Hoy llegaba a los cines la segunda parte de la saga propuesta por Martin Bourboulon a los cines y disfruté tanto la primera parte que me ha sido imposible no poder acudir a este tan esperado estreno. Que la sala estuviera medio vacía me ha hecho plantearme lo siguiente. Sí, amigos, no estamos ante una superproducción de Hollywood y claramente el cine francés no es como la máquina comercial americana, pero cuando hacen las cosas bien hay que reconocerlo, y hasta el momento, las dos películas dedicadas a la historia de D’Artagnan rallan a un excelente nivel.
El final de la primera película concluye con el fallido atentado de los protestantes contra el rey de Francia, que se ve obligado a llamar a filas a sus tropas y salir a la caza de los rebeldes. Si hace tiempo que viste la primera película, no te preocupes, que Bourboulon se encarga en los primeros cinco minutos de hacerte un resumen y poder volver a encuadrar lugares, personajes, ambiciones y bandos. A partir de aquí, nos espera una historia clásica de aventuras, duelos de espadachines, intrigas palaciegas y la posibilidad de una guerra a gran escala entre Francia e Inglaterra.
En esta ocasión, sin embargo, el protagonista no es D’Artagnan, personaje que hace su entrada triunfal en la primera parte de esta mini-saga. El título de la película, ‘Milady’, ya nos invita a pensar que el destino que parecía fatal del personaje de Eva Green no lo fue tanto, y es ella la que va a coger el timón de la película y la va a hacer suya hasta el final. La fiel espía de Richelieu va a sacar todas sus artes oscuras para conseguir embaucar a propios y extraños, a fin de conseguir sus objetivos.
Si bien la primera película se nos planteaba el personaje de Eva Green como una sicaria a las órdenes del malvado cardenal, esta película introduce un giro de guion en el que no deja nada clara las lealtades de nadie, con lo que es imposible saber que resultado esperar, manteniendo así en vilo al espectador. Seductora, misteriosa, fría, y por momentos frágil, Eva Green encaja a la perfección como Milady Winter en un papel que se aleja de la villana que vimos en la primera parte para poder descubrir una antiheroína con un secreto pasado que hará que no sólo D’Artagnan, sino todos el grupo de los Tres Mosqueteros, en especial Athos, tengan que sudar sangre para conseguir frustrar sus planes.
Como se refleja en la primera película, si algo tiene la historia de Los Tres Mosqueteros de Dumas, la simbiosis que ofrece este cuarteto de mosqueteros vuelve a brillar. Los personajes de D’Artagnan (François Civil), Athos (Vincent Cassel), Porthos (Pio Marmaï) y Aramis (Romain Duris), son la perfecta combinación de camaradería, valor, amistad y aportan un toque de humor necesario para descargar la continua adrenalina que ofrece la película. Permite escapar de la gran historia principal y ofrecer historias secundarias, alguna realmente relevante, como la Athos, que complican la trama de esta secuela. Otras, como la de Aramis y Porthos, más mundana y divertida.
Y es que lo que parecía una historia plana, los guionistas Matthieu Delaporte y Alexandre De La Patellière, se encargan de ir añadiendo capas de complejidad a medida que avanza la película. Como ya he comentado antes, todas las intrigas están muy bien desarrolladas, saliendo de esa base simplista por la que se resuelven las películas de esta década, y ofrece una historia no tan evidente como pudiera parecer. Todo esto además, siendo coherentes con la historia de Alexandre Dumas, hace que la película consiga la coherencia narrativa necesaria para no perderse ni un detalle y estar atento durante las casi dos horas que dura la cinta.
Ambientada en el s. XVII, está película continua ofreciendo una gran adaptación. Tanto el vestuario como la fotografía en sus grandes planos está muy conseguida. Francia es un país que tiene mucho que enseñar y Nicolás Bolduc no duda en enseñar de forma perfecta castillos, campiña y grandes batallas. Una película de aventuras de las de antes. Acompaña también una notable banda sonora, donde Guillaume Roussel continua con los temas de su precuela, pero mantiene viva la tensión, el misterio, la épica y el romance en todo momento.
Si todavía nos he convencido de que vayáis a verla, darle una oportunidad a la primera película, D’Artagnan y seguro que os quedáis con ganas de más. Es la gran sorpresa y muy posiblemente de las pocas que se estrenen este año basada en aventuras de ficción histórica. Un género que esta de capa caída, hasta que volvemos a los clásicos, como Dumas, que nunca fallan si uno es fiel a la historia. Otras películas tienen marketing y luego fallan (como Napoleón), a esta no le hace falta, ‘Los Tres Mosqueteros: Milady’ tiene todo lo demás. Ojala tomara nota Ridley Scott. Id a verla, insensatos.
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