En un mundo en el que los vampiros son la raza dominante, y los humanos un simple 5% de la población la sed de sangre es un trascendentalísimo problema. La sangre es un bien escaso, demasiado preciado como para desperdiciarlo. Ahora el racionalismo es la ley, es su credo, es… la perdición de la raza vampírica.
Desesperados por la falta de alimento los vampiros empiezan a alimentarse unos de otros, pero el consumir la sangre dotada del Don Oscuro tiene sus consecuencias. Degradados, convertidos en criaturas puramente instintivas los ataques son constantes y mientras tanto el Dr. Edward Dalton busca un sustituto para la sangre que no termina de cuajar. ¿Llegará a tiempo la cura?
Quedan pocas cosas que decir sobre los vampiros pero este argumento es uno de esos originales que llevan a amantes de los vampiros como yo e, incluso, gente que no lo es, a buscar la ocasión de ver la película. Pero todo lo bueno que tiene el argumento es lo malo que tiene la película. De verdad es un agónico dolor para alguien como yo, que adoro las películas de vampiros, ver como se desaprovecha tan clara oportunidad.
Con efectos especiales de película de los 90, mala actuación de los actores y penosas escenas de acción la película aburre desde el principio y hace sentir al espectador que lo han engañado.
Sinceramente, no es película ni para hacer mala crítica de ella. No merece ni eso. No sólo no recomiendo verla sino que a la gente que ama el tema de los vampiros les propongo ni olerla. La decepción es onerosa.
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