¡Vivan los spokon! El concepto de spokon viene por la composición de dos palabras: sport, que significa deporte y kondo, cuyo significado es espíritu deportivo; valores como el trabajo en equipo, la amistad, el esfuerzo, la competencia… Son muchos los ejemplos que hay por ahí de largo recuerdo como las ya vistas Captain Tsubasa (Oliver y Benji) y Haikyuu!!, pasando por otras que todavía no he podido hincarle el diente como Yuri on Ice o Diamond no Ace. Tengo ganas de verlos, sobre todo el primero, ambientado parcialmente en Barcelona. No he visto Slam Dunk, pero necesitaba ver un anime de básquet y este me ha encantado.
Esta obra de Tadatoshi Fujimaki ha sido adaptada por Production I.G. (autores con experiencia en deportes como en Haikyuu!! o series fantasticas como Guilty Crown). En esta ocasión se combinan las dos fuerzas ya que nos van a presentar una primera temporada con un realismo palpable (salvo alguna cosilla de Kuroko y Aomine). La segunda y tercera temporadas, con partidos más épicos (Seirin vs. Rakuzan es de volver a ver pronto) el realismo se les va un poco de las manos, mostrándonos técnicas bastante increíbles. El Ojo del Emperador de Akashi, el Tiro Fantasma de Kuroko o la Zona de Aomine y Kagami o las copias de las técnicas de Kise, reconozco que en algunos de esos momentos he saltado del sillón.
Tengo que agradecer a Netflix que tuviera almacenada y me recomendara la primera temporada de Kuroko no basuke. Es una pena que no estén las otras dos temporadas no estén en la plataforma porque son realmente sublimes. Kuroko no basuke nos cuenta la trayectoria de Testuya Kuroko en el momento de entrar en el equipo de secundaria de Seirin. Allí conocerá a sus compañeros de equipo más mayores y sus compañeros de promoción, pero hará migas con el otro protagonista de la serie, que es Kagami Taiga, un estudiante japonés que viene de Estados Unidos a hacer la secundaria.
Y es que según empieza la serie la trama ya es complicada. Kuroko viene del instituto Teiko, y ha sido miembro de lo que se ha llamado La Generación Milagros (Kiseki no Sedai). Una promoción de estrellas que barrió de la pista a todos los equipos que se enfrentó en su paso por la secundaria menor y que en el momento de dar el salto al preuniversitario dividen sus caminos en institutos diferentes. Estos son Ryota Kise, Shintarō Midorima, Daiki Aomine, Atsushi Murasakibara, Seijuro Akashi, Tetsuya Kuroko y Satsuki Momoi (único miembro femenino, asociado siempre a la encargada del equipo, la manager).
A medida que van apareciendo los personajes vamos conociendo los motivos por los que la Generación Milagrosa no acaba de encajar como equipo. Esos detalles, para los que nos gusta el deporte son bastante importantes y están muy bien explicados. El grado de aparición de estos personajes va a medir las habilidades de Kuroko, Kagami y el resto de componentes de Seirin, que irán creciendo a medida que el reto se agiganta, como todo buen shönen (siempre caigo en esta trampa, y me encanta). Otro de los detalles que sabe cuidar muy bien el anime es el momento de la narración del partido y la explicación de las técnicas o los grandes eventos ocurridos en la pista. De aquí que la mayoría de carga dramática esté en los partidos.
Y es que Kuroko no basuke parece que es un anime de deportes, pero en realidad es un anime de personajes. Gracias a este anime he podido descubrir personajes que han sufrido una evolución positiva increíble, como el caso de Aomine Daiki o Shintarō Midorima, los grandes villanos de la primera temporada, que pasan a formar parte del grupo de héroes de la tercera. Comparte con los animes del género esa palabra que en Haikyuu había tomado como referencia: conectar. No solamente conectar con los compañeros, también con los rivales. Y es que Kuroko hará de bisagra para poder conectar tanto con Seirin como con la Generación Milagrosa, llevando a cabo un viaje de competitividad y redención casi todos los personajes para dejar un final casi bordado. El capítulo 76 es un auténtico disfrute.
Son 3 temporadas de 25 capítulos con uno extra que sabe como el chupito final después de un gran chuletón. Maravilloso. Acompañados de una gran banda sonora (aunque un poco sobre utilizada, sólo 1 disco para 3 temporadas) y la paleta de colores y la calidad que acompaña al dibujo de Productions I.G. Kuroko no basuke es un anime muy disfrutón repleto de jugones. Si te gustó Oliver y Beni y tu pasión es la pelota naranja, Kuroko no basuke es la serie.
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