Robert downey júnior interpreta a un abogado sin escrúpulos que se verá obligado a jugar limpio en un juicio en el que está implicado su padre, un juez del pueblo en el que se crió. Es sin duda el mejor abogado que hay, pero su padre le pondrá muchas zancadillas en el proceso.
Esta película me ha gustado mucho, lenta y larga pero con una trama complicada y que abarca un montón de temas, trabajo, familia, amigos… A ratos es intrigante a otros es quizá un poco pesada pero el resultado es muy agradable. La recomiendo siempre que se tengan dos horas y media para verla tranquilamente.
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