Cuando el río suena agua lleva. Y es que esta serie no para de sonar en todas partes, la gente la va viendo y la va recomendando. Por un lado por otro, no paran de llegar recomendaciones «tienes que ver el gambito de dama» «¿oye has visto gambito de dama?» total que como no podía ser de otra manera estoy viendo gambito de dama.
Una de las reflexiones que he hecho siempre es que hay elementos que en el cine quedan bien y elementos que no. Por ejemplo el fútbol, es un deporte que nunca ha quedado bien las películas. Si te ponen partidos de fútbol de fondo en una película, no queda bien. Sin embargo hay otros elementos como la comida, la baraja francesa o el ajedrez que estamos hartos de ver en películas. Pero es que siempre mejora una escena cualquiera de esos elementos.
Pues qué vamos a decir de una serie en la que el tema central es el juego del ajedrez. A través de la vida de una niña huérfana, que desde una situación muy pobre dedicará toda su vida al ajedrez y destacará en un juego para el que parece que no tiene el perfil.
Todo en la serie está bien, empezando por su protagonista Anya Taylor-Joy que brilla tanto como en otras ocasiones, pero quien hiciese el casting clavó que el papel era para ella. Está espectacular y la interpretación que regala para su personaje es una maravilla.
Seguimos por la historia con un mensaje increíble que muestra las dos caras más duras de la genialidad. La primera el trabajo, es indudable que Beth sólo es capaz de lograr lo que logra cuando estudia y trabaja, cuando no lo ha ce pierde. Estamos muy acostumbrados a ver historias en las que el protagonista tiene un don, entrena un poco y gana. No es el caso para nada en Gambito de dama, donde el trabajo y el esfuerzo traen derrotas y más derrotas, sólo con perseverancia y mucho trabajo se consigue la grandeza y gambito de dama esto lo clava. Beth tendrá que trabajar muy duro para llegar a ser la mejor.
La otra cara que muestra muy bien es la dura lucha de los genios por la normalidad. Es muy raro que un genio pueda hacer una vida normal sin alguna tara, en este caso el alcohol y las pastillas darán pie a mucha guerra y lucha interna y de ahí el segundo combate al que debe enfrentarse nuestra protagonista.
En lo demás, ritmo, estética, ambientes la serie es un 10. Esto es muy habitual en muchas series y por eso nos impacta menos. Pero supongo que hay que reconocer que estamos a un nivel altísimo en lo que a producciones se refiere y esta no es una excepción.
La recomiendo mucho. El ajedrez es sólo el tema central, pero se tratan temas como la amistad, la familia, el trabajo o las luchas internas que todos tenemos alguna vez en nuestra vida. De verdad, que vale la pena cada uno de los 7 capítulos que tiene. Sólo le he encontrado una pega el bigote de Thomas Brodie-Sangster, por lo demás es una serie redonda.
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