Dan da Dan se basa en el manga de Yukinobu Tatsu del mismo nombre, que combina los géneros de ciencia ficción, acción, terror, sobrenatural y romance. Aunque su gran éxito ha permitido que el anime traído por Science Saru se haya viralizado de forma global, me cuesta ver que la demografía a la que pretende dirigirse sea shönen desde un principio. Demasiado simple para un seinen, demasiado explícita para un shönen, ya desde el primer capítulo deja claro que no va a tener reparos en mezclar los géneros antes mencionados con situaciones y vocabulario algo soeces.
Momo Ayase es una chica de secundaria que cree en fantasmas pero no en extraterrestres, mientras que su compañero de secundaria, Ken Takakura, a quien Momo apoda «Okarun», cree en extraterrestres pero no en fantasmas. En una apuesta para determinar quién tiene razón, los dos deciden visitar por separado lugares asociados con lo extraterrestre y lo oculto: Momo visita el primero y Okarun visita el segundo.
Esto hace que Momo sea secuestrada por extraterrestres y que Okarun sea poseído por un demonio llamado Turbo Abuela. Mientras que Momo obtiene poderes psíquicos, Okarun pierde sus genitales, pero adquiere habilidades en su forma poseída. Juntos, forman equipo con amigos, familiares y compañeros de estudios para luchar contra sus captores, junto con otros espíritus (yōkai) y extraterrestres, todo ello mientras navegan por sus sentimientos románticos mutuos.
Lo que más me ha gustado de esta temporada de Dan da Dan, ha sido la capacidad que han tenido Hiroshi Seko, encargado del guion, de dotar a la historia de Yukinobu Tatsu de una complejidad única. Me explico, las historias paralelas que han hecho enriquecer la trama tan simple que presentaba el anime (perseguir los genitales de Okarun) ha permitido conocer otras subtramas, centradas en los fantasmas, que son oro puro. Lo mejor de la serie sin duda.
Aunque, el final del episodio 12 termina la temporada con la sensación de que todo está por hacer. No tienes muy claro hacia donde avanza, porque el objetivo es tan simple y no hay villano concreto. Pocos animes he visto con un cierre de temporada tan abrupto. Te lleva directamente a querer saber que ocurre en la siguiente temporada, porque si has llegado al episodio 12, es imposible que no te hayas encariñado de la pareja que forman Momo y Okarun. En cierta medida, la extraña aparición de Jiji hace que Okarun de algunos pasos adelante.
En cuanto al estudio, Science SARU ha sido conocido por su paleta de colores dinámica en otras series de anime como la versión renovada de Devilman Crybaby de Netflix o la belleza de Japan Sinks 2020. El estudio animó un episodio de Star Wars: Visions. Dan da Dan combina todo lo que el estudio de animación ha hecho en el pasado, posiblemente con varias inspiraciones de otros animes también. Me viene a la cabeza rápidamente otro anime de este estilo como lo fue Mob Psycho, también gamberro, pero mucho más serio. El resultado es una adaptación y un dibujo sobresaliente.
Mi única crítica es el hecho de que no hacía falta mostrar ese lado tan soez que tiene Dan da Dan, porque tiene todo lo demás para ser el anime del año, es una obra maestra visual. El diálogo y los momentos en los que se permite al espectador sentarse con la incomodidad entre Momo y Okarun están ejecutados a la perfección en cada escena. Estos momentos crean una tensión romántica impecable, adecuada para un programa que combina elementos de comedia romántica con tanta locura deliciosa.
El miedo que tengo es que Dan da Dan acabe siendo un anime harem. Tenemos a Okarun y Momo, pero después está la despreocupada abuela, Aira, la Turbo Abuela (es coña), las amigas de Momo, etc. Me asalta una pregunta, por desconocimiento de la obra, de a dónde va a ir a parar la historia de Yukinobu Tatsu. La segunda temporada nos va a venir en la temporada de verano, así que ya tendremos algo para las vacaciones.
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