Lo fácil de esta crítica sería decir que hay que ir a ver esta película. Punto. No recuerdo la última vez que salí del cine tan planchado anímicamente, en una sensación de rabia, impotencia y esperanza. El tema que propone ‘Sound of Freedom’ es de los más difíciles que se pueden llevar a la gran pantalla, el tráfico sexual de niños. Y no se guarda nada, nos lleva directamente al tema desde el primer minuto. Y se agradece porque puedes sentir directamente la profundidad del problema de inmediato.
La historia que propone Verástegui es la del agente de Seguridad Nacional Tim Ballard, a quien conoció hace 8 años. Quedó tan impresionado por su historia y por el trabajo que hace con su fundación (Operación Ferrocarril Subterráneo) que decidió llevarla al cine. No fue nada fácil, ya que dentro de los grandes estudios nadie parecía apostar por el proyecto, tal y como cuentan tanto Verástegui como Caviezel. Hizo falta que Angel Studios, una pequeña distribuidora cristiana de Utah, financiara el proyecto a través de crowfunding.
‘Sound of Freedom’ habla de la trama de tráfico sexual de niños y lo hace de una forma en la que se puede conectar con el espectador. Presenta una familia perdida de Tegucigalpa, de un barrio difícil, un padre sin esposa y dos niños pequeños, Miguel y Rocío, que serán los niños protagonistas. No hay que ser adivino para saber lo que ocurrirá con estos niños. Esta película sirve para desenmascarar alguna de las tramas de que fueron llevadas a cabo por el propio Ballard, como la de Cartagena, en Colombia.
Pero, ¿es ‘Sound of Freedom’ una película con más mensaje que película? Mi opinión es un no rotundo. Técnicamente está muy bien llevada y ha conseguido desde el primer plano hacernos partícipes de la tragedia de los niños. Los personajes principales son Caviezel como Tim Ballard, pero si alguno se lleva la palma es Vampiro (Bill Camp), un ex traficante de drogas que será el aliado de Ballard cuando este aterrice por Colombia. Su historia de redención es de lo mejor que también deja esta película.
Uno de los detalles que también me ha gustado mucho es la banda sonora de Javier Navarrete. Ha sido muy inteligente y ha compuesto unos temas en los que los niños son los protagonsitas, dejando unos coros preciosos. También Shakira pone su granito de arena con el tema de ‘Pienso en tí’ (1995). La colombiana participa en la película, donde la mayor parte de la historia sucede en su tierra natal.
La pregunta que está sobrevolando mi cabeza es la siguiente. Una vez que Eduardo Verástegui se ha postulado como presidenciable en México, ¿lo hace para poder darle una imagen internacional a la película? ¿O es más el aprovechar el tirón mediático para poder tener una visibilidad mayor? No hay duda de que la buena intención reside detrás de todo esto, pero … Prefiero quedarme siempre del lado de los que piensan bien, esperemos que el poder no corrompa.
Yo con lo que me quedo es con el mensaje final de Caviezel y el del propio Verástegui. Muy recomendable la escena post-créditos de Caviezel. ¡Los niños de Dios no están en venta! Es totalmente entendible que dada la naturaleza un tanto siniestra de la película haya personas que no tengan pecho para aguantarla. Hay que apoyar a esta película y se puede hacer financiando entradas para gente que dude en ir a verla. Desde este pequeño rinconcito os animamos a todos a ir a verla y una vez vista, que la compartáis y deis visibilidad.
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