Era innegable que sucumbiríamos a esta película. Los motivos son claros. Cruella de Vil es una de esas villanas por excelencia de la infancia de la gran mayoría de nosotros, la malvada mujer que quería matar a 101 cachorros de dálmata para hacerse un abrigo digno de envidia. Por otro lado, Emma Stone bajo su piel, no sé a vosotros pero a mi me encanta, su naturalidad, su presencia. Todo está en orden para sentarse y disfrutar de la película. Veamos si ha cumplido expectativas.

En esta película, como en todo lo que se hace ahora, se nos contará los orígenes del personaje. Veremos la infancia de Cruella, su adolescencia y sobre todo el momento que la convertirá en el personaje que será para siempre, Cruella de Vil. El camino no ni de lejos rápido e intentará justificar la degradación del personaje.

Es muy complicado construir un villano sin que resulte desagradable. Lo vimos perfectamente construido en Maléfica, pero esa fórmula no podría repetirse muchas veces, principalmente porque una CCruella buena no encajaría nada con el personaje. De modo que Disney esta vez sí construye una villana y para ello se ve obligado a construir un personaje egoísta y malvado que está dispuesto a pasar por encima de quien sea para conseguir lo que se propone. Como la fórmula no funcionaría desde el principio, nos plantean a un personaje amable y con una situación familiar dura, esto permite justificar que sólo se está defendiendo de una situación horrible y así buscan que empaticemos con ella, a pesar de que antes o después tendremos que dejar de hacerlo, porque no nos engañemos, es la mala y con los malos no debemos empatizar, o no suele ser el objetivo.

La otra fórmula para que no resulte tan desagradable es ponerle enfrente a alguien peor que ella, de modo que la moralidad del espectador se ve obligada a decidir entre lo «menos malo» es un buen recurso y funciona para que en todo momento estemos del lado de Cruella, pero en realidad tiene un problema y es que es un truco de que deja de funcionar al final de la película, porque el personaje final es un villano y como buen villano no nos tiene que gustar. Esto lo digo porque Disney tiene intención de hacer la segunda parte y no lo estimo necesario, principalmente porque la siguiente película debería hacernos odiar al personaje, no ponernos de su lado.

En la otra mano tengo una contradicción a la que se enfrenta el guion de esta película y creo que es donde más falla estrepitosamente. La lucha entre ricos y pobres, donde los pobres son los buenos y los ricos los malos. El problema de este mensaje existe porque el objetivo de Cruella es convertirse en aquello contra lo que está luchando. Es contradictorio criticar algo y dirigir tus objetivos hacia allí.

Otro de los puntos negativos que le encuentro a Cruella es la obsesión de Disney por alejarse del cine familiar y las películas para niños en productos como este. No creo que me gustase esta película para mis hijos por diferentes motivos. Uno de ellos tiene que ver con todo ese aire gótico que le han dado a Cruella, que además resulta incoherente con el personaje, ya que Cruella debería ser una referencia en el mundo de la moda.

Por tanto qué podemos decir de Cruella, que es una película entretenida que acierta en la manera de enfocar el personaje, que yerra en la estética de plantearlo y que termina sin empatización alguna. No te arrepientes de verla, pero te quedas muy lejos de lo que pudiste sentir en películas como «Maléfica»

Guion

Dirección

Dirección artísitica

VFX

Puntuación

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