Algún pobre tuvo la feliz idea de pensar que la película de un hombre metido en un coche hablando a través de su Bluetooth podía resultar una obra maestra. El resultado es una película tan eficaz como los documentales de la dos, sirve para echarse una profunda siesta. No atrapa, no engancha y no es para nada original. Sinceramente a menos que quieras ver un cine muy estático no la recomiendo.
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