Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto del cine. Desde un tiempo a esta parte lo estuve comentando con varios amigos míos cinéfilos, sobre todo a la luz del cambio generacional y su diferente forma de enfocar las películas. El cine ha cambiado, una máquina cosechadora y acumuladora de billetes explotando hasta la saciedad las explosiones, la palometría y los efectos especiales, pero sin substancia ni ideas nuevas. En mi caso, me dejo engañar, pero mantengo el recoveco para la esperanza cuando se descubren piezas especiales. Y eso es lo que es exactamente The Greatest Showman, un regalo para estas navidades en el que no es difícil salir entusiasmado.

The Great Showman cuenta la historia de Phineas Taylor Barnum, pionero en el espectáculo del circo. Barnum es el clásico exponente del sueño americano, fracasar, fracasar y fracasar hasta que se da con la llave del éxito a base de emprender. En este caso en una época en la que las clases sociales eran tan distantes que hacían que no todo el mundo pudiera disfrutar de cualquier cosa. El riesgo de juntar a la mujer barbuda, a unos funambulistas negros de la época, al hombre tatuado, a animales de toda índole entre otros, era cualquier cosa menos un negocio seguro.

A partir de ahí la película nos sumerge en el sueño de Barnum de progresar para poder darle a su mujer y a sus hijas una vida plena y extraordinaria como les había prometido. Al participar del viaje de Jackman seremos un protagonista más del Barnum Circus, prácticamente bailando cada canción y siendo testigos de un despliegue visual acorde a la época y situación pocas veces visto antes.

Pero el sueño de Barnum casi le hace fracasar, en su viaje también vamos a experimentar la ambición del que ha luchado tanto que se cree por encima de lo que es. Una ambición que casi le hace fracasar de nuevo. Obviamente a los más puristas de la vida de Barnum no les entusiasmara porque no se acerca ni de lejos, pero tampoco es esa la intención de Michael Gracey, que es contarnos la historia de un soñador y pionero en una época cargada de contrastes y fronteras sociales.

Hay varios elementos que hacían a Hugh Jackman como el candidato a protagonista principal. Ya le hemos visto en papeles parecidos. En El Prestigio se consagra como showman y de los Miserables ya sabíamos de sus dotes de música, entre esto y la energía que desprende no me sorprende de su elección. Pero la película no es solo Jackman, hay muchos que me han sorprendido.

Zack Efron da la talla de forma majestuosa, es si no él el que levanta la película y evita que ‘The Greatest Showman’ se convierta en un casi monologo de Jackman. Pero, una Michelle Williams, para mí un poco desaprovechada, Rebecca Ferguson o Zendaya se elevan para The Greatest Showman se convierta en un espectáculo coral. Escenas como el ‘Rewrite the stars’ de Zack Efron y Zendaya o el ‘The Other Side’ del mismo Efron con Jackman en el bar ya valen la entrada.

El Gran Showman es una demostración de potencia visual, coreografías y música que vuelve a poner al musical en lo más alto de Hollywood, como ya hiciera La La Land el año pasado. De eso tienen mucha culpa Benj Pasek y Justin Paul, que vuelven a ofrecernos tras La La Land una banda sonora excepcional, con momentos únicos y muchísima energía. Aunque la película tiene algún fallo en el guion y algún (o varios) retoques digitales, todo se le perdona por la forma en la que se presenta y el buen rato que nos hace pasar. La mejor elección sin duda para estas navidades.

Dirección

Guion

Efectos

Banda Sonora

Reparto

Puntuación

(1 votes, average: 5,00 out of 5)

Cargando...