Como no podía ser de otra manera, no podía dejar pasar la oportunidad de acudir al estreno de una de las películas que más hype me ha generado últimamente. No recuerdo de otro estreno que ansiara más desde hace tiempo. Puede que se deba a que fuera uno de tantos que salió un tanto defraudado con Episodio VII. Y es que la obra de JJ Abrams consiguió volver a relanzar la saga, pero no de la forma que a muchos nos hubiera gustado.

‘Rogue One. Una historia de Star Wars’ nos cuenta las hazañas del grupo rebelde que consigue infiltrarse y conseguir los planos de la estación espacial de la Estrella de la Muerte. Siempre había existido la pregunta de que si en una era de las supernaves y con una tecnología tan desarrollada, ¿por qué la Estrella de la Muerte resultó un tanto vulnerable al ataque rebelde del Episodio IV de sólo un par de cazas? Pues ahora todo tiene mucho más sentido, y parece como si este hilo de la historia se hubiera hecho a propósito, se dan respuestas a muchas preguntas que el novato se hará cuando vea por primera vez el Episodio IV.

Y es que Rogue One puede que sea una de las películas mucho más maduras que la saga. Nos muestra una rebelión que hasta ahora nos era absolutamente desconocida, los buenos no parecen tan buenos de repente. Los tejemanejes que incluyen traiciones, asesinatos a sangre fría era un elemento desconocido en la saga, y para darle un poco más de realismo se agradece. El Imperio, por otra parte, no ha cambiado un ápice, sigue con el objetivo de gobernar la galaxia por medio del terror, perfectamente reflejado en el destructor imperial sobre Jeddah, y como su gente vive sometida bajo el mandato imperial. Las secuencias de Jeddah son impresionantes. Pero no nos adelantemos.

La película tengo que reconocer que no me acabó de enganchar hasta que llega a Jeddah. Como si quisiera explicar muchas cosas y no tuviera suficiente tiempo para contarlas. En este punto, y como ya explique en mi análisis previo después del segundo tráiler internacional, echo en falta más secuencias de la relación entre Krennic y Galen Erso. La relación de estos personajes ya la explique y no me voy a repetir, pero para el que no lo conozca, me parece insuficiente el pequeño flashback de Jyn. Creo que se debería haber explotado mejor esa parte, porque le habría dado más carga emocional al film.

Como digo, le cuesta arrancar, porque para mi gusto hay demasiado salto temporal en muy poco tiempo. Y esa preparación de los personajes, que el espectador los conozca y se atrape con ellos lleva su tiempo. Aunque una vez la historia llega a Jeddah, es un ciclón de aventuras sin pausa. Jyn vuelve a encontrarse con Saw Gerrera, un soldado de las guerras clon que desafía al Imperio y le transmite el mensaje de su padre. ¿Se puede llegar a ver a Rex de Star Wars Clone Wars y Rebels en el escondite de Saw? Puede que la imaginación que me jugara una mala pasada. El mensaje de Galen Erso, que ha vivido una pesadilla sirviendo al Imperio, es recibido por los rebeldes y por fin se cobrará su venganza por los años de sufrimiento.

A partir de ese momento, Gareth Edwards nos regala unos tramos de secuencias que son sublimes. De la batalla de Jeddah pasaremos algo nunca visto en Star Wars, una batalla de cazas durante la noche, pasando por el lugar de retiro y reposo de Lord Vader en Korriban, santuario y lugar de origen de los Sith, impresionante no la escena, sí la factura visual. Y para acabar en Scarif. O Dios mío, Scarif. Que belleza, que emoción, que épico. Me faltan adjetivos para describir lo que siente un fan viendo las secuencias de Scarif. Creo que todo se resume en el momento en el que el AT-ACT sale de las sombras como si fuera un T-Rex en Jurassic Park. Un claro guiño al Episodio VI donde se combina un asalto terrestre de forma simultánea con un ataque de cazas estelares. Todo un acierto.

