Ya han pasado unos días desde que ví Civil War y mi cabeza no termina de aclarar de lo que si fui a ver al cine fue una locura o una genialidad. Citando a nuestro estimado Jack Sparrow: ‘es sorprendente lo a menudo que coinciden esos dos conceptos’, en una de las escenas más divertidas que recuerdo. Pero no nos desviemos del propósito de este post, ya que viene a dar una respuesta a esta locura colectiva que se ha adueñado de la gente, ya que desde su estreno, las redes sociales no han hablado de otra cosa, situando a la última obra de Alex Garland por las nubes.
Pero, ¿es veraz este optimismo tan desbocado? ¿Responde a algo especial de la película? Lo que sí podemos afirmar de Civil War, es que es diferente. Nadie se había atrevido a tanto con tan poco. Es decir, Alex Garland propone un mundo contemporáneo en el que los Estados Unidos se ve abocado a una Guerra Civil ya que el gobierno de turno a utilizado drones para atacar a la población civil. Ha desmantelado el FBI y creado su propia guardia pretoriana. Nada informa más del origen del conflicto, solamente presenta el punto de partida.
Es una guerra abierta. Ambos bandos tienen un ejército. Por un lado está el gobierno central y luego tenemos los estados rebeldes de Texas y California. No hay ideologías discernibles más allá de ganar. Para los protagonistas de esta película, Lee (una Kirsten Dunst), un adicto a la adrenalina, Joel (Wagner Moura -patrón-), la novata Jessie (Cailee Spaeny) y el mentor Sammy (Stephen McKinley Henderson) sólo hay trabajo que hacer. Conflicto a seguir, evidencia que capturar. La trama se va a centrar en este grupo de periodistas que cubre el conflicto. Con un punto un poco parecido a lo que vivimos en Green Zone, donde parece que los periodistas son parte de algo que debe estar sujeto al poder y viven en un mundo aparte del conflicto que se está desarrollando.
Civil War funciona en el nivel del ejercicio intelectual: una película clara sobre los horrores de la guerra y el trauma en la que los periodistas son los héroes poco sentimentales, y que confía en que el público saque sus propias conclusiones sobre la política estadounidense en lugar de alimentar con escenas desenfrenadas de acción. Además, dentro de este viaje, estos periodistas van a terminar siendo parte del conflicto, ya que en el objetivo de entrevistar al presidente va a encontrarse con diferentes etapas en las que vivirán episodios que dejarán al espectador acongojado. En especial, el de la pregunta ¿qué tipo de americano eres?
Probablemente parte del hype que creó fue el trailer que nos vendió Garland cuando anunció la película. ¿Es un película bélica? Lo es. Pero se centra en otro tipo de tramas más allá de la pura estrategia militar o del porqué del conflicto que ha estallado en el país americano. Una película de periodistas de guerra, cruel y que no tapa ninguno de los horrores de la guerra. Hace que el espectador sea el quinto integrante de grupo de reporteros, que viajemos con ellos en la camioneta y que podamos empatizar con cada uno de ellos.
El resultado es una película que va in crescendo. Al principio puede parecer algo lenta, pero en cuanto arranca el viaje, va proponiendo escenas de cada vez más tensión, con el bombazo final. Después de la reflexión pertinente, tengo que decir que se trata de una película altamente recomendable. Ofrece reflexiones interesantes respecto a la guerra y propone una fase final de la película que probablemente destaque todo lo que ha ido preparando Garland a los personajes, ya que se trata de una hora completa de acción y desenfreno. Muy bien hecha, presenta un mundo tan realista que podría llegar a asustar por su frialdad.
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