El fin de semana pasado tuve la oportunidad de poder vivir una de aquellas experiencias únicas. Hans Zimmer sin duda es uno de esos genios que aparecen a cuentagotas en cada generación, su legado musical va a ser difícilmente superable y la exhibición que pude ver en Viena junto a mi mujer es de las que dejan una huella profunda. Ya había estado en algún concierto con la mayoría de sus músicos en ‘The World of Hans Zimmer’, en Oberhausen y Barcelona, había visto el ‘Hans Zimmer: Live in Prague’ cuando estaba en Netflix, pero vivirlo en persona es una experiencia totalmente diferente.
Es natural que con cada Tour la lista de canciones se vaya renovando, ya que el bueno de Hans participa en muchas de las grandes obras que el séptimo arte nos trae. El concierto comienza con una de las obras que le ha supuesto un nuevo reconocimiento internacional (Oscar de la Academia), Dune, con el himno de la casa de los Atreides. Ya desde un principio se puede ver que no es un concierto cualquiera, y que, más que una banda de artistas de instrumentos clásicos, estamos ante una estrella de rock y su banda de amigos.
Esa es la clave, la banda de amigos, ya que los artistas que acompañan a Hans Zimmer en el escenario son los que le han acompañado durante gran parte de su carrera. A algunos ya los pude conocer durante el tour de ‘The World of Hans Zimmer’, como a Rusanda Panfili en el violín, Pedro Eustache en los instrumentos de viento o a Juan Garcia-Herreros en el bajo eléctrico. Pero hay otros artistas, como Nick Glennie-Smith en los teclados, Andy Pask en el contrabajo o Guthrie Govan en la guitarra eléctrica, que dejan su sello a medida que se suceden las canciones que nos propone Zimmer.
Hay otro segmento de artistas (y muy amigos) que participan en sus canciones, como son los vocalistas Lisa Gerrard (Gladiator) y Lebo M (El Rey León). Son la talla de artistas que hacen que la banda sonora sea especial. Sobre todo El Rey León, que le valió a Hans Zimmer su primer Oscar, que además acompañó con un video de cómo se produjeron los coros de la banda sonora hace casi ya 30 años. Pero para vocalista invitada algo más desconocida, Loire Cotler, que pone la voz en la banda sonora de Dune. La canción de ‘Paul’s Dream’ permite comprobar la belleza de su voz desgarradora, indescriptible. La otra vocalista que participa es Judith Sephuma, que participa en Wonder Woman y el Rey León, principalmente.
Un detalle que quizá pase desapercibido y que me ha hecho encumbrar más la figura de Zimmer es la delicadeza con la que ha tratado el conflicto reciente entre Ucrania y Rusia. Los artistas que sirven de acompañamiento a la banda de Zimmer son miembros del Odessa Opera Orchestra & Friends. Se sirve de la canción de Wonder Woman para lanzar un llamamiento a la paz y darle un homenaje a la mujer que ahora mismo está luchando en la guerra.
Este tour propone un repaso a las obras más destacadas y permite salirse del guión del concierto de Netflix o de la propuesta de ‘The World of Hans Zimmer’, afortunadamente. Hay obras inmortales como ‘El rey León’ o ‘Gladiator’ que siempre deben estar, pero añade (por fortuna) canciones de nuevas bandas sonoras, como pueden ser Top Gun, Interestellar (con una combinación de luces y danza acrobática que nunca había visto) o James Bond. Como nota curiosa, lo que creía que era guitarra en la canción de Top Gun, Tina Guo, a los mandos del violonchelo eléctrico se encargaría de demostrarme que siempre se puede aprender de música. La acompañaría Mariko Muranaka, otro gran descubrimiento.
También se dedicará un espacio para las películas de superhéroes. Ya se ha mencionado a Wonder Woman, pero la figura del Joker sobrevolará el estadio con ‘The Dark Knight’ o se podrá revivir el primer vuelo de Superman en ‘Man of Steel’. Repite el Mombassa de ‘Inception’, pero es que es una pasada. Y por nombrar dos de las que más me emocionaron, fue escuchar en la suite de ‘Piratas del Caribe’ el tema de Davy Jones o la completa suite de ‘The Last Samurai’, por lo que significa para mí la película. Asomaron las lágrimas.
Por ponerle algún pero, algunas de las transiciones que hace entre canción y canción son poco reconocibles. En especial, es difícil seguir cuando acababa Dark Phoenix y comenzaba Dunkirk. Más coral Dark Phoenix y más densa y electrónica Dunkirk, la falta de imágenes que apoyaran a la música no ayudó a reconocer la transición. El otro pero (más por la localización que por otra cosa) fue que el idioma que empleó Hans Zimmer para dialogar con el público y con sus colaboradores fue el alemán. Era en Viena, era lo lógico. Gracias Pedro Eustache por ponerle un poco de sabor latino.
Consultar la filmografía a la que ha puesto un cachito de su alma te deja con la boca abierta. La amistad y colaboración con grandes directores, como Christopher Nolan, ha hecho que muchas de las grandes producciones de Hollywood lleven su sello. El viaje que nos propone el nuevo Tour permite visitar sus obras más modernas (con un aroma especial a sci-fi y superhéroes) pero también recordar los grandes clásicos que le han llevado a ser la estrella más brillante del panorama actual a nivel de directores/productores de bandas sonoras de las últimas 3 (o más) décadas.
La revisión de la obra de Zimmer termina con una de las canciones más reconocibles de su obra, que es Time. Es una canción única y que permite a Hans Zimmer brillar de inicio con su piano y que a medida que avanza se van sumando instrumentos, permitiendo un final gigantesco con toda la banda enfrente, despidiéndose de la audiencia de la mejor manera posible. Te despides de Hans con la alegría de haber podido vivir una experiencia única, que no te dejará indiferente. Volver a repasar su obra fuera de Viena es como leer el Evangelio habiendo visitado Tierra Santa. Sabe diferente. Y los recuerdos que evoca son todos hermosos. Sin duda doy gracias por la oportunidad de haber podido asistir al Tour en directo. Inolvidable.
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