En el Universo Cinematográfico de Marvel, cerrar bien una historia es más raro y complicado que encontrar una Piedra del Infinito sin matar a un cientos de malvados soldados. Han pasado leyendas como el Iron Man de Robert Downey Jr. y el Capitán América de Chris Evans, hemos visto formas elegantes de abandonar un papel querido y otras más complicadas (nuestro más sentido pésame para Scarlett Johansson). El inicio del fin de Loki fue indigno, tal y como se planteó en Vengadores: Infinity War. Loki se renovó, en una segunda oportunidad, como un mulligan cósmico para encontrar su propósito de maneras sorprendentes y caóticas en una serie que acaba de cerrar de segunda temporada.
No hay duda de que el final de la temporada de Loki puso fin a uno de los arcos de personajes más poéticos y dramáticamente satisfactorios del MCU. Pero ¿un final fuerte para el Dios de las Historias niega los cinco episodios serpenteantes que lo precedieron? ¿Es la temporada 2 de Loki una gran temporada de televisión, o es una amalgama de material transmitido a medias rematado con un momento MCU de nivel divino? ¿Pueden ser ambas cosas? Que Loki encuentre su glorioso propósito es la única razón para volver a visitar esta locura temporal que presenta la segunda temporada en una Fase 5 de Marvel que va de mal en peor.
En términos más generales, los contrastes creativos entre las temporadas 1 y 2 son demasiado evidentes para pretender que esta serie siempre ha sido un tapiz de historias y personajes ricamente texturizados. Loki ha soportado cambios sísmicos de dirección a lo largo de su vida de 12 episodios, cambiando los coloridos errores de Kate Herron por la energía más melancólica de Justin Benson y Aaron Moorhead de Synchronic. El veterano de Rick y Morty, Eric Martin, ascendió al puesto de escritor principal y guió a Loki y la Time Variance Authority a través de misiones de búsqueda más simplificadas y, ocasionalmente, momentos de personajes intrigantes que finalmente se desarrollaron como espaguetis cósmicos.
La temporada 2 se aleja del desfile de variantes de Loki de la primera temporada, aunque Sylvie de Sophia Di Martino era un personaje demasiado bueno para dejarlo escapar. Esta temporada se centra principalmente en los eventos del TVA , narrados por el optimista compañero de reparación de Ke Huy Quan, Ouroboros, y se le asigna la tarea de relacionar amablemente el incesante aluvión de jerga de ciencia ficción de la serie con la audiencia. No es fácil, ya que uno de los problemas que ha tenido Loki es esa vuelta a la densa explicación de los bucles espacio temporales.
Afortunadamente, uno de los grandes reclamos de la serie vuelve a estar a la altura. Nos referimos al Mobius de Owen Wilson, cuya química con Hiddleston aporta la mayoría de aire fresco de la serie. Incluso si todavía se define principalmente por su afición por las motos acuáticas y el pastel de lima, Mobius es un padre en su vida variante, se nota la improvisación de guion al no darnos una historia elaborada, para alguien que ha competido con Loki por ser la estrella de la serie. Podría venir en momentos futuros, pero su oportunidad de brillar era ahora, y no le han dejado, una pena, porque Owen Wilson está estelar.
Ha habido otras presencias destacadas. Mientras la temporada 2 de Loki se hundía en un multiverso de locura, la serie también se permite explorar lo que fueron las variantes de sus compañeros empleados de TVA Hunter B-15 (Wunmi Mosaku) y Casey (Eugene Cordero) antes de ser reclutados para servir a los intereses de ‘He Who Remains’ (Majors). Para ser justos, esta mayor presencia en la pantalla no hace mucho para que ninguno de estos personajes parezca interesante, síntoma del escaso nivel de guion de la temporada.
Si bien hay una idea más clara de los caminos que no tomaron estos policías del tiempo (B-15 sería un médico maravilloso, por ejemplo, mientras que Casey es un ladrón terrible), la profundidad que se les proporciona es poco profunda. Lo único que Martin y compañía pueden reunir para estos personajes, incluidos jugadores que alguna vez fueron importantes como Renslayer (Gugu Mbatha-Raw) y Miss Minutes (Tara Strong), es un vago sentimiento de descontento y anhelo. Cuando no están tratando de entender lo que está en juego, están expresando tópicos tan genéricos que sus miedos, esperanzas y sueños apenas se registran en medio de las implicaciones más amplias de Loki para el MCU.
Aun así, esta temporada parece hueca en el contenido principal. Carente de villano y de (glorioso) propósito hasta el capítulo final, donde todo se resuleve de una forma acelarada y abrupta. Alianzas y traiciones cambiantes de personajes como B-15 sobre la línea de tiempo o el desencadenamiento de una insurrección menor dentro de las filas de TVA son momentos que en el resultado final no aportan nada y el resultado queda como un engordamiento innecesario de tiempo.
Probablemente, lo más positivo de toda esta temporada es el posicionamiento de Kang el Conquistador (Jonathan Majors) como la próxima gran amenaza cósmica de la franquicia. Su historia de como se convierte en Kang ya es otra cosa y tendremos que esperar a ver que encaje le dan en la siguiente fase, ya que no acaba de ser el villano total que parecía plantear el último episodio de la primera temporada de Loki.
Todo ello que eclipasdo por un excelente final porque saca provecho de la premisa de la serie. Loki tiene una segunda oportunidad en la vida, pero ¿qué hace un Dios de la Travesura una vez que ve su violento final? ¿Qué haría cualquiera de nosotros? El episodio «Ciencia/Ficción» vuelve a centrarse en el propio Loki, quien reflexiona sobre las cosas que quiere ahora que sus días megalómanos han quedado atrás. Él y Sylvie se ponen filosóficos sobre su lugar en el multiverso y sobre cómo está bien ser egoísta en asuntos del corazón, mostrando al Loki más humano de toda la saga Marvel.
Si bien el final de la segunda temporada de Loki le da al Dios de las Historias de Tom Hiddleston una emotiva despedida, los episodios previos muestran el lado mediocre tanto de Loki como del MCU actual. El reciente cambio creativo se centra correctamente en el conjunto, pero los roles de los personajes se reparten de forma descuidada. Lo que queda es una neblina de momentos de personajes periódicamente interesantes, atenuados por la implacable previsibilidad del motor de la Fase 5 de Marvel, que, seamos realistas, podría necesitar una revisión importante.
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Diría leyendo entre líneas que no te ha gustado nada la serie a mí más allá de lo confuso y de que efectivamente creo que hay muchos capítulos que parece que no van a ningún sitio o esa sensación que invade a veces de que te están tomando el pelo creo que su glorioso final me hizo pensar que en la serie es un perfecto homenaje al personaje de Loki
Y por supuesto y por supuesto estuvo brillante nuestro amigo wild Wilson aunque menos decir de nuestro amigo Kato que parece que ha encontrado una segunda vida en la pantalla y su personaje nos regala momentos maravillosos en la serie no sé cómo lo ves pero a mí por el reparto sobre el que has hecho imperfecto repaso y por este final glorioso diría que Loki es una de las pocas cosas que salvan al desastroso rumbo que lleva Marvel.