En este sentido, Edwards ha llevado con acierto el tempo de la película, intentando recuperar la esencia que tan grande hizo al Episodio IV. Grandes escenas, planos espectaculares, un droide, K-2SO, que te engancha nada más conocerlo, ver el ensamblaje y funcionamiento de la Estrella de la Muerte, la camaradería entre los héroes y secuencias de batallas en el espacio como nunca habíamos visto. Y por fin, naves nuevas, los Alas-U de los rebeldes, los nuevos cazas imperiales de Scarif, todo tiene un atractivo visual imponente. En este punto hay que agradecer a Michael Giacchino que nos acerque mediante el oído a los tiempos de Han Solo y Luke Skywalker. Gran banda sonora, sin duda de lo mejor de la película. Gran heredero de John Williams, con quien firma conjuntamente la banda sonora.

Obviamente los guiños a la saga son continuos y se puede ver una continuidad entre el Episodio III y el IV en la figura del senador Organa (padre de Leia), que también aparece en el Ep. II y III. Pero no solamente en él. Como he comentado antes, sirve para aclarar ideas a los no iniciados en el universo de Star Wars. Si habías seguido las diferentes historias de Clone Wars o Rebels sabías que era un cristal de kyber, o que Jedha era un bastión de los jedi por sus minas de kyber, esenciales para construir los sables láser. Se puede ver a la pareja que muere en el Episodio IV en la taberna a manos de Kenobi, R2-D2 y C3PO y Vader, que aunque tiene poco peso en este capítulo, deja impregnado su sello de una manera notable.

Hay cosillas a resaltar que no me acaban de convencer. Como ya he comentado, el principio puede hacerse algo lento, compensado por un final espectacular. La historia de Krennic – Erso se debería haber explotado mucho más. Otra de las historias que se comentan de pasada y daría para algo más es la relación que tienen Krennic y Tarkin, y de cómo se disputan el gobierno de la Estrella de la Muerte. Una pena no haber podido saber más de ello. Uno de los pocos detalles que no me acaban de gustar es la reconstrucción facial de Leia y Tarkin. Deja mucho que desear, tengo que reconocer que la primera vez que vi a Tarkin casi me da la risa. Pero poco más voy a resaltar de lo que no me ha gustado, que es más bien poco. Y un detalle que no se me ha escapado. Hay mucho más metraje de lo que nos han enseñado. Si repasamos los trailers, hay escenas de Krennic con Vader en la Estrella de la Muerte, alguna escena de la batalla de Scarif que no nos han puesto y algún otro detalle más. ¡Jyn corriendo por la playa con los planos! Yo sin duda estaré esperando el director’s cut de esta cinta con ansia viva, porque meterá mucho más material seguro.

Grande, grandiosa película de acción que endereza el rumbo de la saga intentando recuperar la esencia de la primera trilogía de Lucas. Los fichajes se llevan todos un notable alto, Ben Mendelsohn como Krennic es muy convincente, Mads Mikkelsen lo borda como Galen Erso y Felicity Jones hace de una más que convincente fugitiva como Jean. Obviamente la clave de esta película es la conjunción de los diferentes miembros que ocupan el grupo de asalto a Scarif. Para mi, un notabilísimo Diego Luna como Cassian Andor, miembro de la rebelión y compañero de fatigas de Jyn, me ha sorprendido su papel, en el que se encarna perfectamente la nueva Alianza rebelde comentada antes, un poco más oscura. El ermitaño de la fuerza y su amigo, Chirrut Îmwe y Baze Malbus, dan ese toque divertido pero no infantil que hace relajar la tensión entre escena y escena. El rifle de Baze es una pasada. Espectáculo asegurado con un final absolutamente épico. No defraudará a los escépticos. Para los más románticos decir que esta película nos deja exactamente en el punto de hacer una maratón con la trilogía inicial, me lo estoy planteando.

Dirección

Guion

Reparto

Banda Sonora

Adaptación al universo Star Wars

Puntuación

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