‘The Book of Bobba Fett’ echa el cierre en una temporada que ha contado con episodio final que ha sido fiel reflejo de las vivencias cosechadas durante estos 7 capítulos que componen su primera temporada. Bobba Fett es uno de los villanos más carismáticos de todo el universo de Star Wars, eso es innegable. La vuelta en la segunda temporada de ‘The Mandalorian’ hizo revivir un poco el hype sobre el personaje. Ver al Slave I soltar su bomba sísmica y a Bobba recuperar su vieja armadura fueron escenas impactantes.
Creo que debió de quedarse allí. Si algo ha demostrado esta temporada de ‘The Book of Bobba Fett’ es que la gente está más ansiosa por la llegada de la tercera temporada de ‘The Mandalorian’ que las peripecias de un cazarrecompensas convertido en señor del crimen. Solamente hace falta comprobar las calificaciones de IMDB para esta temporada para darse cuenta de esto. En mi opinión es una serie mal planteada con una buena ejecución y un muy buen cierre de temporada aunque con un guion mejorable y cero potencial de seguir creciendo. Envejecerá mal.
Que donde la serie mejor funciona es cuando no está su protagonista es complicado de explicar. Aún así hay mucha miga, ya que la serie planteada por Jon Favreau se ha producido con el mismo nivel de cariño que con ‘The Mandalorian’. La cantidad de guiños que tenemos a las trilogías pasadas, no solamente a la original, si no a la posterior de los primeros tres episodios, es evidente. En eso hay que quitarse el sombrero ante el creador de esta serie. Lo que están haciendo Dave Filoni y Jon Favreau de cara a revitalizar el universo expandido de Star Wars es de aplaudir.
Situarla temporalmente no es muy difícil ya que el final de Bobba lo sabíamos en ‘The Return of the Jedi’ cuando fue devorado por el Sarlac. No tenía sentido iniciar esta temporada sin saber como Bobba había escapado de él, como pierde su armadura y cómo sobrevive todo este tiempo hasta encontrarse con Din Djarin y Fennec Shand. A partir de ahí, y salvo un momento muy concreto la acción se va a desarrollar en un planeta que conocemos muy bien, Tattoine. Ese planeta de arena que va a tener una civilización ermitaña en el desierto y que posee una gran riqueza en su tierra. ¿No nos suena de nada esta historia?
El final de la segunda temporada de ‘The Mandalorian’ deja muy claro cuál es el objetivo de Fett. Después de matar a Bib Fortuna, quiere ocupar el puesto de Jabba y comenzar su dinastía como jefe del crimen. Nace un nuevo daimyo, el de Bobba Fett. Para los que tenemos la cultura japonesa bien calada, el concepto de daimyo nos es conocido, ya que refleja el concepto de territorio familiar que hay que proteger y del que se tiene que obtener réditos con diferentes objetivos: económicos, políticos, de influencia, etc.
A partir de aquí el objetivo es convertirse en el líder del negocio oscuro de Mos Espa, una ciudad controlada por un alcalde muy influenciable y que deparará enfrentamientos con los otros daimyos de diferentes razas, como los Trandoshanos, los Aqualish o los Klatooinianos, además de otras facciones con intereses en Tattoine, como el Sindicato. La evolución y desarrollo de la serie es muy interesante ya que permite ver como se mezclan varios géneros. Aquí es un punto muy positivo de la serie ya que Tatooine permite acceder a escenas de Western clásico, como por ejemplo en Freetown y a la vez poder tener una historia de gangsters estilo el Chicago de entreguerras como con Al Capone o el Padrino.
Donde creo que la serie no lo ha tenido tan claro es en el diseño del personaje de Bobba Fett. Si bien el objetivo es ser dueño y señor del crimen e influencias como lo era Jabba el Hutt, sus acciones se desarrollan de forma que Bobba acaba siendo algo más grande, que para mi humilde opinión, como personaje no encaja. En el episodio final, después de la lucha a muerte en Mos Espa, toda esas reverencias de la gente llana hacia el héroe no acaban siendo entendibles para un personaje del que se había planteado otra cosa durante los primeros episodios. No acabo de entender toda esa empatía con la gente cuando quieres ser el señor criminal del lugar.
