El final de la tercera temporada de Stranger Things descoloca. Si nos fiamos solamente de su contenido hasta los créditos uno no quiere que la serie siga. El cierre fue tan perfecto que su desarrollo con las diferentes tramas cerradas invitaba a pensar que la cosa acabaría ahí. Ese último episodio nos había regalado escenas imborrables, de auténtico terror y otras hilarantes de risa. El momento de ‘Neverending Story’ pasará a ser recordado como de los mejores de la historia de las series. Eleven había perdido sus poderes, pero parecía que ya no había amenazas al haberse cerrado el portal.
O eso creíamos. Como si de Marvel se tratara, la novedad que introdujo la tercera temporada fue una escena postcréditos que venía a confirmar una cuarta temporada. Desde el frío invierno de Rusia veían rumores de un americano encerrado en una celda. Viniendo de donde veníamos, vivir la muerte de Hopper durante la escena final de la temporada anterior, ver esta escena dejaba el hype bastante elevado. Después de casi 2 años de retraso, por fin hemos podido disfrutar de una primera parte de temporada que trae bastantes cambios respecto a temporadas anteriores.
En primer lugar, la novedad de que esta temporada va a estar partida en dos. La manía que le he cogido a Netflix por hacer esto con las series de éxito es grande. Atrás quedan los Ozarks, Vikings y un largo etcétera. Se conseguía el efecto contrario al deseado. El efecto llamada al gran evento dejaba paso al posible desinterés por la serie. Probablemente en el caso de Stranger Things no ocurra lo mismo. El nivel de la historia ha crecido tanto que es muy difícil no estar deseoso de que el 1 de Julio, fecha de estreno de la segunda parte de la temporada, devoremos los 2 capítulos que faltan.
Y me diréis, ¿se parte la temporada con 7 capítulos y con 2 finales? Esta posiblemente haya sido la otra novedad que ha presentado la serie. Hasta ahora las 3 temporadas anteriores se dividían en series de 8 o 9 capítulos que Netflix presentaba sin interrupción. Normalmente de una duración de entre 45-55 minutos cada uno. Solamente hubo una excepción, que fue el episodio final de la anterior temporada, de 1h18min. En esta temporada, todos los capítulos van a superar la hora de reproducción. Pero los dos capítulos que faltan, uno superior a la 1h30min y el otro durará lo mismo que Avatar, prácticamente, aproximadamente 2h30min.
¿Quejas? Ninguna. El disfrute de esta temporada es proporcionalmente inverso al tiempo que me ha costado verla. Pocos momentos, por no decir ninguno, es lo que he sentido aburrimiento o dejadez de los guionistas a medida que avanzaba los capítulos. La historia está tan bien contada que no notas que vas pasando capítulos. Una vez llegas al 7º el desánimo se apodera de ti, ya que tocará esperar aproximadamente un mes para ver como terminan una historia que ha cogido tintes insospechadamente épicos.
Lo que creíamos cerrado en la temporada anterior, cuando Eleven cierra el portal en el laboratorio de Hawkins, puede que no sea así. Los portales que hay hacia el Upside Down no se cerraron únicamente en el laboratorio y una serie de asesinatos han comenzado a ocurrir en Hawkins. Unos asesinatos que no se pueden explicar de forma humana y de la que tampoco hay noticias de que una criatura o demogorgon haya sido el responsable. Esto introduce al nuevo villano de la serie. Y tengo que quitarme el sombrero de como han creado la figura de Vecna.
La historia que hay detrás de estos asesinatos es compleja, ya que no es la primera que Hawkins los contempla. La investigación que llevan a cabo Robin y Nancy les va a llevar a revivir una historia de hace más de 30 años, donde una familia recién llegada a Hawkins intenta rehacer su vida. Pero no me quiero adelantar. Vayamos donde estábamos para entender a cómo hemos llegado a este punto. Nuestro grupo de protagonistas ya se ha hecho mayor y han pasado al highschool. Esto cambia ‘un poco’ sus relaciones interpersonales. Con El y Mike en California, Dustin, Max, Lucas y Will están en Hawkins poco antes de la llegada del verano.
Lucas ha cambiado, quiere alejarse de ese rollo nerd de sus amigos ingresando en el equipo de basket. Mike está empuvertado total y no sabe de donde le viene el aire. Will es el amigo que todos querríamos tener. Quiero comentar con detalle a trío que me ha parecido estelar esta temporada. Dustin no ha cambiado, sigue con su sorna habitual es el corazón de esta serie sin lugar a dudas. Su conexión con Steve también crece y se vuelve muy divertida. Eleven está intentando integrarse en la sociedad, pero parece condenada a seguir siendo observada. Y Max, que decir de Max. Solamente con recordar el momento en el que suena la canción de Kate Bush “Running Up That Hill (A Deal With God)” es para ponerte la piel de gallina.
Pero hay que hacer mención a los recién llegados y es imposible no quitarse el sombrero con alguno de ellos. Si Robin y Murray fueron los grandes descubrimientos de la tercera temporada y han llegado para quedarse, esta temporada sin lugar a dudas el personaje es el de Eddie. Envuelto desde el principio como sospechoso de los asesinatos, no le va a quedar otra que aliarse con Dustin para poder salir del apuro. Miembro del Hellfire club y maestro del D&D, Eddie es un personaje que te gana desde el segundo uno.
Por otra parte, para ir acabando, hay que decir que descubrir el origen de Vecna va a ser todo un misterio. En esto va a tener mucho que decir Eleven. La vuelta del doctor Brenner va a intentar despertar los poderes de Eleven, después de su largo letargo. La exploración del pasado de nuestra niña-héroe es fundamental para poder entender el origen de las maldiciones de Hawkins. Y es que el personaje de Eleven pasa por una serie de circunstancias no fáciles y que me gusta que se refleje en la serie. No solamente por la fase experimental en la que Brenner la sumerge, sino ese punto crítico es necesario para poder ilustrar de que manera el bullying puede afectar a una persona. Suerte para Angela que Eleven no tenía sus poderes.
La otra gran trama de la serie, que todavía está separada del argumentario principal es el rescate de Hopper por parte de Joyce y de Murray. Y es que la importancia que va a tener en la historia es grande. Me han hecho reír muchísimo esta pareja. Tanto ellos como Yuri. Esos momentos de Murray a lo James Bond son épicos. Esperemos que el rescate de Hopper finalice una forma aceptable y se resuelva el misterio de como hay un demogorgon en Rusia.
Amigos, esta primera parte de la última temporada de Stranger Things es una auténtica gozada. Las continuas menciones a la cultura pop de los 80 siguen presentes todo el rato. El ¿que es Mordor? me ha marcado. No hay palabras suficientes para poder expresar de una forma adecuada sus grandes virtudes y de porque tenemos que seguir apreciando cada minuto que nos regala. Toca seguir descubrir los misterios del Upside Down y todo lo que ofrece. Es un mundo que puede dar todavía mucho de sí. Como me alegra haberme equivocado al no esperar nada mejor de lo que ya había. Esta serie ideada por los hermanos Duffer ha venido para darnos muchas alegrías.
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