Hubo una época, no hace mucho tiempo, en la que un estreno de Nigh Shyamalan era una de esas fechas a apuntar en el calendario. Hablemos de películas como «la joven del Agua» o » El incidente» que nos hacían ir a las salas el mismo día del estreno. También hay una época, como la de ahora, en la que diría que hace mucho que no veo una de sus películas en el cine.
La verdad es que desde que salió el trailer de esta película, muchas miradas estuvieron pendientes. La película tenía una premisa interesante y picaba la curiosidad. Desde luego, económicamente ha sido una película rentable, 82 millones de dólares en taquilla frente a sus 30 de coste, la habrán llenado los bolsillos a más de uno. Pero más allá de las matemáticas, o del negocio que se haya hecho con ella, como buen cinéfilo te preguntas ¿es esta una gran película? Lamentablemente no… y seguimos echando de menos aquel Shyamalan que una vez nos robó el corazón.
Voy a plantear mi comentario desde dos ejes. Por un lado estaría el argumental. La pelicula, como dije al principio, tiene un buen planteamiento. Nada nuevo en Hollywood, donde parece que una buena premisa plantee una película. Nada más lejos de la realidad. Para hacer una buena película hay que saber construir cada momentos de la película, la trampa, es intensa en su principio, un tanto ridícula en su desarrollo y tiene un final que podríamos considerar inteligente.
Para llegar a ese final, es importante la construcción del personaje protagonista. Interpretado por Josh Hartnett. Su personaje, el de un padre familia con unos hábitos algo peligrosos, es el plato de la película. Queda claro que es un hombre que sabe lo que se hace, se mueve bien entre entornos policiales y busca recovecos estupendamente, en lo que podría ser una gran trampa. Creo que hay mucho donde rascar en en este personaje, lo tiene todo, es un buen padre… No se le podrían sacar pegas. El final se construye en torno a él de nuevo y creo, que rodado mejor, habría sido un final muy potente.
Pero a la película le fallan dos elementos gordos que creo que la penalizan mucho. Para empezar su presupuesto. Al principio, no es muy notorio y bien podríamos estar ante una película como las que estamos acostubrados, pero eso va perdiendo fuelle, hasta dar la impresión de estar en una película de sábado por la tarde de antena 3. Comentába que su final es muy potente, pero sería mejor si no diese la impresión de estar rodados por dos estudiantes de cine en el garage de su casa. Falta ambientación, falta dirección artística, faltan todos los elementos que hacen del cine una experiencia inmersiva. Sin duda, diría que es lo más notorio.
Lo otro que me falla, y lo siento, es su protagonista. No sé qué le ha hecho el tiempo a Josh Hartnett, pero está muy lejos de ser quien nos embaucó a todos el Slevin 7. No consigo conectar con su personaje ni con aquello que debería transmitir. No me creo lo que me la película me quiere contar. Diría que para esta película, el protagonista debería ser capaz de cargar con más peso de lo que Josh ha sido capaz. Hablamos de un personaje con una doble vida. Todo el mundo a su alrededor está engañado, pero carga con algo muy oscuro, secreto pero que además forma parte de él. Sinceramente, debería ser un personaje que transmitiese empatía y miedo por partes iguales. Pero la segunda, la del asesino en serie, yo no la encuentro. No sé si la interpretación o el guion, pero yo no me lo he creído.
En fin, sin ser una película horrible. Creo que una premisa y un desenlace decente, no son suficientes para justificar, una película que intenta ser ambiciosa. Desconozco qué pretendía Shaymalan, por quien siento in profundo respeto, con esta película. A lo mejor nos entrega justo lo que se proponía. Pero en cualquier caso. El streaming es el lugar de esta película, que acusa errores suficientes como para que se le hubiese dado una vuelta.
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