Menudo final nos ha regalado esta segunda parte de Attack on Titan: The Final Season. Esta segunda parte de la cuarta temporada se ha encargado de cubrir los capítulos 115 a 130 de la obra de Hajime Isayama. 12 episodios cargados de tensión, donde se da inicio al plan maestro de Eren y que todavía deja alguna sorpresa en forma de historia al explicar el origen de los titanes. Para cerrar la historia quedan solamente 9 capítulos, ¡pero qué capítulos! Sabiendo lo que viene es para estar con el hype por las nubes.
Por recuperar un poco los eventos de los últimos capítulos de la anterior temporada, esta segunda parte nos deja con la llegada del ejército de Marley sobre Shiganshina. Eren y Zeke se encuentran separados, y es el mejor momento para poder acometer un ataque contra ellos. La facción Jaeger, liderada por un Floch que parece indestructible, lo controla todo y Eren se ve con confianza de acometer él solo el ataque de Marley. Sus antiguos compañeros de la legión de reconocimiento se encuentran encarcelados como traidores a Eren. El único que podría pararle los pies, Levy, está desaparecido.
El último capítulo de la primera parte de la temporada final nos dejó un cliffhanger en aquel momento difícil de superar. A partir de esos eventos nos vamos a adentrar en la lucha por la liberación de las personas de la isla de Paradis de las amenazas que vienen desde el exterior de los muros. El ataque a Liberio, capital de Marley, va a tener su respuesta pero dentro de los muros. Gabi y Falco se encuentran casualmente en Shiganshina. Sus destinos van a ser completamente diferentes. Gabi casi consigue su objetivo de vengarse de Eren, pero su odio provoca su despertar final. Las consecuencias para Falco en este caso van a ser algo más duras, convirtiéndose en el nuevo Titán Mandíbulas, heredando el titán de Porco.
El ‘casi’ logro de Gabi va a provocar lo que nadie quería que pasase. El inicio del Retumbar, la siega definitiva de toda vida humana más allá de los muros de Sina, Rosa y Maria (nombres de los cuáles se descubrirá su significado en esta temporada, para acabar de cerrar del todo la obra). Eren convoca a todos los eldianos bajo la coordenada y les cuenta su plan. Plan que ha tenido que urdir en las entrañas del tiempo, dejándonos una de las secuencias más impactantes de Ataque a los Titanes, cuando influye en el pasado de su padre para que mate a la familia Fritz. La escena y la voz de Grisha de ese momento son espectaculares.
Ahí se descubre una nueva habilidad del Titán de Ataque. La combinación de titanes dentro de Eren es compleja. Ha heredado de su padre el de Ataque, ha devorado al Martillo de Guerra y tiene el Fundador que también coge de Grisha. No es de sorprender que incluso a estas alturas de la historia Isayama tenga la capacidad de sacar algo de magia debajo de su manga y nos descubre a un Eren todavía más cruel. Tanto a nosotros como a sus compañeros de siempre, Armin, Mikasa, Jean, Connie, etc. La figura de Eren es una de las mejores trabajadas.
Es en este momento, cuando el final de todo comienza a desencadenarse, cuando la obra de Hajime Isyama entra en otra dimensión. El trabajo de guion que se ha realizado para que todo comience a encajar en el momento que se vislumbra el fin de esta maravillosa historia. De como el juego de alianzas y traiciones van a hacerse encontrar aliados en grupos en que parecía imposible el entendimiento. Cobra fuerza la figura de Reiner y la vuelta de Annie, casi 3 temporadas desaparecida. El ejemplo perfecto es el sacrificio conjunto de Magath y Shadis, volando el destructor para que la facción Jaeger liderada por Floch no impida a los héroes detener a Eren. El concepto de luchar contra el odio por un bien mayor es otra de las enseñanzas que podemos sacar de Attack on Titan, simplemente genial.
Para entender Attack on Titan hay que entender su historia. Ya tuvimos un pequeño adelante en la segunda parte de la tercera temporada con el capítulo correspondiente al Búho y como heredó Grisha el titán de ataque. Ese germen de rebelión de los Eldianos en Marley y todo lo que aconteció a partir de ese momento en la isla de Paradís. Lo que empezó siendo una revuelta de unos pocos años anteriores a la historia de Eren ha acabado siendo un viaje de más de 2000 años, hasta el origen de la Coordenada y del Titán Fundador.
Porque la historia de la Ymir Fritz es brutal. La original, no confundir con la Ymir de la segunda temporada, que todos sabemos donde terminó. Ymir Fritz es una niña que, machacada por las circunstancias, se hace con un poder inimaginable sin quererlo. De como la crueldad de su señor y su infantil docilidad le hace pasar de esclava a una concubina sumisa y triste. En su historia vamos a entender el porqué la cadena de odio ha de ser quebrada. Esta historia de Ymir es el perfecto caldo de cultivo de Isayama para poder entender al personaje de Eren.
Y es que el personaje de Eren ha ido mutando a medida que han pasado los capítulos. ¿Seguro? Yo me he hecho la misma pregunta que se hace Mikasa durante el capítulo final de esta temporada. ¿Eren ha cambiado? ¿Han cambiado sus compañeros? ¿O es la misma persona de siempre? En este caso hay un ejemplo muy parecido en una obra reciente que también causó la misma sensación para su personaje protagonista. Vuelvo a hablar de Juego de Tronos, una obra que el mismo Isayama ha reconocido que le ha servido de inspiración para con Attack On Titan.
La figura con la que podríamos comparar a Eren es con la de Daenerys Targaryen. Ambos machados por el destino, ambos con un papel protagonista de lucha contra todas las circunstancias posibles. Fue muy fácil empatizar con ellos durante los primeros pasos de cada una de sus series. Pero a medida que se ha llegado al final de cada una de ellas, ambos personajes y sus motivaciones van mucho más allá de lo que el espectador podía esperar. Ambos mutan de héroes a villanos. En ambos casos queda claro que, aunque sea gente inocente la que muera, no importa. Una quiso romper la rueda de la que gira el mundo. Eren busca aplastar las cadenas de odio que gobierna el mundo. Un fin bueno, pero que no justifica los medios.
En un alarde de técnica, la gente de MAPPA vuelve a sacar sobresaliente, mezclando el característico dibujo de Isayama con una animación brutal. Hay muchísimas escenas que merecen la pena ser repasadas. Las escenas de batalla han sido maravillosas, pero también los paisajes de la isla, la representación del mar en el último episodio y la llegada del Retumbar a Marley son majestuosas. Paro si hay que quedarse con alguna es la escena en la que Eren convoca a todos los eldianos en la coordenada y comienza el Retumbar. Tanto esa escena como la destrucción de las murallas y ver a los titanes colosales de dentro iniciar su caminar destructivo liderados por la nueva figura de titán de Eren como Fundador hiela la sangre. Si encima a todo ello le sumamos la combinación de temas que han hecho tanto Hiroyuki Sawano como Kohta Yamamoto de las temporadas, nos sale otra maravilla de banda sonora.
Para los 9 capítulos que quedaban por cubrir la gente de MAPPA tenía la oportunidad de hacer historia enfocándolos para hacer una película. Era lo que todo el mundo esperaba, tal y como se había planteado la planificación de la serie respecto a los capítulos emitidos, te quedaba el metraje perfecto para poder llevar el último arco de Shingeki no Kyojin al cine y hacer historia. Oportunidad única que también agradezco que se haga en forma de serie, con lo que podrán extenderse más en el contenido y enseñar las últimos escenas de un anime, que si se cierra bien, será uno de los mejores de siempre. ¡Entregad vuestros corazones!
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