Y es que estos primeros episodios van a estar centrados en 2 cosas, principalmente. Contar la historia de Bobba Fett en pasado y en presente. Este viaje al pasado permite visitar localizaciones que son ya conocidas como Kamino o Geonosis (escenas que nos permiten dejar volar la imaginación y que están perfectamente recreadas), pero también la forma que ha tenido que progresar Bobba y adaptarse a la vida después de salir del Sarlac. El arco de los Moradores de las Arenas me parece muy interesante para conocer su cultura y es algo que suma, pero convertirlo en el hilo central me parece un error.
La contrapartida es la historia del presente, en el que se va a tener que reconstruir el legado del daimyo de los Hutt. Principalmente se va a basar en recuperar el juego de influencias con las familias que gobiernan en Mos Espa y volver a ser un daimyo que imponga. Para ello hace uso de varios conceptos que me gustán, pero me chirrían a la vez. Obviamente el foso necesitaba de un Rancor. Y existe una necesidad imperiosa de aliados. Para ello se recurre a Krrsantan el Negro en una buena jugada después de la aparición de la familia Hutt. Pero para controlar una zona grande hace falta de mano de obra y soldados. Los motoristas escogidos me gustan pero tengo una sensación extraña dentro de mí que no me permite terminar de aceptarlos.
Intentar nombrar los guiños u homenajes a películas pasadas es harto difícil, ya que en cada capítulo hay un estudio perfecto de como introducir este tipo de elementos que nos permiten viajar al pasado. Un ejemplo son los recuerdos de Bobba mientras está recuperándose en un tanque de bacta. Los droides que campan a sus anchas en Mos Espa, pero sobre todo la inclusión de ciertos personajes que han echo saltar del asiento a más de uno cuando se le ha reconocido. Y es aquí donde la serie ha funcionado mejor.
Los episodios 5 y 6 son auténticos homenajes de lo que significa Star Wars. También son donde más brilla la serie y donde prácticamente no aparece Bobba Fett, de ahí el temor de que esta serie no acabe de ser redonda. Bryce Dallas Howard y sobre todo Dave Filoni dan una lección maestra de lo que significa este mundo. De cómo enlazar perfectamente el pasado con el futuro. También quedó patente las ganas que hay de una tercera temporada de ‘The Mandalorian’ más aún cuando no estará solo. Son infinitos detalles, pero me quedaría con el del caza de Naboo recorriendo el circuito de la carrera de vainas en el episodio 5.
Del episodio 6 que voy a comentar, salvo que merece un post entero independiente por la cantidad de detalles que nos deja. Me enamoró todo, la sorna de Cobb Vanth, revivir de nuevo la Orden 66 pero en los ojos de Grogu, los episodios su entrenamiento con Luke, Ashoka y Din Djarin. Pero si hay algo que hace vibrar es la aparición de Cad Bane, un cazarrecompensas que ya nos era conocido en la saga de The Clon Wars por su fiereza y contundencia. Los eventos se enlazan con una pregunta que he planteado antes. Nos nos suena a reciente toda la historia del Sindicato, una especia valiosa en un planeta de arena y un pueblo ermitaño. Como dos más dos suelen ser cuatro, en este caso es más que evidente la referencia que se puede encontrar hacia la saga de Dune.
El season finale de ‘The Book of Bobba Fett’ sirve para cerrar los círculos abiertos durante toda la serie. Es un capítulo en el que se va a librar una guerra por el poder y la influencia en Mos Espa. El sindicato y todo lo que le rodea (Cad Bane) y otros daimyos contra Bobba Fett y toda su red de aliados (Fennec Shand, Din Djarin, Krrsantan el Negro y la gente de Freetown). Me dejó una sensación agridulce ya que cierra historias, como la de Cad Bane, nos mete peleas muy interesante como los droides escorpión y escenas del rancor estilo King Kong. Pero no termina de ser redondo y acusa una falta de profundidad que no se le ha dado al personaje. Me ha gustado la serie, pero no creo que vaya a ser de las recordadas en el futuro.
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