En mi curiosa aventura por el mundo del streaming me he animado a apuntarme a Apple TV este mes. Y 1 de los reclamos que más aparecía en su parrilla principal, era la película de «esto va a doler«. Fingernails su título en inglés. Atraído casi por la participación de nuestro querido Carmy de «The bear». Eché un ojo al tráiler sin prestarle mucha atención y fui víctima de lo que podría ser un reclamo tramposo para vender una película como una cosa grande, cuando en realidad estamos enfrente de una terrible castaña.
Esto va a doler trata de una sociedad en la que las parejas pueden comprobar si realmente son compatibles amorosamente a través de un test, que consiste en arrancarse una uña y escanearla con la de tu pareja. El resultado de la prueba tiene como resultado, o la garantía de que eres compatible y por lo tanto, predispuesto al amor con esa persona o por el contrario que no, lo que implica una infinidad tremenda de divorcios. Como si el amor fuera algo de genética y no algo que se trabaje.
La película nuestra protagonista una mujer que sí es compatible con su pareja, pero siente la inquietud de que busca algo más, desafiará al test entrando a trabajar en una escuela que lucha porque personas compatibles se encuentren. Lugar donde sentirá la tentación de abandonar a su compatible pareja.
De partida la idea ni siquiera es original, pues ya pudimos ver esto planteado en «The one», serie de Netflix. Serie que para mi gusto, está muy por encima de esta soporífera película. En ambos productos se plantea el hecho de que el amor entre un hombre y una mujer se limita a términos genéticos y nada más. La libertad, la decisión de trabajar el amor de las personas o cualquier otro concepto, queda fuera en esta película, no así en la serie.
En «esto va a doler» veremos cómo se plantea el dilema de una mujer que a pesar de tener todas las garantías de que su pareja es quien debe ser, ella duda. Duda y se plantea si debería buscar el amor que le llena y no el que parece ser que la máquina indica. En The One se nos planteaban muchas situaciones, para mi gusto mucho más completas y complejas, en las que se planteaba que el amor era posible fuera de un test genético.
Personalmente, si te atrae la temática te recomiendo la serie The One y en ninguno de los casos, te atraiga o no la temática te recomiendo esta película. Y te explicaré por qué. Por encima de la idea del test está la escuela del amor. Una escuela que técnicamente pretende hacer que personas se encuentren, pero llena de técnicas sin sentido que dan la sensación laboratorio para animales y no para personas, es decir, experimentos de gente chalada. Sumado al hecho de que el final es una rotunda tomadura de pelo, nos encontramos a ante una película que no tiene absolutamente nada que ofrecer y por eso me recomendación es que no la veáis. Jeremy Allen White no es reclamo suficiente, además apenas sale en la película. Y por último el ritmo, es una de esas películas lentas en las que las personas hablan como si fueran robots y cada escena se toma su tiempo. Planos lentos, conversaciones pausadas. Es difícil no distraerse viéndola, curioso, porque el trailer transmite lo contrario.
Mi resumen, viene representado en el título que además no deja de resultarme curioso. La traducción al castellano ha sido esto va a doler y efectivamente duele mucho verla.
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