Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto del cine. Del buen cine. Sinceramente, llevaba toda la semana pensando si me iba a gustar. No han sido pocas las películas que han generado mucha expectación y que a la hora de la verdad se quedan en un quiero y no puedo. Películas donde el trailer te promete una cosa y luego ves otra totalmente distinta. Películas que tienes la fortuna de escuchar la banda sonora antes de verla y crearte tu esquema de por donde van a ir los tiros. Todo esto salta por los aires en el Joker.
Probablemente sea en el único punto donde DC puede superar a Marvel. En la capacidad de crear películas con un contenido mucho más oscuro y profundo que las del MCU. Joker es uno de esos personajes que se han ido fraguando a través del cómic y de las películas, con actuaciones previas memorables, gracias a Jack Nicholson y Heath Ledger. El Joker de Joaquin Phoenix no tiene nada que envidiarle. Es más, se ven en cierto momentos como hace pequeños homenajes a sus predecesores. Esa forma tan característica de Ledger de acariciarse el pelo, o el baile en las escaleras, que me hizo recordad al Joker de Jack Nicholson en algún momento.
El viaje que nos propone Todd Phillips en esta película es ver la evolución de Arhur Peck, un hombre con el que la vida no ha sido nada generoso, y ver su evolución interior hasta verse convertido en el Joker. En un estado de marginación social prácticamente, Arthur no conoce nada más que el amor de una madre enferma y unos compañeros en su agencia de payasos que cada vez que pueden le toman el pelo. Bueno, y a Murray Franklin, pero eso es otra historia.
A medida que va pasando la película se pueden ver las diferentes etapas que sufre Arthur. No se puede entender este viaje sin la composición de Hildur Guðnadóttir y su violoncelo en la banda sonora. ¡Una auténtica maravilla! Si bien en el Joker muchos personajes, realmente en la película solamente dos tienen relevancia. El primero es el Joaquin Phoenix de cara afuera, luchando por integrarse en una sociedad que le desprecia y lo abandona. El otro personaje es el alma de Joker, que va naciendo a medida que avanza el filme. Y este segundo personaje son las notas de Guðnadóttir. Son varios los momentos en los que el Arthur se queda inmóvil, pensativo (me viene uno en el que está apoyado en la nevera de su casa) y Guðnadóttir consigue con tres simples movimientos trasladarnos de una sensación de pena a una de de intesta tensión.
Y es que no es la típica película de superhéroes. No hay héroe. No hay villano. Está el personaje. Y podríamos ser cualquiera. No voy a entrar a valorar si esta película forma parte de un universo que quiere empezar DC, sinceramente no me lo parece. La historia del Batman y Joker ya está muy explotada. La idea tan original que han tenido Todd Phillips y su equipo de guionistas es sencillamente genial.
Cogiendo ideas de los Joker anteriores, es imposible terminar esta película y no recordar que significa el personaje del Joker. El Joker no es un villano que tenga un objetivo en concreto. En este punto no se podría considerar ni la antítesis de Batman, paladín de la Justicia. El Joker no busca imponer sus ideales. La palabra que define al personaje del Joker es el caos. Aquí es imposible no recordar la conversación que tiene Harvey Dent y el Joker en el hospital durante El Caballero Oscuro. Pero si hay una palabra que resume la motivación del Joker es esa, el caos. La única motivación que tiene es reventar el sistema, le da igual quién este al frente. Como un V de Vendetta, pero que no busca corregir, sino todo lo contrario
Esto se refleja de una forma perfecta en la conclusión de la película. En esa pelea por encontrar la paz interior, Arthur va cometiendo una serie de acciones que hacen que Peck muera, y que el Joker salga a la luz. Y es que la última media hora es el reflejo perfecto del personaje. No había vivido un final tan intenso desde hace mucho tiempo. ¡Qué última media hora! Es la culminación del personaje. El Joker ha salido a la luz y es plenamente consciente de lo que hace. Arthur Peck ha muerto, y con el, todo lo que hacía de su vida miserable. Ha conseguido reventar el sistema. Es plenamente feliz.
No sé si Phoenix ganará el Oscar con esta representación. Pero que ha hecho todos los méritos posibles, os lo puedo garantizar. A nivel físico, a nivel expresivo y (por lo que dicen) la forma de prepararse la risa de loco durante 4 meses ha sido excepcional. Lo corroboro, estará entre los finalistas seguro y merece todo premio que pueda existir.
Joker es una película que engaña. Parece que no termina de arrancar, es densa en bastantes puntos, pero es la trampa en la que caemos. Todd Phillips nos va dejando ciertas migas y en un determinado momento, en el que ya el Joker se adueña de su personaje, caemos en la cuenta de que todo ha ido sumando para la conversión de un personaje excluido socialmente en el antisistema. La enfermedad, su madre, la estación, el hospital, su relación con Murray Franklin. Todo hace que Arthur se rompa por dentro, naciendo esa sonrisa tan característica. Volveré a verla sin duda.
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Me encantó la película! Está plagada de detalles que pasan desapercibidos al principio pero al final cobran sentido. Impresionante y genial el homenaje a Ledger y Nicholson! Muy buen post, felicidades!