¿Quién sabe si estamos ante la última oportunidad de poder ver una película del maestro en el cine? Hayao Miyazaki es un director que pasará a la historia del cine y de la animación con total seguridad. Tiene una forma única de hacer películas y ese sello lo acompañará siempre. Hace 10 años, Hayao Miyazaki estrenaba la que en principio iba a ser su última película, ‘El Viento se Levanta’. En este largo idas y venidas del retiro de Miyazaki, Toshio Suzuki, íntimo amigo del director, anunció en 2017 que Miyazaki volvía para hacer una película.
Obviamente, no nos referimos a ‘Erwig y la Bruja’, obra de su hijo Gorō Miyazaki, estrenada en 2020. Gorō iba a ser el sucesor de su padre en el estudio, pero las diferentes formas de enfocar los proyectos han hecho que entre padre e hijo no exista la mejor de las relaciones profesionales. Las peleas que hubo entre ellos en ‘Cuentos de Terramar’ o la producción totalmente digital de ‘Erwig y la Bruja’ llevaron a que el estudio se vendiera a Nippon TV, convirtiéndose en una subsidiaria de la cadena televisiva.
El anuncio de la producción a la que se refería Suzuki llegaría en Octubre de 2017, con el anuncio del título por el propio Miyazaki. Inicialmente ‘El chico y la garza’ se iba a llamar ‘¿Cómo vives?’, insiparada en la obra de Genzaburo Yoshino de 1937. Sí, después de casi años de trabajo, la obra llegaría a Japón el verano de 2023 con una estrategia de marketing curiosa. Sin anuncios, sin publicidad, sin un mísero trailer, la película se ha situado en una de las 20 películas de anime más taquilleras de la historia del país nipón. Ahora da el salto al mundo, y donde ha caído en primer lugar ha sido España, donde ha pasado en su primera semana de estreno en 86 salas a terminar en su segunda semana en casi 160 salas. No está nada mal.
¿La razón? El hambre que teníamos de saborear la que posiblemente sea la última gran obra del maestro. ‘El chico y la garza’ va a reunir al mejor equipo de Studio Ghibli (Hayao Miyazaki en la dirección y guión, Toshio Suzuki en la producción y Joe Hisaichi en la composición de la banda sonora) en su particular The Last Dance. El resultado es una obra espectacular y muy de la línea de Miyazaki en la forma que tiene de transmitir los mensajes que ha ido dejando a lo largo de estos casi 40 años de películas, aunque no termina de ser redonda del todo.
¿Cuáles ha sido estos valores que han acompañado siempre a las obras de Miyazaki en Ghibli? El respeto por la naturaleza, una crítica a cualquier clase de guerra, la descripción de la madurez personal y el encuentro platónico de dos personas adolescentes. Todo esto se da de algún modo u otro en ‘El Chico y la Garza’. Miyazaki incluso se ha permitido traer a esta película unos nuevos competidores de mascota de Ghibli. Si ya teníamos a los susuwatari de Totoro y los kodama de Mononoke, ‘El Chico y la Garza’ presenta a los warawara, que seguro competirán por ser los kawai del año.
Después de la película de Ponyo, Miyazaki daría el paso de realizar películas con carácter más humano y menos fantasioso. Habiéndose reconocido por dotar de magia sus películas, con ese innegable vínculo sintoísta del país nipón, tanto ‘La Colina de las Amapolas’ como ‘El Viento se Levanta’ serían historias de un perfil más realista, sin tanto influencia de la mística ni religión. En ‘El Chico y la Garza’ Miyazaki rompe ese tabú autoimpuesto y se permite explorar a través de su protagonista no sólo la madurez personal sino el poder la imaginación.
