, contra la familia rival.

Una vez situado el contexto, introduciros una historia que como ya os he dicho antes, me ha cautivado.  Arn Magnusson, el segundo hijo de Magnus Folkesson, es el protagonista de nuestra historia. Arn, como todo segundo hijo en la edad media, se va a un monasterio para formarse como sacerdote, pero se encuentra con un inesperado tutor, que desarrolla en él las diferentes habilidades que encuentra. Arco, espada y lanza son mejores amigos para Arn que la pluma, los cantos y las oraciones. Es por ello, que deciden devolverlo a su casa al entender que su vocación no parece ser la de monje. Una vez allí, encuentra a Cecilia y comprende que ya nunca será el mismo, pero de sus ‘prisas’ nace su pena: un castigo de servidumbre de 20 años por adelantarse al matrimonio.

La figura del tutor de Arn es una de las que más me ha gustado cómo encaja en la serie. Y para los más vivos de oído, espero que también reconozcáis al abad del monasterio, si habéis visto Outlander. En vez de pasar la vida en recluido eligen para él otro tipo de servidumbre, servir en el ejército de Dios en Tierra Santa como caballero de la Orden del Temple. A partir de allí, todas las aventuras que cabría esperar en un Gran Maestre de Jerusalén: nobleza para proteger a los aldeanos, batallas épicas contra el infiel, un cruce de palabras de Arn con Salahadin. Puede que Jan Guillou deba tener unas palabras con Ridley Scott por lo que me recuerda toda la serie de aventuras de Valiant en el ‘Reino de los Cielos’, en fin, supongo que pagó copyright, o no…

No puedo comentar más cosas porque si no desgranaría una historia que tenéis que descubrir vosotros. En mi caso, que soy un gran aficionado a leer y empaparme de la historia antigua, me ha servido este binomio de libros-series para acercarme al año 1200 d.C. en el lejano estado nórdico, justo después de la época de los vikingos, con todos los estados eslavos ya cristianizados.

La ambientación de esta serie está muy pero que muy conseguida, de hecho diría que es de lo más destacable. Con una historia ya cerrada y guiada por Guillou, acierto asegurado, la otra parte en la que se debería de hacer énfasis es en la producción. Más de 30 millones la respaldan, siendo de largo una de las superproducciones suecas más caras de la historia. A lo largo de la serie visitaremos esencialmente dos parajes, Suecia y Oriente medio. Que decir de estos parajes, a cada uno más majestuoso y mejor representado. Todo acompañado de una banda sonora que envuelve perfectamente los parajes y los momentos de la serie. Tintes góticos, árabes y de folclore nórdico que dan un aire tribal a la banda sonora y momentos muy épicos.

Para finalizar, un pequeño aspecto negativo. Los personajes. Sujetos al guión en algunos casos les falta dar ese plus de emotividad. Es probable que sea porque en el norte, al ser más fríos, sean así, aunque al espectador latino puede que le choque y no le acabe de gustar. Los protagonistas no son para actores contrastados pero lo hacen francamente bien. Aparecen estrellas que suecas de renombre, Stellan y Gustaf Skarsgård. El primero archiconocido, el segundo, para los fans de Vikings, el personaje de Floki. En fin, por ponerle algún aspecto negativo, que la verdad, esta producción tiene pocos.

Os animo encarecidamente a disfrutar de este pedazo de serie, pero sobretodo, de leer los libros. A titulo personal, voy a dejar una reflexión para el final. Me hubiera gustado este nivel de adaptación de muchos libros llevados al cine, por ejemplo del Señor de los Anillos, creo que habría ganado enteros. Y ahora un deseo, conocido que Mediapro ha comprado los derechos de la trilogía de Publio Cornelio Escipión de Santiago Posteguillo, mi deseo es que hagan una adaptación parecida. El tiempo lo dirá.

Dirección

Historia

Reparto

Ambientación

Banda Sonora

Puntuación

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