Los creadores de la industria del anime a menudo han predicado que este género no debería inspirarse únicamente en su propio medio, sino que debería esforzarse en buscar la influencia de las artes de todo el mundo. El director Ryu Nakayama y su potente equipo creativo han hecho precisamente eso con Chainsaw Man, un espectáculo animado que rinde homenaje al arte del cine a través de cada escena. El amor por el cine del autor de la serie, Tatsuki Fujimoto se respira a lo largo de 12 episodios, cogiendo imágenes de Reservoir Dogs, Pulp Fiction o Érase una vez en Hollywood (entre otras) demuestran la pasión de Fujimoto por el séptimo arte, y en especial por Quentin Tarantino.
La aventura loca, y despreocupada de Chainsaw Man comienza con presentando al personaje de Denji, un joven obligado a trabajar para la Yakuza para pagar la montaña de deudas que acumuló su padre antes de quitarse la vida. Conociendo sólo la compañía de Pochita, un demonio motosierra, Denji sólo ha conocido la supervivencia, y las sencillas comodidades de la vida son meros sueños a los que aspirar, tal vez con falsas esperanzas.
Cuando la Yakuza lo traiciona y deja a Denji por muerto, Pochita se fusiona con él, permitiéndole convertirse en Chainsaw Man, un demonio enojado, alimentado por sangre, que atraviesa cualquier cosa. Cuando la sospechosa Makima de Seguridad Pública lo pone bajo su protección, Denji tiene la oportunidad de disfrutar de las comodidades que siempre quiso. Sólo necesita ayudar a Makima a matar a algunos demonios peligrosos.
Denji es un protagonista increíblemente fascinante, divertido y simpático cuya transición al medio del anime ha tardado mucho en llegar y ha superado por completo las expectativas. El principio de la temporada asusta ya que todo el hype generado no justificaba un personaje con tal grado de motivación. O dicho al revés, transgesora, picante y divertida en su inicio, una motivación infantil no justificaba que esto pudiera tener a todo el mundo loco … hasta que llegas al capítulo octavo.
Pero no adelantemos acontecimientos, Denji es un tipo que sólo quiere vivir y disfrutar la vida y, en muchos sentidos, reacciona ante sus locas circunstancias de la misma manera que muchos espectadores ven la rutina de sus propias vidas. No solamente él. Todos en la serie tienen algo por lo que están luchando, incluso si solo es mantener la vida que tienen, como su compañera Power o Aki Hayakawa. Aki quiere vengarse del diablo que mató a su familia, pero Denji sólo quiere buena comida y conseguir algo con una chica.
Juntos forman el Equipo 4º de Operaciones Especiales de Seguridad Pública, que es una organización del gobierno que se encarga de luchar contra los malvados demonios, en especial contra el de las Armas. Junto a la misteriosa Makima, forman un grupo excepcional, brutal y divertido. Un poco como en Suicide Squad: propensos a morir pero en su mayor parte, inmediatamente memorables y muy adorables. Es el equilibrio entre teatralidad y naturalismo lo que hace que el elenco y la historia sean tan resonantes.
Es difícil capturar completamente las fortalezas de este elenco en una sola reseña concisa sin divagar, pero al final, este cuarteto principal pasó de mezclarse como agua y aceite a sentirse como amigos legítimos. Es extraño, pero funciona, y principalmente por el viaje, las pérdidas sufridas y el excelente trabajo del elenco al agregar humanidad a una premisa increíblemente salvaje. Me sobran, por otra parte, las escenas tan cargadas de referencias sexuales, llevando este anime a la categoría de seinen.
El bombazo final que supone la última parte de la temporada es lo que hace que Chainsaw Man sea realmente tan grande. El capítulo ocho mezcla la trama entre Kyoto y Tokyo, donde la yakuza acude por fin a la lucha contra la Seguridad Pública. Makima despliega todo su arsenal y nos llena de misterios. Recuerda un poco a Ataque a los Titanes en el sentido que el autor no le tiembla el pulso de eliminar a personajes con los que ya se había tomado cariño, a la vez que va dejando retazos de otros que seguro que tendrán su importancia más adelante.
Los momentos de tranquilidad entre personajes son casi más impresionantes que la acción, y eso dice mucho, considerando lo excelente que es realmente la acción en Chainsaw Man. Es posible que algunos se hayan desanimado por el estilo con el que se anima la forma del Diablo de Denji de vez en cuando, pero crece rápidamente y demuestra su valía a través de una ejecución magistral. Este equipo sabe cuál es la mejor manera de utilizar diferentes estilos artísticos para adaptarse mejor a las batallas individuales.
Ese es otro de los grandes logros de la serie. La animación de MAPPA es para sacarse el sombrero. Las batallas que presenta, sobretodo la del capítulo final son sobrecogedoras. Desde el capítulo ocho con la Serpiente de Sawatari o las espadas del Demonio de la Katana (que constantemente tienden a chocar con las motosierras de Denji), hasta las escenas más relajadas. Todo es una delicia de animación. Normal que hicieran huelga los animadores de MAPPA por sobre-explotación. Además, la banda sonora de Kensuke Ushio, capaz de combinar con la calma y el terror inminente, encaja perfecto con la historia.
Las expectativas eran altas para Chainsaw Man y, aunque los lectores de manga parecen estar en desacuerdo con algunas decisiones creativas, los espectadores del anime que buscan descubrir de qué se trata todo este alboroto estarán de enhorabuena. Pero dicho regalo también se siente un poco como una promesa para que temporadas futuras mantengan esa calidad, lo que podría ser una tarea difícil para Studio MAPPA. Sólo podemos esperar que esta historia continúe con una adaptación tan cuidadosamente elaborada como ésta.
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