Hay que remontarse hace muchos años, 9 concretamente, para entender esta serie. Hace poco tuve la oportunidad de ver las temporadas que me faltaban de esta pedazo de producción, la 7a y la 8a. Gracias a la situación actual me han durado bien poco. Una gran pena porque las he disfrutado muchísimo. Es de aquellas series de las que piensas que la situación no se puede enrevesar,y la trama se vuelve más oscura y dramática a cada capítulo.
Comentando la serie en general, lo único que podemos decir es que la serie introduce una idea original. Una brillante analista de la CIA con patentes problemas de salud. Un marine convertido al islam como activo de la jihad. Un héroe en casa. Y la verdad es que las dos primeras temporadas son intensas, pero a partir de la tercera ya muestra signos de agotamiento. La relación entre Claire Danes y Damian Lewis (que interpretan a Carrie Matheson y Nicholas Brody) se encalló, haciéndose patente durante el final del rodaje, con muy pocas secuencias de ellos dos juntos.
Una vez que el plot Brody termina, la historia se reinventa para centrarse más en la figura de Carrie. Y aquí es donde hay que felicitar al equipo de guionistas y a Claire Danes (puede que la primera gran protagonista mujer de una serie de tanto calado). Merecedora de todos los premios y nominaciones a su nombre, demuestra una gran convicción en su papel de Carrie Mathison. La espía, la madre de familia y la enferma (aunque en algunos momentos se puede hacer cansino).
Llamarlo coincidencia, llamarlo excelente trabajo del equipo de guionistas que lideran Howard Gordon y Alex Gansa (24), pero la panorámica que da el tiempo sitúa a Homeland como serie de referencia de imperiosa actualidad. Centrada en sus primeras temporadas en la resaca de la guerra de Irak la serie va evolucionando hasta tocar con hilos mucho más potentes: el no fácil día a día de un occidental en Oriente Medio, el ISIS y su alianza talibán, la riada de refugiados en Europa y el incipiente peligro que haya infiltrados entre ellos, las acciones rusas en suelo americano para enturbiar la vida política estadounidense y un largo etcétera que te engancha por reciente y por las casuística tan realista que presenta.
Y es que ahora mismo, recordando algunos episodios de la serie, hay momentos que pueden ser historia de la pequeña pantalla. Marine-1, por ejemplo. O la trama final de los dos últimos capítulos, de los que más tensión recuerdo al ver algo en la televisión. Una serie llena de tramas políticas, personales, acción y traiciones. No da respiro, prácticamente. Ha ascendido varios escalones para situarse en un top 3 de mis series favoritas. Por la crudeza de su historia, por la veracidad con la que te lo cuentan, porque aprendes a valorar cualquier pequeño detalle cuando vives entre espías, y eso te lo enseña, y es un gran disfrute.
Tiene grandes personajes, me ha encantado el espía ruso Yevgeny Gromov, Haqqani es un líder talibán muy solvente (no así su hijo), Peter Quinn (siempre fiel a Carrie), el divertido Brett O’Keefe y un largo etc. Pero de si algo me tengo que quedar de esta serie es de la relación que hay entre Saul Berenson (Mandy Patinkin)y Carrie. Saul es el mentor de Carrie en la CIA, él la recluta para la agencia y le enseña ¿todos? sus secretos. Vemos en la evolución del personaje de Carrie un espejo del de Saul. Analista – Jefe de equipo – Jefe de Estación – Director CIA – Consejero de NSA. Con un objetivo siempre, conseguir el bien común. Para ello hay que abandonar todo (y cuando digo todo, es todo) por cumplir el objetivo. Salud, familia, dinero, amistades,… Lo explica muy bien Saul en el final de la serie: “a Carrie lo único que le preocupa es el bien común, y hará todo lo posible por conseguirlo.”.
Introduce el interesante debate de que el fin justifica los medios. ¿Todo vale? La única respuesta a la pregunta es ver la serie y comentarlo. Se dan situaciones realmente acojonantes. Como decía, y es una opinión, lo mejor de la serie viene al final. La última temporada es majestuosa, y nos regala un mano a mano casi constante de Saul con Carrie que quedará para el recuerdo, sobretodo en los dos últimos capítulos, donde se da una lección de espionaje clásico de alta escuela. Cada detalle de ese montaje paralelo de Carrie y Saul ha sido brillante, emocionante y emotivo. Y esas sonrisas. Solamente tengo un deseo. Por favor, gente de Showtime, habéis dejado un final cojonudo. No lo reabráis, es perfecto. Homeland se merece estar donde la habéis dejado, como una serie top.
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