La historia se centra en Mahito, un joven japonés que vive en Tokio con su familia en los años de la Segunda Guerra Mundial. Un día, durante un bombardeo, el hospital donde trabaja su madre se incendia y razón el gran trauma de Mahito, no aceptar la pérdida de su madre. Ahí, su padre, un señor con muchas luces, decide irse a vivir al campo y volver a casarse con la hermana menor de su madre, a la que se nos presenta ya embarazada. El trauma de Mahito le lleva a no aceptar la muerte de su madre ni la realidad con su nueva madrastra/tía, hasta el punto de lastimarse a si mismo.
Pero hay algo en la casa de su madre y su tía que no encaja. Hay una misteriosa garza real que suele pescar en el estanque de la casa y al llegar Mahito, comienza a acosarle. Esta garza lo guía hasta una torre abandonada que tiene un origen oscuro. La aventura de Mahito va a llevar a descubrir los secretos de la torre, donde se va a mezclar la magia y la mística, junto que ese reencuentro interior, gracias a los personajes que aparecen para ayudarle en su aventura.
No quiero seguir, ya que es una película que debe descubrir cada uno. Basta decir que esta película también tiene momentos que sirven de homenaje a la filmografía de Miyazaki. A medida que se iban sucediendo los eventos, se podían ir descubriendo cosas que evocaban a algunos momentos de películas pasadas del Studio Ghibli. Se pueden descubrir tanto películas de Miyazaki como de su gran amigo Isao Takahata. ‘La Tumba de las Luciérnagas’, ‘El Recuerdo de Marnie’, ‘El Viaje de Chihiro’ o ‘El Castillo en el Cielo’ son algunas de las películas que me vienen a la cabeza al recordar ciertas escenas de ‘El Chico y la Garza’.
Donde se ve una evolución en la obra de Miyazaki es en la animación. No recuerdo una película de Miyazaki en la que la escena inicial impactara tanto ni tan bien. La escena del incendio donde muere la madre de Mahito es de lo mejor animado por Ghibli. Además, esta película refleja el cariño por la animación clásica de dibujo, sin mucha carga de CGI. La otra gran virtud que tiene esta película es la banda sonora compuesta por Joe Hisaichi. Es especatular, muy cargada de sentimiento, elevando casi cada escena en la que aparece, siempre para brillar en los momentos más descriptivos.
Donde puede fallar un poco esta película es en el guion, que no acaba de ser redondo del todo. La mística que propone esta película parece inconexa y en vivo es de difícil digestión. Miyazaki ya nos tiene acostumbro a esto. Dado el carácter cultural tan diferente que tenemos aquí en comparación con Japón es difícil acabar de entender todo lo que nos propone. Pero aún considerando esta diferencia, en la película se siente que algo no termina de estar bien explicado, en especial todo lo que rodea a la torre y los misterios que oculta.
Aún así, la belleza que rodea esta película habla por si sola y solamente sentarse a disfrutar de ella merece la pena. Ese ha sido el sello de siempre de Ghibli y ha permitido crecer no al estudio, sino al género del anime en global. Imaginad la relevancia que está cogiendo el anime viendo a los dobladores de la versión inglesa: Christian Bale, Florence Pugh, Robert Pattinson, Dave Bautista, Gemma Chan, Willem Dafoe, Karen Fukuhara, Mark Hamill. Seguro que os suenan alguno de estos nombres. Estamos viviendo el estallido del anime a nivel global, quien no lo quiera ver está llegando tarde.
El anime ha venido para quedarse. Hayao Miyazaki y Studio Ghibli nos abrieron la puerta, y ahora no solamente ellos, Makoto Shinkai o Mamoru Hosoda son otros nombres ya relevantes del cine contemporáneo. La última obra de Miyazaki suena a despedida y por ello nos regala una colección de momentos que sirven de homenaje a sus películas pasadas. ‘El niño y la garza’ se sitúa muy alto en el listón de Miyazaki, pero sin acabar de derribar la puerta y ser tan acabada como sus grandes hitos, como ‘El Viaje de Chihiro’ o ‘La Princesa Mononoke’. Aún así, el disfrute es mayúsculo.
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