El sol se muere. El frio en la tierra crece de forma inconmensurable. La raza humana tiene las horas contadas. Tras un intento fallido de reactivar el sol, la Icarus I desaparece en la infinidad del espacio sin dejar rastro. Es el turno ahora de la Icarus II. Una tripulación de seis hombres y dos mujeres son los elegidos para devolver la vida al sol. Para ello utilizarán una bomba como jamás haya existido. ¿Será una empresa de ida y vuelta? ¿O solo de ida?
Con Danny Boyle como director y con un reparto conocido: Cillian Murphy, Rose Byrne, Cliff Curtis, Chris Evans, Michelle Yeoh, Troy Garity, Hiroyuki Sanada, Benedict Wong; la película empieza de forma espectacular. La presentación de los personajes es acertada, la trama tiene buena pinta, los escenarios son buenos y las escenas del sol deslumbrantes. En resumen, la película promete. Pero no todo dura eternamente, y, en este caso, la película comienza a morir a pasos agigantados. Es sorprendente como los directores no se dan cuenta de que por mover la cámara a lo loco en las escenas de acción, no se consigue que estas mejoren sino todo lo contrario. Personalmente me pone muy nervioso que pase eso en las películas.
Según pasa el tiempo la película va perdiendo su encanto, aunque descartando las pocas, aunque penosas escenas de acción, cumple con su objetivo: entretener. A mí personalmente la película me entretuvo. Si que es verdad que el principio promete llevarte a una película interesante y sobrecogedora, y aunque eso al final no es así y pierde fuerza por momentos, sigue siendo una película interesante.

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