Hay algo en las películas que toca Dean DeBlois que las hace diferentes. La saga de ‘Cómo entrenar a tu dragón’ es una de mis sagas favoritas en lo que respecta a las películas de animación. Cuando llevé a mi hermano pequeño a ver la primera aventura de Hippo y Desdentao salí del cine con la duda si le había gustado más a mi hermano pequeño que a mí la película. Con Wild Robot tuve una sensación parecida. Dean DeBlois hace de productor ejecutivo en una película que te pone en un contexto en el que abre la película de animación para el disfrute de toda la familia, tanto pequeños como mayores.
Chris Sanders ha sido el encargado de dirigir esta adaptación basada en el libro de Peter Brown. Robot Salvaje es la historia de Roz (Lupita Nyong’o), un robot de servicio doméstico que es arrastrado a una isla habitada únicamente por animales salvajes en lugar de la colonia humana a la que se suponía que debía ir. Al carecer de dueño, tarea o propósito, Roz aprende a entender el lenguaje de los animales y se encuentra criando a un ganso huérfano llamado Brightbill (Kit Connor).
Con la ayuda de residentes de la isla como el travieso pero tierno zorro Fink (Pedro Pascal) y el brusco e irritable castor Paddler (Matt Berry), Roz debe enseñar al joven ganso a alimentarse, nadar y volar antes del otoño para que pueda migrar con el resto de su especie o quedarse varado en la isla cuando llegue el invierno y perecer. Resumiendo la película así, se puede entender como cualquier otra película para niños. Pero Wild Robot va a ir mucho más allá, ya que es una obra cargada de sentimiento.
La película nunca se plantea con un prisma de entretenimiento para los más pequeños. El guion, ideado por Chris Sanders, es muy profundo y no huye de hablar de temas complejos. Temas como la amistad, la maternidad, el sacrificio y la familia encontrada impregnan toda la película, pero no de manera dominante. Mientras tanto, conceptos como la muerte, que generalmente se discuten y retratan mediante eufemismos para beneficio de audiencias más jóvenes, se trasladan sencillez pero sin huir de la seriedad del momento.
Si el objetivo del arte es hacerte pensar y sentir, entonces Robot Salvaje es un ejemplo brillante de animación como arte. Es un película para hacerte llorar. Hacía tiempo que una película no conseguía sacarme una lagrimita. Robot Salvaje lo ha conseguido. El viaje maternal de autodescubrimiento y sacrificio de Roz está cuidadosamente elaborado para lograr el máximo impacto emocional. La banda sonora de Kris Bowers es magnífica y junto con la gran animación crean momentos de acción estimulante o espectáculo impresionante a lo largo de la historia de Roz y Brightbill. Cuenta con un gran tema principal, muy potente, aunque le falte algún tema secundario para acompañar bien a la obra.
No todo son lecciones serias y temas pesados. Robot Salvaje también tiene la capacidad de ofrecer lo que piden los más pequeños. Hay toda una variedad de momentos cómicos que hacen reír a carcajadas, desde chistes sobre pedos hasta bromas visuales y un humor negro genuinamente inesperado. Aquí Sanders es muy hábil a la hora de diseñar un guion que no sea plasta con las bromas y que los temas profundos los hace planos y sencillos para que lo entienda hasta el más pequeño.
Robot Salvaje es una gozada visual. La animación de DreamWorks en esta película presenta una paleta de colores que hace que todo se sienta muy vivo. Desde criaturas como los cangrejos que resaltan con color, mientras que las zarigüeyas bebés se hacen simplemente adorables. Los variados paisajes, desde densos bosques hasta playas rocosas y un paisaje nevado árido, parecen inmensos y peligrosos pero atractivos cuando los árboles se elevan sobre la cabeza de Roz.
Sin embargo, lo más interesante es ver cómo Roz aprende a adaptarse y moverse en su entorno. Es curioso ver como una tema que parece sencillo puede presentar un futuro donde gobernado por la IA. Su programación le permite aprender y copiar instantáneamente los movimientos de quienes la rodean, por lo que ver cómo imita todo, desde un cangrejo hasta una mofeta y un puercoespín, es muy entretenido. A medida que sufre daños durante su estancia en la isla, es interesante notar cómo su apariencia cambia con cada nuevo evento y se ve obligada a cambiar partes o improvisar.
Buscar formas en que la película podría mejorarse parece una tarea quisquillosa. Es lento comenzar y encontrar su ritmo, pero no innecesariamente, ya que Roz todavía está aprendiendo a navegar en su mundo y comprender a los animales que la rodean. Gran parte de la historia se centra en la relación entre Roz y Brightbill que las partes centradas en la acción del tercer acto parecen parte de una película diferente y no encajan tan perfectamente como me hubiera gustado. Me hubiera gustado tener más escenas que mostraran a Roz tratando de encajar en la naturaleza, copiando el comportamiento de los animales.
Robot Salvaje es una película hermosa con una historia poderosa y conmovedora. Para los amantes de la animación decir que se trata de una producción magnífica. Todo, desde la escritura hasta la actuación de voz y el diseño de personajes, es de primera categoría. Un disfrute cargado de sentimiento, que pueden valorar desde los más grandes a los más pequeños. Dado que hay tres libros en la saga de Peter Brown, espero que podamos ver más de Roz y Brightbill en el futuro.
Puntúa el post
(No Ratings Yet)
Cargando...