Tan deliciosa como inesperada, la primera sorpresa que deja Netflix este 2023 es la continuación de la saga de ‘Rise Of Empires: Ottoman‘. Titulada ‘Mehmed vs. Vlad’ narra la historia del enfrentamiento entre los turcos y los habitantes de Valaquia durante la segunda mitad del s. XV. Situada 8 años después de una muy buena primera temporada donde se narra la toma de Constantinopla, esta producción turca apoyada por Netflix vuelve a la carga para mostrar otro de los eventos clave en el desarrollo del gran sultán otomano.
‘Rise of Empires: Ottoman’ repite la fórmula que tan bien funcionó en la primera temporada. Esta docuserie tiene el propósito de ser una aproximación didáctica a este conflicto. Charles Dance nos narra estos seis episodios aportando en su voz una épica que traslada un poco a ‘Juego de Tronos’ en la que la acción, la intriga palaciega y una dosis de misterio marcan el devenir de esta temporada. Entrevistas a expertos dará fe de los hechos que se representan una vez más. Con personajes nuevos como Vlad, su hermano Radu o los nuevos Pashas, la serie presenta un hilo conductor con el personaje de Mehmed y de Mara (su madrastra).
Con el Imperio Otomano en el apogeo de su poder después de la definitiva caída del Imperio Romano de Oriente, Mehmed sigue con su visión de hacer crecer sus dominios. El gran sueño es Roma, pero para ello debe de ir paso a paso y lo primero que tiene delante es el territorio de Valaquia. En este caso, la aventura que se presenta esta temporada se va a adentrar en turbias aguas militares y representa la guerra entre el Imperio Otomano de Mehmed y las fuerzas de Valaquia de Vlad el Empalador.
Siempre rodeado de un hálito de misterio desde que Bram Stroker redactara su famosa novela en el año 1897, Vlad III de Valaquia iba a pasar a la historia por otros nombres. Gracias a esta serie podremos ver que el sobrenombre que le encajaría más sería el de ‘el Empalador’ (en rumano, Vlad Țepeș), aunque sin duda alguna, el sobrenombre por el que pasará a la historia Vlad III será el de Drácula (hijo del dragón).
Su padre, Vlad II, era miembro de la Orden del Dragón y por ello adoptaron su símbolo en su casa en Valaquia. El personaje de Vlad, y no Mehmed, es el auténtico protagonista de la serie. Aunque huye de esta mística, sí que deja un par de momentos en un capítulo concreto donde uno cree estar viviendo el nacimiento del Conde. De una forma completamente acertada, ‘Mehmed vs. Vlad’ habla de eso, de la contienda entre el Imperio Otomano y este pequeño reino colindante.
Valaquia cruza su propio Rubicón cuando Vlad desafía a Mehmed en 1462 y deja de pagarle impuestos. Usando el Danubio como frontera natural y con la esperanza de que los reyes cristianos se unieran a él en la lucha contra el infiel, Vlad Drácula inicia su propia guerra particular contra Mehmed, matando a 23.884 turcos y búlgaros en las fronteras del Imperio. Es interesante conocer la historia de estos dos gobernantes, ya que una fueron hermanos. Eso le da una buena carga dramática, y desvelar el carácter de cada uno, a medida que se van sucediendo las escaramuzas.
Porque claro, Mehmed, herido en su orgullo, no puede dejar una ofensa así impune. Toma a sus mejores soldados, hasta unas 300.000 hombres según cuentan las crónicas turcas y parte a luchar contra el ejército valaco, que contaba con poco más de 20.000 hombres. Vlad era un gran estratega y plantea una guerra de guerrillas donde las escaramuzas se van sucediendo poco a poco. La batalla nocturna a las puertas de Târgoviște o el bosque de personas empaladas son momentos tan oscuros como reales, mostrando lo cruel y sanguinario que era Vlad.
La cita de los emplazamientos más relevantes y la variedad habitual de diagramas ayuda a dar más cuerpo a esta historia. El establecimiento de los mapas son ciertamente bienvenidos, ya que permite al espectador situar en cada momento ejércitos y momentos. Al igual que la primera, Rise of Empires: Ottoman es una serie educativa que trabaja para desarrollar más la historia de este período de la historia que algunos pueden no conocer por completo. Definitivamente vale la pena echarle un ojo. Muy recomendable, más allá de la fanfarria nacionalista turca, que también la tiene.
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