Una de las noticias que tuvimos antes de que terminara el pesadito año de 2020 fue el adelanto de la tercera temporada de Cobra Kai al 1 de enero para la plataforma de Netflix. Han vuelto a ser 10 capítulos con el formato habitual de 25 – 30 minutos y que queréis que os diga, se me ha hecho corto. No porque no hayan pasado cosas, sino porque parece que todo lo interesante ha pasado al final. Vamos por partes.

Los eventos del final de la segunda temporada nos dejaron con varios interrogantes abiertos. Miguel en la UCI con un diagnóstico muy reservado, a Johnny sin Cobra Kai y sin ganas de vivir. ¿Qué hará Kreese con su nuevo juguete? Daniel y su esposa perplejos a lo que se ha desencadenado en el Instituto Grand Valley. Además de muchos otros rumores que se han ido confirmando a lo largo del paso de los capítulos, como la aparición de Elisabeth Shue.

Sin querer entrar en mucho spoiler, esta tercera temporada de Cobra Kai repite lo que tan bien ha funcionado durante las dos temporadas anteriores. Un viaje a la nostalgia, el gamberrismo de Johnny, el dúo LaRusso-Lawrence y las escenas de acción. Para añadir un poco más de contexto y poder desarrollar un poco el personaje de Kreese se ha añadido un viaje al pasado que ‘casi’ nos hace empatizar con el personaje. El propio Kreese se encargará de que esa tentación no dure demasiado.

Y es que como vimos al final de la segunda temporada, Johnny se siente culpable de todo lo que ha pasado en la escuela y del doloroso final de Miguel, sobre todo porque fue causado por su hijo Robby. Y gracias a esto nos adentraremos en un viaje a la redención protagonizado por Johnny que no hará más que enamorarnos un poquito más del personaje. De la misma manera, Daniel LaRusso va a necesitar volver a sus orígenes para poder salvar su vida y su familia. Que disfrute los capítulos del viaje a Okinawa, sobretodo con la presencia de Kumiko (Tamlyn Tomita) y Chozen Toguchi (Yuji Okumoto), que reditarán sus personajes de Karate Kid II (cuando Daniel-san fue a Okinawa con el señor Miyagi). Nos va a servir para ver que toda persona merece redención (y alguna otra sorpresa que se llevará Daniel). Me ha gustado mucho esta parte.

Pero los eventos principales de esta temporada van a estar centrados en los sucesos de la pelea del final de la segunda temporada. De la huida de Robby y el intento de Kreese por traerle al lado oscuro. De la forma que tiene Johnny de redimirse intentando salvar a Miguel. Cada acción de Kreese va a hacer que le odiemos un poco más, en su perfecto papel de catalizador de maldad. Para ello evocará el antiguo espíritu de Cobra Kai (todo aquello que Johnny quería evitar), reclutará nuevos miembros y lanzará un mensaje mucho más duro y directo. Eso creará dudas en el Cobra Kai que dejó Johnny y provocará la reconciliación de alguno de sus miembros con la gente del Miyagi-do karate.

A medida que avanza la serie va cobrando más interés. Como si nos aletargara en el momento inicial (se puede hacer un poco pesado) para soltarnos un par de bombas en los capítulos finales que nos dejarán con ganas de más. La primera bomba es la pelea en casa de los LaRusso. Se pedía a gritos una tunda abierta entre los dos dojos. Y también viene de forma rápida y sin anestesia previa. Buena acción y momentos en los que los protagonistas se crecen, gran momento de Hawk. El clímax es la aparición en el dojo de Cobra Kai de Johnny y Daniel y su pelea contra Kreese, momento muy alucinante. Sirve para que el agua vuelva al cántaro y veamos la primera versión de Johnny y Daniel trabajando juntos, en la que espero que nos de momentos muy divertidos a la vez que míticos.

La segunda bomba es la aparición de Ali Mills. La archinovia, causa primigenia de las disputas de Johnny y Daniel, hace un amago de aparecer cuando operan a Miguel (rumor muy confirmado), pero de sopetón y sin previo aviso la vemos y será un torrente de recuerdos. Para mí ha sido un poco forzado la cita que tienen, pero ese momento final en la fiesta de navidad sirve para que Johnny cierre heridas con Daniel (esperemos que definitivamente) y podamos ver la mejor versión de este dúo.

Todo nos evoca a una cuarta y (definitiva) temporada, en el que el torneo de All Valley decidirá quien reina y quien cae al tatami. Esperemos que sirva para poder cerrar una historia que si bien me está gustando mucho si voy notando que puede pecar de estirar el chicle más de la cuenta. Esperemos que no pase. Me ha gustado mucho esta temporada.

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