En 2009 James Cameron traería una película que prometía una espectacularidad sin precedentes. El resultado final fue una película con una calidad gráfica bestial, un 3D que apabullaba pero que como historia no era capaz de superar a ‘Pocahontas’. La ambición de James Cameron era llevarnos a otro mundo, Pandora, y aquella película era solamente la introductoria de de toda una saga que tenía en la cabeza. El plan se desveló hace pocos meses, cuando se anunció el calendario de todas las secuelas que iba a tener la saga de Avatar.
La idea de Cameron sobre las secuelas era mucho más ambiciosa para Avatar. Un par de años después del estreno en 2009 de la primera película quiso rodar la segunda, pero la falta de herramientas para la captura de movimiento debajo del agua para interpretar las escenas de los Na’vi con sus hermanos cetáceos fue una barrera demasiado difícil de superar … hasta ahora. ‘Avatar 2: el Sentido del Agua’ es la primera película que logra un avance en este campo en el mundo del cine. Y con un resultado visual que roza la excelencia.
Teniendo en cuenta la estructura de la saga, se puede ver que los intereses ambientalistas de Cameron van mucho más allá de una o dos películas. La batalla de la primera película, donde se convocaron a todas las tribus Na’vi solamente era una premisa para ver una de las muchas culturas que Cameron nos tiene preparadas. De igual manera, este proyecto no va a tener los mismos protagonistas siempre, con lo que Cameron ya ha ido poniendo la semilla de la siguiente generación, de la que se supone que recogerá el testigo como protagonistas en las últimas películas de la saga.
Pero para darle una aire de continuidad era importante recuperar el hilo de como terminó la anterior película. Y afortunadamente, de eso vive la película durante el primer acto. Volveremos a los pueblos del bosque en Pandora, los Omaticaya, donde ahora Jake ejerce de jefe del pueblo junto con Neytiri, con la que ha formado una familia. Los humanos que se quedaron en Pandora han entablado amistad con el pueblo Na’vi y viven en harmonía, pero los humanos que fueron rechazadas han vuelto con refuerzos en busca de venganza.
Entre ellos un personaje que fue clave en la primera película. Si alguien demostró que se había ganado a pulso ser un villano para el pueblo Na’vi fue Miles Quaritch. Esta vez vuelve de nuevo, interpretado por Steve Lang, pero esta vez con cuerpo de Na`vi. Y es un resultado muy inteligente, porque permite la progresión como villano, pero con cualidades mejoradas. Es muy interesante ver el camino paralelo de como adecuarse al entorno, de como aprende a hablar Na’vi y como consigue su cabalgadura voladora. En el apartado casi cómico, es muy divertida la escena en la que Quaritch se marca un Hamlet.
La venganza del comandante ahora persigue a Jake, pero algo ha cambiado respecto de su vida pasada. Es padre y el mensaje de la familia se mantiene unida me parece que sirve de aproximación cultural de la nueva vida Na’vi, aunque algunos elementos de esa familia se empeñen en su rebeldía. Jake, Neytiri y sus hijos van a ir a buscar refugio con los Metkayina, un pueblo marino que tiene una semblante muy neozelandés. Porque sí, aunque esta sea una película donde los mayores van a tener que volver a enfrentarse pero ‘El Sentido del Agua’ permite explorar otras fórmulas que dan un poco más de entereza a la película.
En una de estas premisas se repite, ya que la presencia humana se debe principalmente a la falta de recursos en la Tierra, como la causa de la primera película. Esta vez se trata de conseguir una encima que tiene los animales que acompañan al pueblo de los Metkayina, los tulkuns. Esta encima es importante ya que según nos cuentan, permite detener el envejecimiento. A bordo de un ballenero, Quartich y su avanzada intentarán provocar a Jake que salga del cobijo Metkayina y vaya a su encuentro, quemando pueblos y aniquilando tulkuns, animales con los que el pueblo Metkayina tiene una conexión especial.
La otra trama interesante es la que rodea a los jóvenes. Tanto en la parte de los hijos de Jake y Neytiri, (Neteyam, Lo’ak y a su hija Tuk, además de su hija adoptiva Kiri, nacida del avatar Na’vi inerte de Grace Augustine), se entabla una curiosa relación con los hijos de los jefes del clan marino que vive en el arrecife, Tsireya y Aonung. Aunque es una parte que introduce un poco de apatía, esta parte es necesaria para el desarrollo del carácter de los personajes en películas venideras. En una secuencia que ya se ha visto en otras películas, la rebeldía del hijo menor, movido por los celos de su hermano mayor y por el deseo de impresionar a su padre, creará el coctel perfecto para ser el germen de todos los problemas. Estos problemas se sucederán en batallas espectaculares, perfectas para ser vistas en el cine.
Cameron ha enfocado el guion de una forma bastante inteligente y no usa esta película como one-shoot, sino como base de toda su saga. Dejando un final abierto, con un Quaritch vivo de milagro (muy poco convincente la relación que se crea entre Spider y él, aunque se agradece el esfuerzo). Las miradas de las siguientes películas se van a centrar en Kiri, la hija de la doctora Augustine. Con un nacimiento de lo más misterioso, tiene una conexión especial con Eywa. Y amigos, ojo no nos intenten colar una nña nacida de la divinidad del Árbol de las Almas. Que me lo veo venir.
Las algo ás de tres horas puede que echen para atras antes de ver la película, pero una vez te has sumergido en el universo que propone James Cameron, el viaje merece cada segundo. Si que es verdad que se entretiene en mostrar otro mundo mágico, el marino, muy diferente del bosque que ya exploró en su primera película. Pero lo hace con tal delicadeza y tal exhibición de técnica de captura de movimiento, que las escenas marinas son un deleite para la vista. La banda sonora compuesta por Simon Franglen hereda algunos temas de la obra de James Horner y deja unas composiciones nuevas que son de tener en modo repetición. La película de las navidades sin duda.
Puntúa el post