Un ligero silbido cortando el aire es lo primero que se oye. Los lejanos y débiles pálpitos del corazón, lo último.

Trailer de Robin Hood

Robin Longstride y sus letales camaradas siembran justicia allí donde van. Pocos son los agraciados que salen con vida de un encuentro con estos sombríos arqueros. La Inglaterra que conocemos está a punto de cambiar. La libertad hace una ferviente entrada entre las sometidas gentes de la época. No hay lugar para la cobardía. La tiranía está a punto de ser fruto del pasado. La ley de «el que nace señor, señor muere» es sustituida por otra más arriesgada: «Alzaos, una y otra vez, hasta que los corderos se vuelvan leones»

La verdad es que Ridley Scott vuelve a demostrar que decepcionados no vamos a salir de sus películas. Si a eso le sumamos el papelón que hace Russel Crowe tenemos un film escalofriantemente bueno. Con un argumento excelente la historia se desenvuelve con una majestuidad elegante; si bien al principio se torna algo confusa (sobre todo a los acostumbrados a Robin Hood el príncipe de los ladrones), la solidez de su argumento convence al espectador de esta nueva perspectiva.
Con el ya mencionado buen papel de Russel Crowe, y un soberbio toque de Mark Strong (me empieza a gustar mucho este actor como «el malo» en las películas), hace que una película que, a priori, podía parecer larga, deje al espectador con ganas de más. Y es que cuando se acaba quieres que te sigan contando que pasa, como sigue…

Cate Blanchett (Lady Marian) hace un papel bueno aunque, a mi gusto personal, la actriz no me llega a convencer del todo. Creo que le falta algo de vivacidad a esta mujer. Oscar Isaac (el rey Juan) cumple bien su papel de rey incompetente y odioso. William Hurt sale tan poco que no da tiempo a saber si su fugaz paso por la pantalla está bien o mal representado, aunque suele hacer papeles muy dignos. En general el nivel de los actores es bueno, y en algunos casos sublime.
Asimismo, la película consigue captar muy bien al justiciero de la época: sucio, humorístico, vigoroso, falto de glamour… algo que hace que la película parezca muy real. Tanto la ambientación como la vestimenta de los personajes, te hacen sentir que caminas por los bosques luchando contra villanos y socorriendo a los afligidos siervos del rey Juan.
Abierta a una más que posible segunda parte, Ridley Scott deja con buen sabor de boca y con algo más que intriga, esta leyenda de Robin Hood. A mi personalmente me ha dejado con ganas de una segunda parte, en la que, si es posible, introduzcan un poco más de escenas de acción en la que Robin maneje lo que se le da realmente bien: el arco (es la única queja que merece por mi parte el film: la falta en algunos momentos de escenas con arco. Creo que Robin utiliza demasiado la espada)
En conclusión, recomiendo que la veáis ya que es una película entretenida, en la que se mezclan de manera sobrenatural la acción, el amor, y el humor. Por mi parte se merece un sobresaliente.