Menuda sorpresa que me ha deparado Netflix. Draft Day es una película que fue lanzada en 2014 y que debido a su temática, en España no gozó de mucha fama. Para los que seguimos el deporte americano las palabras de Draft Day nos dicen mucho. Todas las ligas americanas cuentan con este día, donde las jóvenes promesas del deporte se reúnen para ser escogidos por los equipos que conforman las ligas profesionales.
En este caso, la liga en cuestión es la NFL (National Football League). Para el que no lo sepa, es un evento que consta de 7 rondas, donde cada equipo de la liga, en este caso 32, van a escoger a los jugadores que van a ser sus futuras estrellas. 224 jugadores que esperan dar el salto a la fama. Un día en el que todo puede pasar. Un evento televisado mundialmente y que recoge a lo mejor de la NFL en la Gran Manzana de New York, donde se despliega el gran show del deporte americano.
En sí la historia de ‘Draft Day’ es la historia de Sonny Weaver Jr (Kevin Costner). Sonny es el General Manager (GM) de los Cleveland Browns, una franquicia de la NFL con una larga historia dentro de la liga pero venida a menos. Y el objetivo de Sonny en el draft es montar la de un equipo campeón, en el que quiere ver reflejado su talento, su pasión y su ganas de triunfar. Montar un equipo del que su padre, antiguo entrenador despedido por su hijo, estuviera orgulloso de entrenar.
A partir de aquí, el sueño de todo aficionado al deporte-gestión. Entraremos en los tejemanejes de los tratos entre diferentes equipos, viendo lo que uno arriesga por el camino. La difícil confluencia de mantener al jefe contento, mientras que la gente de tu alrededor parece ver como te quemas. De como el entrenador que has fichado ve que el trabajo de scouting realizado se va al traste solamente por el deseo personal, o de cómo mantener la cordura de los jugadores de tu equipo que ven amenazada su posición. Además enseña de una manera bastante efectiva el hecho de que los intereses individuales al final no sirven en los deportes de equipo, incluso en los americanos, donde se dan tan a menudo los jugadores-franquicia.
La gran ventaja de la película que plantea es el ritmo. Tal y como está concebida, el viaje solamente dura unas 20h, las 12h previas al Draft hasta la celebración del consiguiente resultado. En medio tenemos un historia muy bien llevada de la figura de Sonny, que, además de estar soportado a la presión de jugarse el futuro del equipo (y la ciudad) en menos de 1 día, debe sobrellevar la ‘carga’ del reciente fallecimiento de su padre y el descubrimiento que él va a ser pronto uno. Si bien Kevin Costner nos regala una actuación propia de su nivel, el hecho que la historia tenga tan poca duración no permite ver la evolución de otros personajes, como Ali (Jennifer Garner), su madre Barb (Ellen Burstyn), coach Penn (Denis Leary) o el dueño del equipo Anthony Molina (Frank Langella).
En este caso se a cumplir la expresión del ‘quién no arriesga no gana’ y Sonny Weaver ha puesto toda la carne en el asador para hacernos disfrutar de una a veces divertida, a veces tensa, película de deportes. Transitando a medias en lo que podría ser un ‘Moneyball’ o ‘Un Domingo Cualquiera’, Draft Day consigue ser rápida, directa y eficiente, logrando atrapar desde el primer minuto con esas imponentes tomas áreas de las ciudades, seguidas por los estadios del equipo de ‘football’. Puede que si no eres fan del deporte americano te sientas un poco fuera de contexto, pero Draft Day hace todo lo posible para que cualquiera pueda disfrutarla.
Ya solamente con el trailer merece la pena. Corred a Netflix, insensatos:
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