Borgen: Reign, Power & Glory es la continuación de la serie de política danesa Borgen. Al funcionar como una cuarta temporada viene a dar continuidad alos eventos que se produjeron durante el final de la tercera temporada, donde Birgitte Nyborg afronta una nueva aventura en un gobierno donde ella no va a ser la protagonista. Con una separación de algo menos de 10 años entre la 3a y la 4a temporada, los personajes que van a ser importantes en el entorno de la ex-primera ministra van a ser un tanto diferentes.
El punto sobre el que va a pivotar toda la temporada es la lucha de poder que va darse entre Dinamarca y Groenlandia por un yacimiento de petróleo en la isla ártica. El descubrimiento va a desatar una tormenta geopolítica en la que se van a ver afectados muchos frentes. Unos planteados inicialmente entre Dinamarca y su isla satélite Groenlandia. Pero, a medida que el conflicto escale, nuevos jugadores se van a ver invitados a la mesa del reparto de los recursos naturales, como China y Estados Unidos.
La diplomacia va a jugar un papel más importante que en las temporadas pasadas, ya que hasta ahora sólo habíamos visto una a Birgitte a escala local. Además, debido a la coalición de gobierno que la ha permitido mantenerse en el poder (aunque no liderarlo) va a hacer que salten chispas tanto entre los partidos que la forman como con los propios integrantes de su partido. Han pasado 10 años y el mundo ha cambiado, es por ello que se va a llevar a cabo una alianza de lo más insospechada (nada menos que con Michael Laugesen) para que éste le enseñe la potencia de las redes sociales. Me ha encantado el personaje de Michael como spindoktor, ha enseñado la faceta más oscura de Birgitte.
Ya no estará su marido Phillip Christensen y la relación romántica que surge durante el final de la 3a temporada misteriosamente desaparecerá. Ahora el que cobra un cierto protagonismo es su hijo Magnus. El niño ha dejado de ser niño y nos encontramos con una persona que estudia ciencias políticas en la universidad. La otra faceta de Magnus es la de naturalista, y a lo largo de la temporada irá creciendo en protagonismo, rivalizando incluso con su madre para poder llevar a cabo una clase de crítica al sistema de ganadería.
Por otra parte, el otro gran poder es el de la prensa libre. Aquí la que va jugar las grandes ligas va a ser Katrine Fønsmark, que con todo el equipo de la TV1 que ya conocíamos anteriormente enseñará el peso de liderar a un equipo con altas exigencias. Adam Price aprovecha este hilo de la historia para plantear temas bastante interesantes dentro de los equipos de trabajo. La relación entre jefe-empleado, embarazos, bullying de las redes sociales. Da para pensar.
Como reza el título, la serie tiene 3 pilares, que son reino, poder y gloria. Cada uno de estos pilares va a tener que aguntar parte de los acontecimientos de esta temporada. El reino en este caso es Groenlandia, donde su clase política, liderada por Hans Eliassen ve el petróleo como la oportunidad definitiva de escapar del yugo danés. Eso les hace subir a la mesa donde se llevan a cabo las grandes decisiones y les da una posición de poder importante. Todos quieren llevarse la gloria, pero como en toda mesa de negociación habrá quien quiera ceder más y quien quiera ceder menos. Hay intangibles y hay países con intereses encontrados.
El gran mérito de esto lo tiene Adam Price, guionista que ya me enganchó con la serie de Ragnarök. La manera que tiene de contar la historia mezclando todas las ideas me parece que le da mucha fuerza y permite hacer cada capítulo interesante. La parte política, la del otro poder, el de la prensa, mezclado con una historia romántica entre Asger y Emmy, la lucha por la independencia de Groenlandia y alguna crítica social mezclada con alguna cuota de Netflix.
Sin confirmación oficial todavía de si esta serie merece una nueva temporada, creo que el final cierra bastante bien varios de los personajes. En especial a los personajes de Birgitte y de Katrine, las grandes protagonistas de esta temporada. Permite que ambas regresen a su esencia, donde se hicieron fuertes. Borgen, la serie que vino a traer un ‘Ala Oeste de la Casa Blanca’ a la danesa y que ha acabado convertida siendo algo parecido a ‘House of Cards’. Si os interesan las series que hablan de política, merece la pena.
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