«Era 1953. Italia era joven y alegre y la Vespa estaba a punto de convertirse en uno de los símbolos más inimitables y populares del talento italiano». Esta es la frase que encierra una película bien hecha y, aunque no del todo fiel a los hechos por razones del guion, resume el sentido de la vida de un hombre, Enrico Piaggio, que, con una idea brillante, logra imponer una marca italiana en todo el mundo.
Tal y como se explica en la película, los hechos que se cuentan corresponden a las vivencias más importantes de Piaggio, pero otras se han añadido para darle un poco más de carga dramática a la película. Por ejemplo, se inventan las figuras del banquero Cosimo Rocchi-Battaglia (en las que se resumen muchos de los que se opusieron al proyecto de Piaggio) y la joven Susanna «Suso» Vannucci, secretaria del Ing. Piaggio, ya que no se conoce que Piaggio tuviera ninguna aventura.
Desafortunadamente, el protagonista señala que «Italia siempre es un país cuesta arriba» debido a aquellos que no son capaces de hacer de la honestidad su estilo de vida. No como Piaggio, ya que nuestro protagonista parece hombre modelo, quien realiza su sueño gracias al apoyo de una familia a la que ama, una empresa a la que no puede fallar, una estima con sus trabajadores ejemplar y un deseo de ser digno hijo de su padre. Peleará contra todos los que planean su ruina y que le harán la vida imposible.
La película parte de una fecha y lugar precisos: Pontedera 1952. Italia se encuentra en pleno proceso de reconstrucción del país después de la Segunda Guerra Mundial. ¡Y no es fácil! Una situación dramática que no le da a una industria (Piaggio) la serenidad ni los recursos necesarios para trabajar. Solamente hace falta una idea, y aparece en Roma un posible regalo. Es en este escenario que «Vacaciones en Roma» (Gregory Peck y Audrey Hepburn) se está filmando en Roma.
La película es también la exaltación de un producto italiano: «¿Qué scooter? La Vespa es un invento, algo nuevo: puso a Italia de nuevo en marcha». Aquí aparece la originalidad de una idea que ha resistido el paso del tiempo y ha sabido consolidarse en el mercado internacional participando en la difícil recuperación económica de una nación devastada, haciéndose una marca registrada de Italia, un elemento reconocible de toda ciudad italiana que se precie.
Obviamente, sin embargo, para hacer grandes cosas, se necesita coraje: el coraje que Enrico Piaggio, quizás incluso con no poca bravuconería, muestra al tratar de ayudar a sus trabajadores de muchas maneras. Seguramente el más significativo es cuando, para defender a algunos de sus trabajadores de la deportación a Alemania, durante la retirada alemana de Italia, le disparan. O cuando ante todas las presiones por cerrar la fábrica, se juega todo (su casa, prestigio y legado familiar) por apostar por la idea de su padre.
El gran invento de Piaggio es que para que un pueblo renazca es necesario poder moverse con facilidad: al principio se construyó lo que se llamó el «paperino». Entonces, el padre de la Vespa, al darse cuenta de la limitada usabilidad por parte de todos (mujeres, parteras, agrimensores, sacerdotes… tenían que usarla) estudió algo completamente nuevo: la Vespa, para ser precisos. Impacta la escena de la película en la que la protagonista señala que las mujeres no podían utilizar los primeros prototipos de la Vespa (no podían montar en el sillín con falda). En la práctica, el ingeniero Piaggio merece crédito por haber dado un paso adelante en la obtención de la igualdad entre los sexos también en el uso de un medio de locomoción moderno.
Un par de datos curiosos, quiero que el que la vea me comente que le ha parecido la banda sonora, creo que tiene un aire similar a un tema de una de las grandes series de siempre. El segundo, ya más para aficionados al mundo del fútbol, Antonella, la hija de Paola e hijastra de Enrico, se casaría con Umberto Angelli, que sería presidente de la FIAT, pero más conocido por ser el presidente de los Agnelli de la Juventus de Turín.
La película es una agradable historia italiana que tiene muchos rasgos románticos para las dos historias de amor de los protagonistas principales. Una película bien hecha y con los detalles muy cuidados. Una historia de aquellas que siempre dejan un buen sabor de boca, de las que un protagonista, contra todo y contra todos, sigue fiel a sus principios y consolida una idea, mientras rehace su vida después de la guerra. Un must de Netflix, una de esas joyas ocultas que merece la pena visitar. La única pena es que no esté doblada en español y se tenga que ver en VOSE, pero hacerme caso, merece mucho la pena.
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