Como me está costando comenzar a escribir esta crítica. Son muchas las ideas que pasan por mi cabeza, muchos los momentos que he vivido en la sala que me han dejado atónito, y no sé por cual empezar. Comencemos por el principio. Desde hace ya una semana y pico que tengo la banda sonora y le he dado entre 4 a 7 vueltas y había algo que no comprendía, que me dejaba con dudas, inquieto. No ha sido hasta ver lo que lo acompañaba lo que me ha hecho darme cuenta el buen trabajo que han realizado Hans Zimmer y JunkieXL, aunque hayan tirado de algún tópico.
Como define Lex Luthor en el tráiler, Batman vs Superman, la mayor batalla de gladiadores de la historia. Tendréis que perdonarme, voy a intentar no hacer ningún, pero que ningún spoiler, pero creo que me va a ser difícil. En fin, vamos allá.
El hándicap que presentaba esta película, las mil y una preguntas que la rodeaban, era ¿qué posible evolución tendría tanto la historia de Batman como la de Superman? ¿Juntarlos en el cine? Recuerdo como cuando se conoció la noticia de que Ben Affleck sería el nuevo Bruce Wayne, de cómo se alzó en armas la legión de fans del Caballero Oscuro, de otros que dudaron, entre los que me incluyo, de si daría la talla. Como me alegra haberme equivocado, y por tanto.
Por otra parte, veníamos de un chof bastante considerable con la precuela de esta historia. La opinión de un servidor es que la primera parte de Superman fue un quiero y no puedo, una suma de buenos o muy buenos ingredientes que no acabaron de formar el coctel que todos hubiéramos queride, o que nos habíamos imaginado como sería.
Situemos al espectador. Batman vs Superman comienza y engancha directamente con el final de Man of Steel. En ese sentido, se respira un aire continuista, que a mi sinceramente me ha gustado, pero con un regusto agridulce, ya que a la película le cuesta arrancar. Para mí ha sido una película de dos actos, el primero muy característico de Snyder. Continuación de The Man of Steel, demuestra que no es un director que maneje bien estas epopeyas, y aquí la película pierde. Le cuesta arrancar por la cantidad de tramas que propone, por la presentación de los personajes y por las diferentes facetas que tienen que atravesar hasta llegar al climax final. En este sentido encuentro mucho mejor llevada la historia de Batman que la de Superman, el personaje evoluciona mucho más, el Superman de Henry Cavill se queda un poco plano para mi gusto.
El Batman que nos propone Snyder es el reflejado en la novela gráfica de Franck Miller. Un Batman en una fase muy tardía de su vida, un Batman forjado en mil batallas que ha abandonado toda moral, que no le importan los medios, solamente el resultado final. Un Batman mucho más oscuro, nunca presentado al público, al que odiaras o amaras, pero que no te dejará indiferente. Y ver su evolución como personaje es una delicia. Una reinvención del personaje tan absolutamente espectacular como convincente.
Pero hay un momento en el que todo despega, estalla. Es un momento en el que se puede decir que comienza el segundo acto, el titánico y salvaje. Yo lo siento por Marvel, mira que me gusta, pero en hora y media Snyder le ha pegado un repaso a todo el mundo de como se ha de llevar un enfrentamiento entre héroes y villanos. No solo de un enfrentamiento sin más, sino acompañados de unos objetivos que se deben cumplir, de ver que cotas alcanza la ambición, la ira y el odio, una lucha de sentimientos. Dios, que buena es la banda sonora, buf, brutal.
Pero para que todo esto sea posible y que la batalla entre los dos héroes sea épica, se necesita un bisagra. Y en este caso, la bisagra es de oro, plata y platino, y lleva el nombre de Lex Luthor. Sinceramente, me hubiera gustado ver la película en versión original, ya que creo que el doblaje de Jesse Eisenberg deja mucho que desear y puede desdibujar al personaje hasta el punto de la sobreatuación. Ah, pero amigos, lo compensa con una actuación sublime, un poco pasada de rosca, pero digna de los mejores villanos. Las maquinaciones y los objetivos de Luthor están muy ocultos, los vamos descubriendo a lo largo de la película, y cada uno es más bestial que el anterior, sublime.
Otro aspecto muy interesante y que engancha de manera “obvia “ al espectador es la figura de los secundarios. Wonder Woman, sin quererlo ni beberlo el personaje interpretado por Gal Gadot resulta fundamental para el final. Durante toda la película se informa de una manera directa y sin tapujos de los siguientes eventos que se podrán disfrutar: Aquaman, The Flash (que no será el mismo que el de la serie), Cyborg y conocer un poco más sobre la figura de WW, la foto con Chris Pine reslta que tenemos otra pelicula suya. Muchísimos easter-eggs.
Otro de los personajes que más me ha llamado la atención, como no podía ser de otra manera, es el de Alfred, interpretado por Jeremy Irons. Sinceramente le tengo devoción, pero es un Alfred distinto, ya no es la voz de la conciencia de su señor, sino un espectador impasible, un colaborador que se ha adentrado en el mundo de las sombras de Batman, socio inseparable, sin perder el toque de humor inglés y habiendo pasado unos cursillos de mecánica avanzada, otro gran acierto. Pero no sólo ellos dos, Amy Adams, Laurence Fishburne y demás están también de diez.
Esto nos deja el final, ¡y qué final! Uno de los que sin duda mejor he visto. Las diferentes batallas, pero sobre todo la de nuestros dos protagonistas nos dejará planchados. No quiero volver sobre lo de antes, pero el encuentro se produce en el zenit del desarrollo de los personajes. Que grande eres Martha. Un final como pocos la verdad, cargado de sentimientos y de preguntas. Técnicamente sublime. No entiendo cómo está película ha tenido tan mala crítica. Me dejo muchas cosas en el tintero, pero es que son sorpresas que vais a tener que descubrir vosotros, me encantaría comentarlas, así que todos a verla, que merece la pena.
Nota: 9/10
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