Bueno, bueno, bueno, pues ya está. La tercera temporada de Vikings ha finalizado. ¡Y de qué manera! Después del majestuoso final de la segunda temporada, todavía al verlo se me quita el aliento, pocos podíamos imaginar hasta que cotas iba a alcanzar la ambición del nuevo rey de los vikingos. Esta temporada está compuesta por varias historias de las que alguna, por no decir todos, nos dejará absolutamente boquiabiertos.
Aquí Michael Hirst nos ha ganado a todos. Se puede ver una evolución desde la primera temporada, en la que la serie está ambientada para ser un documental del estilo de vida vikingo adornado con el género de aventuras, pero a medida que han ido pasando los capítulos, esos elementos ilustrativos del modo de vida vikingo se han ido perdiendo para dar paso a la interacción de personajes en el hilo conductor de la historia del verdadero protagonista de la serie, que no es otro que Ragnar Lothbrook. De esta manera, los personajes que conocíamos de la primera temporada poco tienen que ver ya con los que acaban de terminar la tercera, como es el caso de Floki, Lagertha, Athelstan, etc.
Más adelante me adentraré en el territorio spoiler, no os preocupéis, ahora me gustaría señalar el paso adelante que ha dado la History Channel a nivel de producción en un serie en la que ya se puede casi afirmar que ha sido la más seguido de su historia. Son muchos los elementos que han hecho crecer a esta serie, que con cada temporada puede verse un producto más maduro y que llega mejor a los espectadores. Las escenas de batallas de los primeros capítulos en las tierras inglesas, con su neblina, increíbles. Floki comandando a la tropa, su grito de guerra y sus visiones a la hora de construir los barcos son sencillamente espeluznantes, piel de gallina. Las intrahistorias de los personajes, traiciones, compromisos, revelaciones divinas, etc. están perfectamente encajadas dentro del marco general de la historia (que ya se conoce, sólo hay que acudir a las crónicas nórdicas de donde se ha sacado la historia para leer el final, NO LO HAGAIS, yo me arrepiento de haberlo hecho).
Pero si hay alguna cosa con la que me quedo a nivel de producción de la tercera temporada es el asalto a París, madre mía que gozada. Visualmente, la aproximación de las torres de asedio, el asalto nocturno y la batalla en sí han subido el nivel de Vikings a una nueva cota, esperemos que todavía pueda subir más. Todo ello ha sido perfectamente acompañado por la banda sonora de Trevor Morris, más profunda y oscura que sus predecesoras, elemento integrador máximo de los espectadores en el ambiente. Para ello, como también paso en la segunda temporada, ha contado con la ayuda del grupo de folk nórdico Wardruna, al que gracias a Vikings me he aficionado. Este grupazo aporta temas, sobretodo temas étnicos, que se pueden oír en las batallas de nuestros aventureros.
Temporada 4, ven a mí, te necesito ya. Veremos con que nos sorprenden, pero ya me lo puedo imaginar. De hecho, te llamo que Floki lo esta haciendo ahora mismo.
Y aquí aviso al personal de que el modo SPOILER ALERT está ACTIVADO, entro a comentar la historia de la tercera temporada. Que digo temporada, temporadón.
Son varios los frentes abiertos a nivel de historia que la tercera temporada nos ha planteado. Del ya conocido punto de partida del “todos a una” con el Rey Ragnar, hemos pasado a ¿qué es lo que va a suceder en la siguiente temporada?
La serie parte de una alianza amistosa entre el Rey Ragnar, el Rey Ecbert (este tío es un genio) y la princesa Kwenthrith, alias la viciosilla. El objetivo de todos parece ser común, pero a medida que pasan los capítulos se van aclarando las perspectivas de las reales intenciones de cada uno de los personajes. Cuando parece que ya se ha conseguido el objetivo, aparece un elemento distorsionador que cambia radicalmente el punto de vista del objetivo a conseguir. En este caso el ejemplo está perfectamente visualizado en el rey Ecbert, en el que sus ansias de poder le han llevado a hacerse no sólo con el control de su reino, sino que quiere ser el primer emperador de la nueva Inglaterra, y para ello no tiene escrúpulos de humillar a su hijo, tender una emboscada a su nuera (con la que seguro habrá tomate en la cuarta temporada, bellezón) y pasar por la piedra a toda su corte por su alianza con Ragnar (de la que seguro habrá consecuencias cuando tenga en bien el rey pasarle cuentas).
Pero vamos a lo que interesa, que es lo que estaba desde el principio: Ragnar, Floki, Athelstan, Rollo, Lagertha y Björn. Si bien comentaba al principio que todos partían con el objetivo de saquear y granjear en el reino de Wessex, no ha acabado bien la cosa para muchos, entre los que me incluyo. No después de París. El previo y el intento de saqueo de París creo que han sido de lo mejorcito de serie de lo que llevamos hasta ahora. Pero antes de París, he de reconocer que me saltaron unas lagrimitas en el momento de locura de Floki, en el momento justo cuando Athelstan ha tenido la enésima, y ya por fin verdadera, revelación de que su camino no era el de empuñar un hacha sino de cargar la cruz. Esa cara de felicidad es la que Floki no puede aguantar, mezclado por la envidia de llevarse a su mejor amigo (Ragnar). Es por ello el arrebato sale de lo más profundo, para matar al que fue su compañero de armas, a esa persona que vivía en la frontera entre dos mundos. Mi homenaje más sincero a la figura de Athelstan, creo que la cuarta temporada perderá sin esa figura. El tándem con Ragnar es de los más inspiradores que he visto en tiempos.
