Había que despedir este 2021 de la mejor manera posible. Gracias a William Zabka y Ralph Macchio tenemos un gran cierre de año en Netflix con la cuarta temporada de Cobra Kai. Una temporada en la que por fin abandona un poco el fan service que había explotado en la tercera temporada y que permite en estos nuevos 10 capítulos explorar la evolución de una serie de personajes que se habían quedado en peligro de estancamiento.

En mi opinión es una temporada que permite a la serie volver a sus raíces y crear una mezcla exitosa de nostalgia, acción y crítica social, la serie creada por Josh Heald, Jon Hurwitz y Hayden Schlossberg a parte de expandir el universo de Karate Kid no pierde oportunidad de señalar algunos de los problemas, y tirar también de clichés, pero de una forma amena y muy divertida. Gracias al legado de las tres películas anteriores se ha permitido conocer toda una serie de personajes y localizaciones. Si bien la introducción de este legado ha sido introducido de una manera pausada, gracias a este ritmo lento la serie puede ser más disfrutable a lo largo del tiempo.

Es como si al recibir una bolsa de caramelos tus padres no te los dieran todos a la vez, si no que los van ofreciendo cuando el anterior ha sido disfrutado del todo. La primera temporada fue el reencuentro de John Lawrence y Dani, la aparición de Cobra Kai y todo su legado volviera a nacer; la segunda temporada nos trae al personaje de John Kreese, con toda su fuerza intacta. La tercera temporada nos reserva la aparición de los viejos personajes del viaje de Dani y Miyagi-sensei a Okinawa, además de la aparición de Ali Mills a modo de complacer a todo el fandom (me incluyo). En esta cuarta se va a recuperar a un villano para la causa.

En todas estas temporadas siempre había habido sorpresas, vueltas al pasado que permitían revivir sucesos de la vida de John y Dani que todavía estaban sin resolver. En esta ocasión, el personaje que va a atormentar a los alumnos de Miyagi-dō karate de Daniel-san y de los acólitos de Lawrence en Eagle Fang no es otro que de Terry Silver, el antiguo profesor de Daniel y villano de Karate Kid 3. Me ha encantado su aparición y el desarrollo de su personaje, aunque con algunas lagunas de guion en su evolución, el resultado es muy satisfactorio.

Es recomendable saber de dónde venimos para conocer lo que podemos esperar de esta temporada. Durante la tercera temporada vimos principalmente el proceso de rehabilitación de Miguel (Xolo Maridueña) mientras que la tensión entre los dōjōs de Cobra Kai y Miyagi-dō va en aumento. Después de todos los encontronazos, peleas, discusiones, los piques entre los profesores, etc, todo queda resumido en que se verán las caras en el 51th All Valley Under-18 Karate Tournament. El dōjō que venza se quedará con el karate en All Valley.

En esta cuarta temporada, salvo por la aparición de Terry Silver, no habrá momentos de recordar el pasado. Todo se fragua con un objetivo, derrotar al oponente. Para ello, Dani y Johnny van a formar equipo en un mismo dōjō, intentando sumar sus distintas versiones de karate. Por otro lado, Terry se unirá a Kreese con el objetivo que tenían desde las películas antiguas, que Cobra Kai reine en el valle. La incorporación de Silver le va a dar a Cobra Kai un nuevo aire. No todo va a ser tan encefalograma plano como cuando teníamos a Kreese. Hay un plan sibilino para crear discordia en el otro bando.

Mientras Dani y Johnny parecen incapaces de resolver sus diferencias, Kreese y Terry van a ir a explotar las diferencias. Encontrar la debilidad del oponente y aprovecharse de ella. Lo que parece imposible para los protagonistas será posible gracias a los alumnos. En una muy bien llevada interpretación, me parece que el personaje de Samantha Larusso (Mary Mouser) da un paso adelante y parece la que más va a progresar en lo que se refiera a adquirir las mejores versiones tanto de su padre como de Johnny Lawrence. Por el otro lado, y tengo que decir que por fin porque le estaba empezando a coger algo de manía, está el personaje de Robby Keene (Tanner Buchanan), que demuestra un desarrollo muy conseguido a su personaje.

Otros personajes en cambio parecen anclados y no han tenido el desarrollo esperado durante esta temporada. Puede que peque pero decir que Dani y Johnny me parecen que deberían progresar más es imperativo. Ojalá lo que se ha visto en el último capítulo de esta temporada de sus frutos. Miguel es otro del que me esperaba más. La sorpresa para la quinta temporada puede ser Tory (Peyton List), de la que parece se han sentado las bases para poder hacer de ella una gran personaje.

De la parte de la crítica social me ha gustado mucho como se han enfocado ciertos temas que cada vez están más de actualidad. Lo que se refiere a la igualdad está muy conseguido. De una forma natural y no impuesta se eleve la categoría de la competición femenina y va a ser crucial para el torneo. El otro aspecto a destacar es el peligro del bullying o cyberbullying. En este caso encarnado en el hijo menor de Daniel Larusso, la víctima será un nuevo personaje que seguro tendrá algo que decir en las temporadas que quedan por venir de Cobra Kai.

En los sucesos que dieron fin a la tercera temporada nos encontramos que podríamos haber afrontado la última temporada de Cobra Kai. La realidad afortunadamente es bien distinta, hace unas pocas semanas Ralph Macchio confirmó que el proyecto de Cobra Kai tiene previstas una 6 temporadas. Y visto el final de esta cuarta temporada vienen muchas curvas en las 2 temporadas que quedan pendientes. Me va a gustar mucho verlas, tanto como me va a costar esperar a su estreno. Aún con sus pequeños fallos y algunos personajes un poco planos, el hecho de saber envejecer es una cosa que muy pocas series tienen y Cobra Kai lo está sabiendo hacer muy bien. Esperando con ganas la quinta temporada.

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