Darius Kincaid es un peligroso asesino de fama mundial que por fin ha sido detenido, pero por motivos de necesidad es el único testigo posible contra un dictador bieloruso. Para que testifique hay que llevarle sano y salvo a al tribunal de la haya, pero para ello es necesario un guardaespaldas Michael Bryce. El viaje será algo ajetreado.
No hacía falta indagar mucho en el trailer para saber que estamos hablando de una auténtica chorrada de película, pero los que me leen con frecuencia ya saben que estoy lejos de considerar eso malo, siempre que uno sepa qué es lo que va a ver.
Esta es una película para disfrutar de Samuel L Jackson y Ryan Reynolds riéndose de sí mismos, pullitas constantes escenas de acción chorras y algún que otro momento memorable regalo de Salma Hayek que está casi tan divertida como los otros dos.
Poco más que decir, si te apetece una película tonta, esta es una buena peli tonta.
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