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La irrupción en el mundo del anime por parte de ‘Spy X Family’ fue toda una bomba. Más de 10 nominaciones en diferentes cata¡egrías en los Anime Awards, una narrativa increíble, una puesta en escena espectacular y unos personajes únicos y entrañables. Ese éxito llevó a Netflix a incluir este anime en su parrilla, ya que la primera temporada de la obra de Tatsuya Endō, llevada a la pantalla por WIT Studio y Cloverworks, fue un disfrute mayúsculo. Había muchas ganas de ver lo que daba de sí esta temporada, ya que el nivel estaba muy alto.
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Los síntomas comenzaron a notarse algo durante el segundo arco de la primera temporada, en la que claramente vemos diluirse la trama principal del objetivo de Twilight. Recordemos que Twilight es un agente especial de WISE, la organización espía de Westalis, que busca por todo los medios evitar una guerra contra sus vecinos de Ostania. Ambientado en el Berlín de la Guerra Fría de espías, Twilight tiene como objetivo acercarse a Donovan Desmon para evitar que desde Ostania se declare la guerra. Para ello adopta a Anya, una nña con poderes psiquicos (Twilight lo desconoce) y se junta con Yor, una funcionaria que en secreto es una asesina sueldo. Además, al final de la primera temporada aparece Bond, un perro capaz de predecir el futuro. El cóctel funciona a las mil maravillas.
Pero esta combinación ha topado con el peor enemigo posible, que es la pérdida del objetivo principal de la serie. Por desgracia, la segunda temporada se ha convertido en una especie de spin-off donde en cada capítulo se dedica a explorar episodios algo absurdos de la vida de los protagonistas. Es obvio que en este análisis hay que dejar de lado el episodio del crucero, que es lo único salvable de esta temporada. Después de repasar estos trece capítulos, la sensación que me llevo es mucho relleno y muy poco chicha.
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Es una pena, ya que la serie tenía la oportunidad de convertirse en una serie de culto a nivel de espías, mezclando esa característica comedia con escenas de acción, tensión e incluso un romance entre Yor y Twilight que, aunque roce el fan service a menudo, es una de las parejas que mejor funcionan en la actualidad. Es de reconocer que el pilar en donde la serie descansa se muestra inquebrantable. La relación que tienen los 4 protagonistas con su entorno es única. El problema es si el chicle se va a poder estirar más o al final se acabará rompiendo.
Anya (acompañada de Bond) en Eden, escuela de talentos sin que ella realmente lo sea. Liod (Alias de Twilight) en WISE con sus diferentes misiones y Yor en Garden, una hermandad de asesinos cuya lealtad todavía está en secreto, aunque después de este capítulo se puede considerar que está aliada con las fuerzas del bien. Todos ellos viven al límite no ser descubiertos y lleva a situaciones muy divertidas. En el mismo crucero, Anya es la que se va a erigir como salvadora en varias situaciones clave, donde todos ellos van a darse cuenta de que poco a poco van forjando sus relaciones de cara a poder convertirse en una familia normal. ¿Puede que el medio sea más interesante que el obejtivo? Independientemente, las relaciones entre todos ellos tiene una palabra en japonés muy caraterística para ello, kawaii.
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También son importantes los personajes secundarios. En este caso, es poco lo que interactúan con los protagonistas. Yuri (hermano de Yor) tiene dedicado un capítulo que nada tiene que ver con su crecimiento como personaje. Los personajes de la agencia de WISE tampoco es que crezcan mucho. Tanto Frankie, amigo y conseguir de Liod, seguirá como siempre. Luego está Fiona, compañera de trabajo de Loid que vimos en ese partido de tenis del segundo arco de la primera temporada, también plana. El único que parece crecer un poco y se vuelve algo más entrañable son Damian Desmond, objetivo de Anya en Eden, y sus pequeños secuaces. Tienen un capítulo especial para ellos que se convierte en toda una oda a la amistad. Prefiero no meterme en ese vergonzoso capítulo donde Becky Blackbell tiene un crush por Liod.
Aunque la temporada sea algo depecionante, lo que no ha cambiado nada es el nivel de la gente de WIT y CloverWorks. Esta segunda temporada está animada de una forma genial. Se nota de vez en cuando el CGI, pero por ejemplo la escena de los fuegos artificiales en el barco es muy épica. Ayuda también a ello la banda sonora compuesta por (K)NoW_NAME, aunque tengo que decir que los openings y endings de esta edición han bajado un poco el nivel.
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Toca meterse con la película que lanzaron al cine durante el año pasado, Code White. Veremos si la historia se reconduce o estamos en una OVA totalmente descentrada del objetivo principal, que ya no se cuál es (¿stellas?, ¿la amistad de Anya con Damian?, ¿para la guerra entre Westalis y Ostania?) Camino de convertirse en un Sr y Sra Smith del anime, esta segunda temporada se ha vuelto algo decepcionante y sinceramente espero que sea un simple impás hacia una historia que se prometía superinteresante.
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