Pocas veces pasa, pero esta es la ocasión. Esta película intenta contar la historia de Edwart Snowden un espía de los EEUU que asustado de ver cómo el gobierno espía a los ciudadanos opta por jugarse la vida, su carrera y su novia para contar la verdad a gente que no conoce. El problema de esta película es que está tan mal contada, que el espectador no valora el sacrificio y por ello, la oportunidad de Snowden de darse a conocer se pierde en una película sin emoción que narra hechos como si de un documental se tratase, de forma tan aburrida que al terminar casi ni entran ganas de leer la wikipedia para contrastar los hechos.
Oliver stone no se ha hecho con el producto y el resultado es una película bastante insípida. El reparto no ha ayudado mucho, ninguno de los involucrados es definitivo, empezando por la pareja protagonista y terminando por un Zachary Quinto que debería limitarse a hacer de Spock. Nada en esta película despierta la más mínima emoción. Como ya pasó la película de Julian Assange, estas historias no se cuentan bien, quizás porque no se cuenta toda la verdad. El caso es que las 2 horas y cuarto no están del todo justificadas.
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