Pero llegamos a París. Ragnar no ha cambiado en absoluto su objetivo, que es el mismo de su pueblo, saquear. Pero para el no significa sólo el oro, él quiere conocer y por ello Athelstan era tan preciado, lloré en su entierro. Para mí es el momento crucial de la tercera temporada, en el que cambia la actitud de Ragnar hacia todo el mundo, simplemente por arrebatársele su amistad más preciada. Por eso afronta París con tanto despecho, ignorando las bajas, ignorando consejos, ignorando a todos, vamos. Es por eso que al final de la temporada vemos al Ragnar más oscuro, más arisco, cosa que en el futuro puede que no le vaya a ayudar.
La toma de París es de largo el mejor momento de lo que llevamos de Vikings. Por su presentación, la escena de la arenga en vikingo de Floki es sobrecogedora, por su carga emocional. El momento de la orquestra de barcos épica y la primera toma de contacto totalmente realista, ya era hora que los vikingos perdieran, no iba a ser todo un paseo militar. Me ha gustado la gestión de la derrota y que Ragnar contara con todo ello para la toma de París, al final el vidente va a ser algo más que un ciego con poderes. Pero si hay algo que ha sido majestuoso es el final del capítulo 9 (wtf) y el capítulo final de la temporada. Que señor capítulo, estábamos todos con la lagrimilla cuando al mismo rey le da por eso, por resucitar. Que señor momentazo, pasan todos por la tumba, presentando sus respetos, sacando todo lo que se puede sacar, todas las verdades y eso enternece cualquier corazón. Y esta de forma que todos hemos caído en que es verdad. Es por ello, que cuando están en la iglesia el vuelco del corazón es exponencial. Y la toma de París, digna de los muertos.
¿Qué os parece a vosotros? ¿Os ha gustado esta temporada? ¿Qué esperáis de la cuarta? Yo principalmente muchas cosas, creo que los hijos de Ragnar van a tener que empezar a crecer y obtener un papel fundamental al lado de su padre. Sé que me dejo muchas cosas en el tintero, la muerte de Siggy, la aparición de ¿Odín?, la aparación de Kalf y muchas cosas más. Sé que la cuarta temporada no me va a defraudar.
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Profunda revisión, me has metido el gusanillo de la Bso en el cuerpo. Desgraciadamente ya pesar de tus recomendaciones no me veo con fuerzas de empezar series. Me cuesta mucho trabajo verlas, incluso siendo buenas. Pero me la apunto para viajes de trabajo, que en los vuelos suele ser muy resultona una serie.
La pregunta aquí es: ¿Hay vida más allá de Vikings 3? NO. Este final de temporada es majestuoso, inconmensurable, insuperable. Hay tensión en cada puto segundo del ataque sobre París; hay frustración, hachazos y mujeres pintadas de guerra. Hay un Ragnar que sorprende y vuelve a sorprender, y un Floki atormentado que dirige la orquesta vikinga frente a las murallas parisinas.
Sólo echo en falta ver más bustos femeninos. ¡Ah, las vikingas, qué grandes mujeres!
La cuestión, Aaron es: ¿ es Vikings la historia de Ragnar ? Yo creo que es posible que inicialmente los de History Channel si tuvieran esa idea, pero a medida que la serie se va asentando puede que estén considerada otras opciones, o así nos lo han dejado caer en alguna premonición del vidente. No olvidemos que los hijos de Ragnar tuvieron una vida también muy intensa, sobretodo Ivar the Boneless, del que se dice fue un gran estratega.
Con el tiempo lo veremos.
Perdona Carlos, ¿ he dicho Aaron ?, me suena tu estilo a uno que conocí hace ya muchos años, pero no sé, le dio pereza seguir escribiendo, una pena, molaba.
En efecto, la serie ha derivado de la historia de Ragnar a la historia de los vikingos. Oh, sí, la serie siempre se ha llamado Vikings, pero sólo había un protagonista. Es una lástima que continúe: ¿se puede hacer algo mejor a lo que ya se ha hecho? Permíteme ser pesimista: al hermano no se le ve tan despierto como a Ragnar, y a Ivar aún le quedan lo menos 15 años para poder aportar acción a la trama. ¿Habrá un salto temporal de tantos años, envejeciendo de golpe a los personajes a los que ya nos hemos acostumbrado? Es una decisión arriesgada…
PD: Sí, yo también he oído hablar de ese tal Aarón. Dicen que era un gran hombre y mejor gañán, y que ahora mismo cumple condena por no sé qué líos con unas becarias menores de edad.
Esperemos que no le pase nada a Aaron. El trailer de la 4 temporada ya nos ha desvelado cuales son las intenciones de Michael Hirst y sus secuaces. Ojo porque aquí vamos a tener tomate y del rico. Parece que ser que van a dar un salto semitemporal y veremos ya a los hijos de Ragnar en acción. Te lo dejo para que lo saborees:
jajaja, os veo muy metidos en la historia. Yo acabo de terminar la tercera temporada. Mentiría sino admitiese que me está encantando, pero aquí tenemos una problema y de peso. La bipolaridad de los personajes en esta serie es de libro. Tan pronto dicen una cosa, como hacen otra. No me gusta que todos los personajes hagan esos giros tan bruscos en su personalidad. Se hace difícil saber quién es cada uno.
En cuanto a la toma de París, me ha encantado ver la derrota. No puedo tanto aplaudir la estrategia de Ragnar para tomarla. Es de nuevo, no honorable. Es la segunda vez que me falla Ragnar a nivel de honor y eso no me gusta. Ya estoy con la cuarta temporada. En nada me pongo a vuestra altura.