Es curioso lo que la falta de avidez para entender una película, puede hacer en ella. El Becario es una película que tenía muchísimas ganas de ver y los comentarios simplones y malas críticas twitteras, me han hecho retrasar su visionado más de lo que la película merecía y en este caso, maldigo a la gente sin ojo para una buena historia, porque el Becario es una excelente película que tiene tras una estética de película romántica, una profunda crítica a la sociedad actual.
Ben Whittaker un hombre jubilado y viudo que necesita hacer algo con su tiempo, acepta el trabajo de Becario Senior en una empresa que tiene 18 meses de vida, pero que está siendo un pelotazo en internet. Una empresa que vende ropa para chica. El éxito de esta empresa no se debe a la idea, profundamente normal, sino a su fundadora Jules Ostin, una chica joven y con talento que ha sabido dar a sus clientes lo que necesitan un buen producto acompañado de un buen servicio. Pero a pesar de su éxito, Jules tiene muchos problemas y es aquí donde la voz de la experiencia ordenará donde hay desorden, en un lugar en el que parece que sólo hay éxito.
La película ha sido duramente bapuleada por los más entendidos críticos y después por los menos entendidos, tiene un 5,7 sobre 10 en rotten tomatoes. Pero la recaudación en taquilla ha sido más que generosa y los números les han salido. Doy este dato, porque a pesar de que flota en el ambiente que la película era simplona, esta crítica es del todo injusta y lo corrobora Quentin Tarantino, quien ha dicho de ella que es una de las mejores películas de año, que debería haber estado nominada a los oscars al mejor guión y que Robert de Niro mereció nominación por su interpretación. Todo verdades como templos, esta película es una grandísima película y no por lo espectacular sino por su mensaje, «hemos mejorado en muchos aspectos, pero hemos empeorado en otros.»
Nancy Mayers, la directora y guionista, pide al mundo con esta película que los hombres sean hombres y que las mujeres luchen por sus sueños, para ellos banaliza a los hombres de ahora comparándolos con los que los años 50, una época que la que ser hombre implicaba ser un caballero, tener un pañuelo que ofrecer a la que llora y preocuparse por la gente de su alrededor haciendo de este mundo, un lugar mejor. Estas virtudes, desgastadas y faltas en los hombres de nuestra sociedad, tiene que ser reclamas por un personaje mayor y lleno de experiencia, Ben Whittaker (Robert de Niro) que con su sensibilidad «anticuada», va ayudando a una generación joven y modernita, acostumbrada al usar y tirar de las cosas, a mejorar, a hacer las cosas mejor. Me ha llamado mucho la atención, que en una película que parece tratar el feminismo, hable tanto de los hombres y pida tan a gritos que el hombre, vuelva a ser hombre.
Lo bonito está en el equilibrio, ya que este hombre de verdad, masculino y caballeroso, no desentona lo más mínimo con la mujer emprendedora y luchadora que tiene sacar adelante una empresa impresionante a la vez que formar una familia. Sino que la ayuda a ello y la admira, apoyándola ciegamente, invitándola a luchar por su sueño y corrigiéndola en los asuntos en los que se equivoca. Una pareja que representa lo que para Nancy Meyers deberían ser un hombre y una mujer, unos esteotipos de ambos que a mí, me han gustado mucho.
Tiene esta película además, dos mensajes ocultos que me han hecho pensar y que también quiero compartir aquí. Uno de ellos, la crítica a las cosas de ahora de usar y tirar, Ben (Robert de Niro) utiliza en todo momento sus clásicos accesorios, de una calidad tan sorprendente que los usa después de años, mientras que nosotros, todo lo compramos barato y rompible volviéndonos consumistas y desapegados. El otro detalle, tiene que ver con el matrimonio, la lucha que supone la entrega de una persona a su trabajo y las consecuencias que esto supone en casa, un tema del que se podría también hablar fijándonos en el matrimonio de Jules (Anne Hathaway).
Tanto mensaje, necesitaba de un reparto que diese la talla y no sólo ha sido así, sino que se han pasado de la ralla. Robert De Niro está impresionante en esta película, no hace falta hablar de lo buen actor que es porque por algo es quien es, pero en esta película saca pecho y hace honor a su fama dando, a esta historia una interpretación que bien mereció, como dice Tarantino, una nominación al óscar. El otro papelón, es de Anne Hathaway que hacía mucho tiempo que no la veía tan impresionante en pantalla, dulce, sensible y tierna, está impresionante.
La estética de la película pone la guindilla a la película, la decoración de las casas y oficinas, el vestuario de los personajes, la luz y los colores elegidos claros y muy acogedores la hacen agradable de ver y como a esto tenemos que juntar los ricos elementos del guión, que ya he comentado y su reparto, me atrevo a decir que estamos a ante una gran película, disfrazada de comedia típica. No os dejéis influenciar y escarbar en ella, encontraréis, como dice Tarantino, un guión de oscar y un buen rato con una buena película.
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