No podíamos empezar de mejor manera el año nuevo que con alguna recomendación de anime disponible en Netflix. En este caso os traigo una propuesta refrescante, donde la música va a jugar un papel muy importante, pero que permite explorar un poco varios temas: el valor de la familia, el uso que se le podría dar a la tecnología en un futuro no muy lejano, el poder de las redes sociales, como afecta la política y sus estrategias, las consecuencias de la fama y las pinceladas que rodean el mundillo de las idols.
A modo personal tengo que reconocer que tenía muchas ganas de haberle podido dedicar el tiempo necesario para verlo. Tampoco es que fuera One Piece, cuenta solamente con 24 episodios, además es fácil ya que este anime lo podemos encontrar en la plataforma de Netflix. Producido por Bones (FullMetal Alchemist), ha contado con la dirección de Shin’ichirō Watanabe, que cuenta con una de las obras más laureadas del anime como es Cowboy Bebop. En los Anime Awards de 2020 fue de los animes que más galardones estuvo nominado (en 9 categorías), pero solamente pudo hacerse con el premio en el de la banda sonora. Honestamente viendo la cosecha de ese año, es muy comprensible.
Como bien reza el título, las protagonistas de esta historia van a ser Carole y Tuesday. En el año 0049 de la colonización de Marte por parte de los habitantes de la Tierra, las dinámicas del entretenimiento han cambiado bastante. En un futuro no muy lejano, todo lo que es cultura o espectáculo van a ser producidos y llevados a cabo mediante sistemas de Inteligencia Artificial (de aquí en adelante IA), que gracias a los datos acumulados durante todos los años previos van a ser capaces de entregar al público aquello que quiere ver, oír y sentir.
En este caso, el mundo al que nos aproxima este anime es al de la música. Tuesday es la hija pequeña de una familia adinerada cuyo sueño es triunfar como cantante. Por ello, ya que a través de su familia no lo va a conseguir, decide escaparse de casa y luchar por ella misma. Su destino es Alba City, la gran ciudad de Marte, donde conoce por casualidad a Carole, una aspirante a cantante que actúa como artista callejera y sobrevive gracias a trabajos puntuales. Este encuentro será como el de las dos piezas finales de un puzle, permitirá encontrar a la otra persona la pieza que falta en su vida para que todo encaje y sea posible disfrutar de la magia.
Y es que el encuentro es mágico. Carole y Tuesday tienen un sueño común, que es el de triunfar en el mundo musical a cualquier precio. A través del piano y la guitarra van a traer a Marte algo que la gente marciana lleva tiempo olvidado, el gusto del sentimiento, la improvisación y la originalidad a la hora de componer. La serie funciona muy bien en esos momentos iniciales, donde nada importa salvo la música. Escenas como la del ritmo en la lavandería o del primer ‘directo’ en Instagram, se percibe esa esencia pura e inmaculada de la música.
Más allá de la tendencia establecida (y por desgracia cada vez más actual en nuestro mundo de hoy en día), Watanabe se sirve de este simpático dúo para mostrar la belleza de la creatividad que hay dentro del ser humano. Y como todas las heroínas necesitan una gran villana, en este caso se propone a Angela, un idol que ha decidido pasarse de la moda a la música, poniendo toda la fe posible en la IA de un personaje misterioso llamado Taro. Maestro de la IA, su objetivo va a ser llevar a Angela a la cúspide musical. Pero, ¿a que precio? Es interesante el punto de vista que plantea Watanabe, donde muestra al final de los 24 episodios un triunfador claro.
Carole & Tuesday sirve además para dar a conocer un poco el esquema de la industria musical, tal y como lo tenemos entendido hoy en día. Programas de nuevos talentos, conciertos en espacios abiertos o en salas especializadas. Gracias a Gus y a Roddy, Carole y Tuesday van a tener un dúo que les va a poder ayudar en su promoción y crecimiento musical. Es un mundo donde las conexiones son esenciales y este es otro de los temas que trata de forma maestra Watanabe. Gracias a ese punto kawaii de Carole y Tuesday, los personajes que se van a ir encontrando van a poder redescubrirse ellos mismos. El ejemplo claro es Flora, pero tenemos otros como Crystal, Skip o incluso Ertegun.
Pero no sirve un gran elenco de personajes que brillen de forma independiente. Han de tener un espíritu en común y el regalo del episodio final de esta serie es ese. Nos lo viene repitiendo Gus en cada opening: «Prácticamente fue un milagro. Sin duda, pasaría a la historia de Marte como los “7 minutos milagrosos”. Esta es la historia de las dos chicas que lo pusieron todo en movimiento.» Ver como todas las historias se juntan en este episodio final permite un cierre perfecto a un anime que podría haber dado un poquito más.
La gracia y la sencillez con la que Watanabe a manejado al gran elenco de personajes permite que se disfrute de una gran banda sonora. Mocky ha sido el galardonado como mejor banda sonora, pero además tenemos las canciones que van componiendo y saliendo durante la serie. Con algunas excepciones hay que destacar el alto nivel y su atractivo. Junto con la calidad visual que le ha puesto la gente de Bones, Carole & Tuesday es un de esos animes que permiten pasar un buen rato y disfrutar del mundo audiovisual.
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Me encanta la manera igual en como explicas la serie quizás para gente que recién entra al género, me gusta el tema de la música en la serie, igual no creo ser fan perdido se más series de ídols, pero esta serie te deja unas canciones disfrutable para cualquier tipo de persona, que es cosa que por ejemplo otras series al ser sus canciones en japo, queda reducido su alcance a más público
Muchas gracias por los halagos. Te invito a pasar a la seccion de anime y descubrir más cosas.