¡Dadme más! Necesito saber el final de esta aventura. Aquellos que decían que la 4a temporada de Stranger Things iba a cerrar la serie se han quedado con un buen palmo de narices. Por lo que después del cierre de la segunda parte de la temporada, vamos a tener que esperarnos un buen tiempo a saber cómo termina una de la series más carismáticas de las últimos años. Las previsiones más optimistas dicen que seguramente vaya a lanzarse en 2024. Esperemos que solamente en 1 parte, aunque mucho me temo que será en dos.
Esta segunda parte de la temporada se ha estructurado de una manera un tanto rara. Si bien la primera tenía un formato al cual ya estábamos acostumbrados (de 1 hora por capítulo), la segunda parte lanzada por Netflix solamente ha contado con 2 capítulos divididos de aproximadamente 1h30 y 2h30. Es raro no haberlo separado en 4 capítulos distintos, siguiendo el formato de la anterior parte. ¡Cómo me hubiera gustado poder haber vivido el capítulo final en las salas de cine! Creo que lo merecía.
Es imposible describir el estado emocional después de ver estos dos capítulos. Lo voy a intentar. La serie nos había dejado diferentes frentes abiertos durante los primeros 7 capítulos. Eleven recupera sus poderes en Nina, la máquina del doctor Brenner. La manera de hacerlo ha sido descubriendo la identidad de Vecna y cómo acabó en el upside-down. Vecna es un villano que muy posiblemente será encumbrado como uno de los mejores villanos de series.
La partida de búsqueda y rescate de Eleven, compuesta por Mike, Will, Jonathan y Argyle está peinando el desierto en busca de pistas que permitan dar con su paradero. Los militares también están haciendo su búsqueda de la niña prodigio. En Hawkins, Nancy se encuentra inmersa en el trance a la que la tiene sometida Vecna, donde éste le va a mostrar su plan maestro. En Rusia, Joyce y Murray han liberado por fin a Hopper, y la duda es cómo poder escapar del país.
Este es el punto de partida de la trama final que nos queda. El objetivo, muy sencillo, encontrar y matar a Vecna. Para ello nuestros amigos van a utilizar todo lo aprendido de él y del upside-down. De las muertes y de las puertas que se han ido abriendo. La canción de ‘Running up the Hill’ va a ser la banda sonora que nos va a acompañar en dos capítulos que rayan lo terrorífico, no recuerdo este nivel de tensión y angustia de las primeras temporadas, muestra de lo que ha madurado la serie. Casi tanto como sus protagonistas.
Hay que quitarse el sombrero por la manera que han tenido los hermanos Duffer de contar las diferentes historias que componen esta temporada. Puede que partieran como hilos diferentes, pero el equipo de guionistas ha sabido tejerlo y entrelazarlo de tal manera que en casi ningún momento se nota un cambio de clímax. Es más, a medida que avanza la trama, aporta más tensión si cabe. Especialmente reseñable es la escena en la que todos están atacando a Vecna desde diferentes frentes, Max y Eleven y la dimensión de la conciencia; Robin, Nancy y Steve desde el upside-down y Hopper, Joyce y Murray (héroe) desde Rusia.
Pero sí hay que realzar alguna de las escenas de la lucha contra Vecna es la de ‘Master of Puppets’. La interpretación de la canción de Metallica en ese momento y la manera en la que Dustin y Eddie lo viven merece un aplauso eterno. Al nivel del ‘Neverending story’ de la temporada anterior o superior. Lo que sí que nos ha demostrado ‘Stranger Things’ es que no hay que encariñarse con los personajes, sobretodo los introducidos en la temporada. Fue Bob (Sam Gamyi) en la segunda temporada, Alexei y su relación con Murray en la tercera temporada. Esta ha sido la temporada de Eddie Munson. Él es el verdadero héroe de Hawkins.
Lo que ya ha quedado claro es que Stranger Things es una serie de personajes. Tanto los que comenzaron ya tenían un carisma especial, pero aquellos que se han ido añadiendo han tenido la virtud de no bajar el nivel, sino que han ido aumentándolo. Ya hemos mencionado algunos, todos ellos importantes, pero los Erica, Robin, Murray o el personaje de Yuri (que me encanta), le han dado algo diferente a la serie. Nuevos semi-villanos como Jason, capitán del equipo de baloncesto, no acaban de cuajar y reciben su merecido. Y visto como acaba, de Brenner sólo podemos decir cosas buenas.
Respecto a los protagonistas, si bien en la primera parte de la temporada Mike me dejaba algunas dudas, esta segunda parte de la temporada mejora. Lo mismo pasa con Lucas. Dustin es nuestro Dustin, el alma y espíritu de la serie. Y Will. ¿Qué hacemos con Will? Me guardo una teoría para la siguiente temporada, pero creo que han dejado caer sus intenciones con los sentimientos que muestra por Eleven (y Jonathan lo sabe). Imposible no amar por completo a Max. El personaje que puede que más plano se haya quedado ha sido Joyce, pero su cariño por Hopper lo compensa.
El final que deja esta temporada es de los mejores que recuerdo. Obviamente abre las puertas a una esperada (y ya sí, final) 5a temporada. El final queda muy abierto y hay muchas preguntas sin responder. La ¿ceniza? cae en Hawkins y las puertas del infierno se abren en el mundo real, donde Vecna planea hacer una carnicería. Una espera a la temporada final que se va hacer larga, pero en la que podremos saborear un par de veces esta segunda parte de la 4a temporada, donde la serie está mejor que nunca. Viva el Hellfire Club.
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