Baby es el conductor de coches más intrépido del planeta. No hay nada que no pueda hacer con un coche. Por desgracia un error en su pasado le obliga a entregar esa habilidad a un mafioso de los malos. Lo que debería ser su último trabajo, se convierte en su última pesadilla.
Música como motor, escenas de coches trepidantes y un reparto de lujo. Con todos estos ingredientes Edgar Wright nos ofrece una película seria y llena de momentos muy intresantes. Lo mejor de esta película es el estilo narrativo, donde una canción hace siempre de hilo conductor. Muy original y lleno de imágenes sorprendentes.
Una de las pegas que tiene estar en el momento que estamos es que hemos visto tanto cine y tantas historias que es dificil sorprendernos. Hay que agradecer a directores como este que sobre argumentos simples como es el caso de robos y atracos a bancos, sepan ofrecenernos un producto diferente y original.
Es una buena película de atracos, nada convencional y llena de elementos que la hacen una interesantísima opción.
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