Debido a un llamativo tráiler, y una afición por las películas de acción y fantasía, ayer fui a ver Solomon Kane. Ni que decir tiene que no es la película del siglo pero, pese a todo, a mi me gusto; me hizo pasar un rato entretenido y eso que la chica que me tocó al lado despedía un intenso olor a chorizo.
La historia transcurre en la Inglaterra del siglo XVI. Solomon es un guerrero despatriado cuyo único objetivo es la guerra. Tras un cruento encuentro con la mano derecha del diablo decide que ha llegado la hora de pagar por sus pecados y se convierte en un hombre de paz.
Pero lejos de ser esa la vida perfecta parte hacia su hogar. De camino se encontrará con una familia de inquebrantable fe que hará ver a Solomon las virtudes de esta injusta vida. Pero toda paz se extinguirá cuando la familia es asesinada y la hija raptada. Será en ese momento cuando Solomon tendrá que elegir entre ser un hombre de paz o un temido guerrero.
Michael J. Basset ha sido el encargado de recrear la historia del famoso escritor americano: Robert E. Howard. Y lo hace a la vieja usanza: sin usar casi efectos especiales. Los ropajes están muy trabajados y aunque el diálogo a veces decae un poco se ve que la intención es buena y pretende ser una película de cine de acción fantástica entretenida. Cosa que en mi opinión consigue. Pero no debemos esperar una película de Oscar sino una trama entretenida en la que en múltiples momentos la tensión nos hará disfrutar de ella.

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