Ridley Scott y la ficción histórica era un binomio que siempre había funcionado bien. Con sus más y sus menos a la hora de adaptar de una forma realista la época que nos quería traer, siempre había conseguido que sus películas fueran una oda a la épica y el espectáculo. Películas como ‘Gladiator’ o ‘El Reino de los Cielos’ fueron cada una en su época unos estrenos bestiales, que hicieron que nos quedáramos boquiabiertos en la forma que Scott traía sus historias.
Después de una semana escuchando críticas sobretodo negativas, me acerqué al cine a ver Napoleón, la última obra de Ridley Scott. Y tenía muchas ganas, ya que la historia del último césar europeo (aunque sea francés) es bastante interesante. Ya habrá tiempo de analizar lo que es un acierto o lo que nos ha querido colar como adaptación en un futuro post de ‘Verdades y Mentiras’, porque hay que juzgar todo en su conjunto, y lo que nos ha traído Scott a la sala de cine es solamente un apertitivo de lo que realmente es su visión del gran general.
La película, ya de por sí larga, dura unas 2h40, es solamente un recorte de la cinta original que ha trabajado Scott. La duración prevista por el director para esta película es superior a las 4h, con lo que la hace inaccesible para cines, así que habrá que esperar a que se suba a Apple TV para poder juzgar todo en su conjunto, y no solamente una parte. Si no conocías este detalle, la película habrá resultado un tanto compleja de seguir, ya que sobretodo en su primera parte hay mucho salto temporal.
La película nos va contar la historia de Francia a través de la figura de su general (interpretado por Joaquim Phoenix), que en aquel momento era un capitán que veía como todo su país ardía a causa de la revolución y el reinado de terror de Robespierre. Simbolizado por los juegos de azar y las guillotinas, Robespierre enardeció a la plebe y la Revolución Francesa y el héroe de guerra Napoleón Bonaparte fue ascendido a general de brigada de la República Francesa. No hay menciones de sus amoríos previos y Scott nos quiere convencer de que la única que cautiva el corazón de Napoleón es Josephine (Vanessa Kirby).
Así comienza una aburrida lección de historia, desde la batalla de Austerlitz en 1805 hasta la desastrosa invasión de Rusia en 1812, una derrota con 28.000 pérdidas francesas. Si esta película tiene alguna base, las conquistas y fracasos de Napoleón fueron los más aburridos de la historia. Luis XVIII exigió su arresto, pero las tropas francesas lo acogieron con lealtad a su vuelta del destierro en la isla de Elba. Una batalla tras otra, y se declaró Emperador de Francia, lo que condujo a la eventual Batalla de Waterloo y a otro arsenal más de cañones, espadas y caballos con las tripas reventadas por todo el paisaje.
Uno de los defectos más grandes que tiene Naopleón es la falta de empatía que se siente por el actor principal. Ya habíamos vivido esto en ‘El Reino de los Cielos’ con un inexpresivo Orlando Bloom como Valiant de Ibelin, pero Phoenix parecía dispuesto a superarlo. Las motivaciones que tenía Napoleón fueron los suficientemente fuertes como para ir Francia hasta Egipto y vuelta. O llevar a cabo el primer intento de unificar Europa bajo una sola bandera, siendo uno de los precursores del imperialismo que se daría un siglo más tarde. Que esta historia no esté acompañada de un personaje al que se pueda sentir algo de cercanía lastra mucho. Y el Napoleón de Phoenix nos iba separando de él más y más a medida que avanza el film.
No todo es malo en esta película. Aún siendo larga, la sensación es que pasa ágil, pero no te explica lo que vende, ya que uno espera ver al Napoleón general y la película gira alrededor del Napoleón amante, que junto con Jospehine protagonizan algunos momentos tórridos que no acaban de tener sentido, dado en la época que nos sitúa. La grandes batallas, salvo un poco Waterloo, que si tiene algo de preparación, son grandes pero pasan en un suspiro. Espero que en la versión extendida que va a traer Ridley Scott nos cuente algo más del general, de como preparaba las batallas y era capaz de entrar en la mente de sus contrincantes y siempre hacerles perder.
En definitiva, Napoleón para mi gusto es un castillo de fuegos artificiales fallido, en el que la cadencia de los petardos es demasiado separada. Tiene buenos momentos, pero diluidos en una historia que se atasca y no permite al espectador participar de ella. Esta versión es probable que no la vea, pero la versión del director si que me genera interés ya que Scott en esos casos ha acabado de explicar bien todo lo que se traía entre manos. Buena producción, buena ambientación y un buen vestuario que no salvan su historia y su pobre banda sonora, que olvidaremos enseguida.
Puntúa el post
Siempre dije que Joaquin Phoenix no era la persona para protagonizar esta película muchos se me echaron encima ahora leyéndote veo que tenía razón.
Por otro lado se ha dado por otro lado se ha lavado mucho el trabajo de Vanessa Kirby y ahora leyendo lo que dice sobre la torridez de su personaje creo que empieza a entender por dónde van los tiros.
En los en los demás con lo entusiasta que eres y lo poco que eres capaz de rascar sobre ella a mí me queda claro que si tengo que ver algo será la versión larga en casa y que al cine no voy a ir y eso que tengo mucho reparos de verla larga también te lo digo.
Por último Napoleón no fue grande por meterse en la cabeza de sus contrincantes Napoleón foso no porque diseñó un nuevo sistema de lucha moderna que permitía sus ejércitos luchar como nadie más y hasta que le copiaron el sistema pasó mucho tiempo.