La sexta (y última) temporada ha llegado a Netflix. Al menos, parcialmente. Esta ultima temporada se va a dividir en 3 partes, un inacabable final que me recuerda a como terminó Attack On Titan. Espero que no se nos haga de rogar tanto como lo hizo el anime. Serán 3 partes de 5 episodios cada una y pondrán fin a la eterna lucha que han tenido desde sus inicios los dojos de Cobra Kai y Miyagi-do. El universo de Karate Kid comienza a ver la luz al final del túnel.
La última temporada parecía que el dojo liderado por Kreese y Terry Silver tocaba a su fin, con el primero desaparecido y el segundo detenido. Pero la serie ideada por Jon Hurwitz, Hayden Schlossberg y Josh Heald parece que tiene un pozo sin fondo en cuanto se refiera a ideas por explorar. Eagle Fang y Miyagi-do se fusionan con el objetivo de dar guerra en Sekai Taikai (competición mundial si lo traducimos directamente del japonés), el torneo de Karate más famoso del mundo.
Parece que esta vez sí que ha llegado la paz en All Valley. Todos los enemigos parecen haber curado sus rencillas. Tory con Sam, Miguel con Robby, Kenny Payne con el resto. Incluso ese par de inmaduros con los que nos lo pasamos tan bien y que son el alma de la serie, Danny y Johnny. Tener una causa común parece haber alineado a todas las partes … de momento. El Sekai Taikai va a sacar las malas artes de todos, ya que todos quieren participar en el torneo.
Cada uno con sus intenciones. Unos por llamar la atención internacional y tener un acceso más fácil a la universidad, otros por la ilusión de competir y otros por ser lo que mejor representan el alma del dojo. En esta parte la serie se vuelve algo predecible, ya que todas las posibles situaciones que puedan darse entre los protagonistas se ha dado ya en algún momento en las temporadas anteriores. Supongo que es el precio a pagar por ver situaciones nuevas. Explora personajes antiguos, como con la aparición de Barnes y deja huella con ideas interesantes que dan que pensar. Por ejemplo, la deriva que tiene Kenny y la conversación de su primo con el correccional o el propósito que se le da a la universidad y como se ha de plantear por parte de un alumno de preparatoria.
La serie tiene la capacidad de abrir hilos de la historia de este universo que antes parecían incuestionables. La misteriosa caja de Miyagi va a abrir interrogantes que tiene pinta que nos van a acompañar durante las 3 partes de las que se compone esta temporada. También en lo que se refiera a los villanos. Si algo tiene Cobra Kai es su capacidad para sacar tramas donde no los hay. La aventura de Kreese no ha terminado y demuestra tener más vidas que un gato. Vuelve a sus orígenes, allí de donde nace Cobra Kai y nos trae otra flashback de el porqué de su actitud y sus acciones.
Me ha gustado la forma en la que se ha creado la contrapartida de Miyagi-do & Eagle Fang. Kreese parece haber vuelto a encontrar su sitio y ha creado un villano todavía más feroz que Keene o lo que en su día fue Johnny. Kwon promete dar mucha guerra y se le un villano con muchísima furia y nada que perder. El papel, aunque forzado del team swap de Tory era necesario, aunque muy previsible. Por como le habían ido las pruebas para el acceso al Sekai Taikai dentro del Miyagi-do, yo hubiera apostado por Devon, pero es demasiado buena persona y le falta ese punto de ira irracional que demuestra Tory en el combate contra Sam.
Así, que en una última escena en Barcelona, ciudad donde se va a celebrar el Sekai Taikai, entran en escena los participantes al torneo. Hay nombres curiosos y como anfitrión, España estará representada (todavía no lo sabemos, pero el único nombre español que se acierta a ver es Furia de Panteras). El cliffhanger que nos dejan al final es el adecuado, ya que no se vosotros, yo tengo muchas ganas de seguir explorando la siguiente parte de esta temporada, que llegará a mediados de noviembre.
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