En 2008, bajo la supervisión completa de Hayao Miyazaki, Studio Ghibli lanzaba ‘Ponyo en el acantilado’. En Hispanoamérica sin embargo se tituló ‘Ponyo y el secreto de la sirenita’. Después de la historia de ‘El Castillo Ambulante’ y explorar el corazón de las personas, la aventura que propone ahora Miyazaki es exponer la fuerza que existe en el mar y vuelve a hacer gala de ese espíritu naturalista que siempre acompañan a sus producciones. En este caso, el mar es el protagonista y en ‘Ponyo’ se van a ver las fuerzas que intentan salvarlo.

‘Ponyo’ es una de las películas más sencillas de Miyazaki. Ha tenido películas con un tinte muy serio, como ‘La Princesa Mononoke’ y otras con un tono mucho más infantil, como ‘Mi vecino Totoro’. ‘Ponyo’ es un película de una imagen muy barroca, cargada de detalles y con un punto desconcertante, llena de imágenes memorables de la humanidad al borde del precipicio. La parte más aterradora de la película no es ningún monstruo o niño en peligro, sino el aparente desconocimiento de los personajes adultos del cataclismo que ocurre bajo el agua.

Como es habitual, las obras de Miyazaki suelen ser revisiones de clásicos de literatura infantil. En este caso, ‘Ponyo’ es una versión libre de «La Sirenita» de Hans Christian Andersen. En esta película, un niño llamado Sosuke descubre un extraño pez dorado con rostro humano cerca de su casa junto al mar. Sosuke llama a este pez Ponyo. Sosuke y Ponyo se hacen amigos rápidamente, pero el padre de la chica pez, un alquimista submarino con poderes divinos, no quiere tener nada que ver con la humanidad y querrá evitar por todos los medios esta relación.

De nombre Fujimoto, odia a la humanidad por lo que le está haciendo al mar. Y lleva razón. En alguna de las secuencias de Ponyo se puede ver la suciedad y la basura del impacto humano en el ecosistema marino. «Los humanos son repugnantes», dice, y luego agrega: «Arruinan el mar con sus feas almas negras». La esposa de Fujimoto es Granmamare, diosa de las aguas y de gran belleza. Madre de Ponyo y de todas sus hermanas, no tiene esta visión tan catastrofista de su marido. Intercede por Ponyo con Lisa y le hace ver que si quiere volverse humana, debe abandonar todo lo que antes fue, su esencia y sus poderes.

Miyazaki presenta el mundo como cualquier cosa menos una utopía, con sus dibujos idílicos de niños pequeños y cabañas junto al mar sobre el suelo que contrastan aproximadamente con el lodo y la basura que recubren el fondo del mar. Pero cuando un tifón golpea en medio de la película, el resultado es más surrealista que amenazante, como un sueño de ansiedad donde el peligro amenaza constantemente, pero lo peor nunca sucede del todo. Las olas turbulentas siempre parecen estar unos metros por encima de los protagonistas, detenidas solo por la imaginación. Los peces prehistóricos de lento movimiento y colmillos que nadan debajo de pequeños botes nunca atacan, pero aun así tiene un carácter espeluznante.

A los mandos de la banda sonora encontraremos a Joe Hisaichi. Gran amigo de Miyazaki es muy difícil no encontrar en una producción suya las notas de este gran compositor japonés. Con Ponyo desarrolla toda una serie de temas dulces que combinan con lo profundo del mar y la mística que lo rodea. Sin una composición de grandes temas, crea una banda sonora que engancha bien con la película pero que no acabará de enganchar. Aún así, Ponyo es una película refrescante, muy del estilo familiar de Ghibli, en el que se nota la calidez de sus personajes y que deja a un gran dúo, como Sosuke y Ponyo, de los mejores de Ghibli.

Dirección

Guion

Personajes

Banda Sonora

Animación

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