Viva el cine español. Así, sí. ‘La Infiltrada’ fue la ganadora (junto a ‘El 47’) del pasado certamen de los Goya como mejor producción española del año. Y la verdad es que después de verla solamente podemos decir que es muy merecido. ‘La Infiltrada’ cuenta la historia real de Aranzazu Berradre Marín, pseudónimo que usó una agente de la Policía Nacional durante los años que estuvo infiltrada en ETA. El personaje que interpreta Carolina Yuste estuvo conviviendo con los terroristas de la banda durante 8 años en la década de los ‘90, ayudando a desarticular el comando Donosti, en un momento en el que la banda terrorista uso un alto el fuego para intentar rearmarse.
Para los que estamos ya tocando las puertas del cuarto piso nos es fácil acordarnos de lo que fueron los últimos años de la banda terrorista. De hecho, la película se sitúa en Donosti, donde ‘lo viejo’, el barrio antiguo de la ciudad, apenas ha cambiado desde aquellos años. Eso ha facilitado la tarea de ambientación. Cabinas telefónicas con pintadas de Gora ETA, calles con banderas de Polizia Kampora, Indepentzia o los bares tan característicos donde se reunía lo mejor de la kae borroka en San Sebastián. Muchísimo cuidado por el detalle.
Para los no tan mayores o aquellos a los que la memoria histórica les juega una mala pasada, la película presenta a la banda mediante el asesinato Gregorio Ordóñez en el Bar de La Cepa en la parte vieja de San Sebestián. Es en ese momento cuando descubres que estas viendo algo muy serio y permite al espectador, que no recuerda o que no sabe nada de la banda terrorista, identificar el enemigo al que se enfrenta Arantxa, nombre que ha escogido Mónica Marín para infiltrarse.
A partir de ese momento la película solamente se centra en la historia de Arantxa y la forma que tiene de ir ganando peso dentro de la organización. Su historia de llegar, hacerse un hueco en las bases y poco a poco ir ganándose las confianzas de gente de mayor peso, como Kepa Etxebarria (Iñigo Gastesi). Todo va viento en popa hasta que llega Sergio Polo, uno de los altos mandos de la organización, entra en su círculo. Sergio desconfía de todos y llevará al personaje de Carolina Yuste a situaciones de muchísima tensión.
Me ha gustado mucho la forma en la que Arantxa Echevarría y Amèlia Mora han planteado la historia de la lucha contra la banda. No es solamente una guerra de un cuerpo contra el grupo terrorista. Durante todos aquellos años vivimos una lucha sin cuartel entre la Policía Nacional, la Guardia Civil y la Gendarmerie francesa por apuntarse tantos en la desarticulación de la banda. Esa falta de coordinación tendrá sus efectos sorpresa durante la historia.
Esta película gira en torno al personaje de Arantxa, es evidente. La actuación de Yuste me ha ganado desde el primer minuto. Tiene momentos muy impactantes, como el grito sordo en la bañera. Pero hay viva más allá de su protagonista. Luis Tosar interpreta a Angel, el mentor de Arantxa para la operación y se muestra como lo que es, un grande. Y luego está todo el equipo que compone la división de la Policía, con Victor Clavijo, Nausicaa Bonnín o Pepe Ocio. Clavijo y Bonnín destacan algo más del grupo y (sobretodo Clavijo) ayuda con alguna cuña cómica a relajar la carga dramática de la película.
La fotografía de ‘La Infiltrada’ es muy destacable. No solamente por el trabajo de la ambientación, sino porque esa zona es preciosa y da para que el encargado de fotografía de la película, que es Javier G. Salmones, se luzca. La magia de San Sebastián, la Concha, el mar Cantábrico, los pueblos del sur de Francia y sus casas tan características. Es curioso, porque fue a vivir a la ciudad un par de años después de los hechos de la película y es cierto que no recordaba los coches estilo años ‘80. Me chocó un pelín.
Lo único que puedo decir de esta pelcula es que es un ‘must see’ de manual. Este thriller policíaco que mezcla a la perfección la acción, la intriga y la tensión propias de una película que viene a explicar lo que eran aquellos años, una guerra sin cuartel. La película hace bien en no querer entrar en debates políticos, y se centra en su objetivo de no olvidar lo que fueron aquellos años. Un verdadero homenaje a los héroes que permitieron derrotar a la banda, imposible olvidar el sacrificio de todos esos años de lucha, que tan bien se muestra en la película
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