Ayer, gracias a un sorteo ganado por nuestro administrador, pude ver Hércules antes de que se comercializara en nuestros queridos cines. Mientras transcurría la cinta pensaba: «esto no lleva a ningún lado, no es posible que se sea tan mala». Y sí, si era posible. Cuando finalmente acabó la proyección, mi conclusión fue: «vaya bodrio de película». Pero aquí no acaba todo; después de consultarlo con la almohada al despertar mi pensamiento ha sido: «esto no puede ser una superproducción, esto no está a cargo de adultos ni de broma».

Iremos paso a paso:

1) Existen dos formas de llevar mitología al cine. La primera es hacerlo como tal, como si de mitología pura y dura se tratara. Es decir, seres fantásticos, letales, con una maldad ennegrecida con el paso del tiempo, y de poderes sólo soñados por los mortales. Y por otro lado, su antítesis: un héroe brillante con virtudes y habilidades propias de un dios. La segunda forma, es intentar crear una historia real, basándose en las creencias griegas del momento y adaptarlo a nuestro tiempo con héroes y villanos creíbles. Es decir, a lo 300. Sí con algo de imaginación, elefantes parecidos a mamuts, o seres desfigurados que hagan las veces de monstruo del inframundo pero sin alejarse mucho de la realidad. Ambas formas son correctas, pueden ser entretenidas y visualmente espectaculares. Eso sí no las mezcles por favor. Imaginaros la película de 300 en la que después de toda la historia baja Zeus y le da a Jerjes una tunda en el culo con un rayo. Vale, el enfado del público sería apoteósico. Esto, precisamente esto, es lo que pasa con esta «película/serie B» de Hércules. En ella el héroe no sólo es superior a los villanos, es que los aplasta como si nada. ¿Dónde esta la heroicidad si el acto llevado a cabo para conseguirla no supone el más mínimo esfuerzo?
2) Una vez que ya he descargado mi furia ante tal engaño, pasamos a temas más técnicos. Una superproducción no siempre necesita de actores famosos para llegar a entretener, incluso actores mediocres pueden entretener al público menos exigente. Pero es que en esta cinta los actores parece que actúan mal a propósito. Cómo si quisieran que el film fuera nominado a la peor película del 2014. Nuestro querido Kellan Lutz tiene cara de: «me han obligado a estar en el elenco de esta película, yo en realidad no quería».

En esta cinta los actores parece que actúan mal a propósito coke

Es verdad que este film no necesita de un actor de renombre, pero por favor un «actor crepúsculo» como protagonista es sentenciar a la cinta al fracaso; y que además en la caída vaya aparejado una gran dosis de romance al estilo vampiritos adolescentes. En definitiva, lo mejor de los actores es que con esto cierran su carrera y pueden dedicarse a algo que se les de bien.
3) Con 60 millones de presupuesto nadie se espera que los efectos especiales sean una maravilla. Eso sí, si te dejas unos milloncetes al menos que luzcan algo, ¿no? No sólo no lucen lo que deberían sino que si ya las escenas a lo 300 quedan pobres, no hace falta mencionar el rayo Imagen Prediseñada de Word que se saca hércules de la manga. Un desastre de tal magnitud que verlo dos veces produce jaqueca.
4) El sopor fue tal que la banda sonora ni la recuerdo. La película es una secuencia de fotogramas sin sentido, que pretenden pasar a velocidad supersónica que no tienes tiempo para fijarte en nada más que en el dolor que el film está generando a tus ojos.
5) Yo no sé en que estaba pensando Renny Harlin (el director de…esto), pero revisar las escenas de este film y pensar que merece la gran pantalla es como para pensar que sobrio no estaba.
En resumen, os dejo el trailer para que lo veáis y así no perdáis el tiempo con esta broma de mal gusto.

Dirección

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Fotografía

Reparto

Música

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